repetición de juicio en lugo
La fiscal: «No tengan compasión por nadie; nadie tuvo compasión por Desirée»
ana sandamil, de nuevo en el banquillo
La madre de Desirée Leal, que se enfrenta a la prisión permanente revisable, reiteró que no recordaba apenas nada de la madrugada que la niña falleció. «Le abrí la boca y le soplé, y le miré el pulso pero no reaccionaba. Yo jamás la mataría a propósito»
Galicia
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Iniciar sesiónMismo escenario, misma protagonista, un año después. La repetición del juicio por la muerte de la niña Desirée Leal, fallecida en Muimenta en mayo de 2019, puso de nuevo el foco en Ana Sandamil, la primera mujer condenada a prisión permanente en Galicia. ... El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia invalidó esta condena al entender que el jurado popular no había argumentado lo suficiente que la afectación mental de la madre era solo parcial en el momento de los hechos, por lo que ordenó repetir la vista. La única novedad con lo vivido hace un año fue, este lunes, el tribunal encargado de valorar la responsabilidad que Sandamil tuvo en la muerte de la pequeña. A todos ellos, los nueve integrantes del jurado ciudadano, se dirigió el juez, para recordarles que «la prueba empieza hoy». Una suerte de tábula rasa para impedir la contaminación con el veredicto anterior.
«Yo quería tener una niña para cuidarla y mimarla» reconoció la acusada justo antes de afirmar que no le había pedido perdón al padre de la niña por su pérdida. «¿Qué pérdida?» se preguntó ante el jurado, que la pudo ver sin mascarilla a petición del magistrado. También reconoció que tenía «fobia» al padre de Desirée, su expareja, y que «sentía que amigos de mi ex me espiaban y me daban cafés con droga». Como ya lo hizo durante su primer interrogatorio, en febrero de 2022, Sandamil tiró de problemas mentales para justificar la muerte de la pequeña, sobre la que dijo no recordar apenas nada. «No cometió deliberadamente la muerte de su hija» anotó el abogado defensor minutos antes de que su clienta se sentase en el banquillo para recordarle al tribunal que no pide «que la dejen en la calle». «Pido su internamiento en un centro psiquiátrico para que la curen» manifestó.
Por su parte, tanto la fiscal del caso como los abogados de la acusación particular y popular (Amigos de Galicia) insistieron en que la acusada sabía lo que hacía la madrugada que, presuntamente, se abalanzó sobre la niña para estrangularla y asfixiarla. Un gesto que el propio letrado del padre recreó ante el tribunal para que entendiesen cómo se había cometido el crimen en base a las conclusiones de la autopsia. En juego está la pena de prisión permanente revisable y la necesidad de que el nuevo veredicto popular esté, en esta ocasión, bien armado. «No duden en preguntar nada. Si viene un señor y no entienden lo que dice no tengan miedo en parar y preguntar lo que sea» insistió el magistrado de la Audiencia de Lugo. También la fiscal valoró que la anterior vista «fue anulada por una cuestión técnica. Es un juicio duro, no creo que pudiéramos ocupar algo peor» empatizó con los encargados de calibrar el papel de Sandamil en la muerte de Desirée, a los que les recordó que «tienen material incriminatorio más que suficiente». «No tengan compasión ni pena por nadie porque nadie tuvo compasión por la niña aquella noche».
Sobre el relato de la noche de los hechos Ana Sandamil afirmó no recordar nada, solo que cuando regresó a la cama, ya por la mañana y después de fumar en la terraza, ya se la encontró muerta. «No vi sangre, le abrí la boca y le soplé y le miré el pulso. Después fui a buscar a mi madre« manifestó. También refirió su supuesto intento de suicidio esa mañana, cuando se tomó varias pastillas machacadas con café porque »la vida sin Desi no tenía sentido«. Después de este episodio se vistió y, dijo, dejó el pijama tirado en el suelo. Una cuestión no menor porque los agentes que examinaron el escenario se lo encontraron escondido debajo de la cama con manchas de sangre y de ADN de la menor. A preguntas de la acusación, y sobre la habitación en la que la pequeña apareció la niña, Sandamil dijo que nunca vio las fotografías que la Guardia Civil tomó porque «no quería ver a mi hija muerta».
«Aún no asumo la muerte de Desi»
«Yo jamás le haría daño a mi hija a propósito. La explicación más lógica es que Desirée había bebido de la botella« aclaró. Este mismo mensaje se lo lanzó a los médicos que la atendieron en el Hula y también a los agentes que la interrogaron ese día, según su testimonio. »Aún hoy no asumo la muerte de Desi« concluyó. También puso en tela de juicio la relación del padre, que quería pedir la custodia compartida, con su padre. Lo mismo indicó la abuela de la pequeña, que manifestó, con cierto recelo, que »se llevaban«. Sobre el día de los hechos, la testigo indicó que la última vez que vio a su hija antes de la muerte de la menor «le estaba preparando la cena a la niña y yo me acosté porque estaba muy cansada».
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