CUARTO SINGUANTE
Cárceles
La solución para no pasar frío es fácil y sencilla: tirar de la manta
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónDice Ábalos que hace frío en su celda. Si este artículo tuviese la intención de hacer leña del árbol caído sería muy fácil: podríamos decirle que más frío tienen algunos autónomos, que no llegan a fin de mes. Pero no es el caso. Hoy voy ... a detenerme en el recinto en sí, es decir, en la cárcel: celdas, patios, rejas, recuentos… todo eso.
Me llama la atención el convencionalismo que hemos adoptado para castigar a las personas privándolas de libertad. Sería interesante saber quién lo inventó. ¿Cuándo fue la primera vez que alguien se levantó por la mañana y dijo: a los malos hay que encerrarlos? Primero fueron cuevas, luego mazmorras y de ahí pasamos a prisiones sórdidas y frías (estas sí), para desembocar hoy en centros penitenciarios que, evidentemente, no son hoteles, pero tienen un elevado grado de humanidad.
Yo estuve dos veces en prisión. Concretamente, en la de Pereiro de Aguiar, en Ourense. En una ocasión fue para hacer un reportaje de prensa y en la otra, de televisión. Pasé allí cuatro horas que me parecieron cuarenta días. Y eso que la prisión de Ourense es una de las más compasivas desde el punto de vista de la estancia: no hay barrotes en las ventanas y en su lugar pusieron cristaleras con vistas al monte o al patio, donde hay muros pintados por Quessada, Alexandro y Vidal Souto.
Pero sea en Pereiro o en cualquier otra prisión, la idea es quitarte la libertad. Digo yo que al que inventó las cárceles también se le podría haber ocurrido que el reo tuviese que pasarse varias horas al día con tapones en los oídos, para no escuchar, o llevar un antifaz para no ver, o impedirle comer carne durante el tiempo de su condena. Habría miles de ideas, dependiendo de la gravedad de su pena: por ejemplo, nada de sexo o nada libros, nada de juegos, nada de hablar, pero no, triunfó la falta de libertad.
Lo que tampoco cambia es la reiteración en los delitos. No aprendemos. A pesar de saber que secreto entre tres, descubierto es, seguimos cayendo en la tentación, y ya sea por poder o dinero, siempre volvemos al redil. Y claro, después, las cárceles se saturan, escasean los medios y, en consecuencia, se ahorra en calefacción. La solución para no pasar frío es fácil y sencilla: tirar de la manta.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete