Rueda y Guardiola avisan: el cupo catalán «no tendría vuelta atrás»
Los mandatarios rechazan de manera rotunda la «financiación singular» y reclaman un nuevo modelo acordado
Plantean la declaración de Santiago como el «punto de partida perfecto» para empezar la negociación
Rueda llama a forjar «una red» de presidentes autonómicos para frenar «el disparate» de la financiación singular
SANTIAGO
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Iniciar sesiónSi finalmente el Gobierno de Pedro Sánchez materializa el acuerdo alcanzado con la Generalitat y le concede a Cataluña la denominada 'financiación singular', a los efectos un concierto económico como el que tienen País Vasco y Navarra, sería una situación lesiva para los intereses del ... resto de Comunidades Autónomas que «no tendría marcha atrás». El aviso lo lanzó ayer Alfonso Rueda, tras su reunión en Mérida con la presidenta de Extremadura, María Guardiola. Ambos, con distinto tono, expresaron su rechazo a «esta voladura del sistema de financiación», que, en palabras de la anfitriona, «no es un peaje», sino «una traición, una discriminación manifiesta».
Rueda y Guardiola reafirmaron durante su encuentro «la vigencia de la declaración de Santiago» que ocho presidentes autonómicos rubricaron en Santiago de Compostela en 2021, y en la que apostaban por una reforma del sistema de financiación que recogiera sus singularidades. «Tenemos la obligación de prestar los mismos servicios en todas las Comunidades, pero no partimos de las mismas condiciones», destacó la mandataria extremeña, «rechazamos cualquier tipo de financiación privilegiada y no vamos a aceptar jamás acuerdos bilaterales que saqueen la caja común y pisoteen el principio de igualdad de los españoles».
El presidente de la Xunta insistió en que la 'financiación singular' de Cataluña y la oferta que el Gobierno hace para su extensión a otros territorios supondría «un golpe demoledor contra la unidad económica», y sería «algo que no tendría vuelta atrás». Rueda denunció que «la falta de transparencia» y «la ambigüedad calculada» en la redacción del acuerdo entre Gobierno y Generalitat suscrito este lunes «forma parte de todo esto», y que se hace «para no reconocer que ellos mismos saben que es un disparate».
Por todo ello, exigió «saber exactamente lo que se ha acordado o lo que quieren acordar», y a partir de ahí «reaccionar». «Ojalá no tengamos que hacerlo, ojalá que impere la cordura», pero «la unión hace la fuerza», y realizó un llamamiento para «unir nuestras voces» desde las distintas Comunidades Autónomas «para decir que esto sería un golpe demoledor a la capacidad de prestación de servicios» a sus respectivos ciudadanos.
Guardiola mandó recado también a los presidentes socialistas que, al mismo tiempo que rechazan la 'financiación singular' para Cataluña, evitan alinearse con sus homólogos del Partido Popular para forjar un frente común autonómico. «Es evidente que solo defienden el cupo separatista Moncloa y el independentismo, y el ejercicio que creo que deben hacer el presidente [Emiliano García] Page como [Adrián] Barbón, es dar un pasito más», porque «los discursos están muy bien, pero yo creo que lo que España necesita en este momento son hechos». «Y lo que deben hacer los presidentes tanto de Castilla-La Mancha como de Asturias es decirles a sus compañeros diputados del Congreso que tienen que rechazar esto de manera contundente», apostilló.
Por su parte, el jefe del Ejecutivo gallego subrayó que los principios que alumbraron la Declaración de Santiago «siguen vigentes porque eran absolutamente lógicos», y aunque cada Comunidad tiene sus singularidades, «sería un punto de partida perfecto para empezar una negociación en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que es donde hay que hacer las cosas». «Cada uno tiene sus peculiaridades, Extremadura tiene unas necesidades específicas de financiación, Galicia tiene otras, pero al final coincidimos en lo básico», destacó Rueda durante la comparecencia ante los periodistas tras la reunión institucional, «que es pedir que no se quiebre el principio sagrado de la igualdad económica y la solidaridad entre territorios», sobre todo «cuando se está haciendo por la supervivencia personal» del presidente del Gobierno.
Castigo en infraestructuras
Los dos presidentes plasmaron su firma en una declaración institucional que, además de abordar la financiación autonómica, reforzaban sus lazos turísticos, fraguados a través del Camino de Santiago, y reivindicaba una mayor inversión en infraestructuras de transporte en ambas Comunidades por parte del Gobierno de España. «Estamos padeciendo un olvido gubernamental», señaló Guardiola, «estamos instalados en un sistema de premios y de castigos que está perpetuando un modelo muy injusto, que discrimina abiertamente a todo aquel que no forma parte de esas alianzas coyunturales del presidente».
La mandataria extremeña reclamó «el derecho» de Galicia «a estar conectada por AVE con Portugal, igual que Extremadura tiene derecho a ser una Comunidad que conecte las dos capitales ibéricas, Madrid y Lisboa», dos infraestructuras que son «necesarias y, por supuesto, compatibles».
«Entiendo perfectamente la reivindicación de Extremadura», recogió el guante Rueda, «a estas alturas tiene que tener unas infraestructuras dignas y tiene todo nuestro apoyo», porque «nosotros vimos la diferencia entre tenerlo y no tenerlo», aunque «el buen funcionamiento» del AVE a Galicia «se convierte en la excepción en vez de la regla general».
Sobre el Camino, el presidente gallego calculó que «probablemente el año pasado 800.000 personas llegaran a Santiago» a través de la ruta jacobea, «y este año todo indica que esa cifra se va a superar». La estrategia de la Xunta es que variantes no tan populares «y con muchísimo potencial», como la Vía de la Plata, «puedan desarrollarlo plenamente. María Guardiola definió el Camino como »parte de algo más grande«, que »una espiritualidad, patrimonio y cultura«, y que recorre 334 kilómetros de norte a sur de Extremadura, que la Junta »cuida, promociona y apoya«. Dentro de esta colaboración, ambos mandatarios descubrieron ayer una 'mouteira' del Camino en el centro histórico de Cáceres, que indicará al peregrino cuánto le falta para llegar al Obradoiro.
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