Federico Martinón: «Los resultados de la vacunación contra la bronquiolitis en neonatos son espectaculares»

Un estudio acredita que la inmunización en Galicia durante el pasado otoño redujo un 80% el ingreso hospitalario de los recién nacidos

«Por supuesto que expulsaría a un médico antivacunas. Igual este discurso es solo un marcador de la obsolescencia de este profesional»

Federico Martinón Torres, en los pasillos del Clínico de Santiago MIGUEL MUÑIZ

Galicia ya tiene los resultados de su estrategia de vacunación a neonatos contra el virus respiratorio sincitial (VRS) -el responsable de las bronquiolitis agudas y las neumonías- puesta en marcha el pasado otoño mediante nirsevimab, y que han merecido la atención de la prestigiosa ... revista The Lancet Infectious Diseases, que los acaba de publicar. Detrás de este programa, pionero en España y que ha logrado reducir en un 80% los ingresos hospitalarios de los recién nacidos, está Federico Martinón Torres, investigador y jefe de pediatría clínica del Hospital Universitario de Santiago.

- ¿Satisfechos con los resultados o esperaban más?

- Muy satisfechos. Se corresponden con los datos de los ensayos clínicos, que siempre estaba en esas estimaciones. Se corresponde con el funcionamiento de la molécula. Muy contentos con que en el mundo real, con condiciones que no controlas, con toda la población y todas las variables que escapan al rigor de un ensayo, se reproduzcan esos números. La consistencia de que sean los mismos números en ensayos clínicos, en un ensayo pragmático publicados en New England y ahora los datos del mundo real, te habla de fiabilidad. Además, la cifra se alcanza con metodologías diferentes, por si acaso.

- ¿Cuál es el peso de las bronquiolitis en los ingresos hospitalarios en lactantes?

- Es la causa más frecuente de hospitalización en lactantes. Por estudios que hicimos previamente, en Europa, España y Galicia, la cifra exacta es de un ingreso por cada 56 recién nacidos sanos a lo largo de su primer año de vida a consecuencia del VRS. Fue un estudio amplio que se publicó en Lancet Respiratory Medicine hace un par de años, en el que hicimos un seguimiento de 10.000 recién nacidos de forma prospectiva en diferentes centros europeos.

- Contra el VRS hay varias opciones: la inmunización a la madre gestante, o al neonato. ¿Cuál cree que va a acabar imponiéndose como la más útil?

- Cuando en Galicia se tomó la decisión solo estaba aprobado en Europa el anticuerpo monoclonal. Es cierto que ahora está también autorizada la otra opción. Galicia ha decidido continuar con la vacunación a neonatos. Ha funcionado muy bien, los datos son espectaculares y tanto la logística como la aceptación de la población han sido perfectas. ¿Para qué cambiar? No quiere decir que la otra opción no pueda funcionar igual de bien. A nivel global no olvidemos que es un problema universal y hay espacio para ambas opciones.

- ¿Es una infección erradicable?

- No creo que sea erradicable, y menos con los medios de que disponemos. Estas medidas evitan la enfermedad, que no la infección, lo cual no es malo, en el sentido de que no vamos a modificar el comportamiento del virus. Idealmente, en un momento determinado si se pudiera erradicar sería perfecto porque es un virus que tiene un reservorio humano exclusivo. Si acabamos con él, podríamos erradicarlo. Pero la infección por VRS se produce en todas las etapas de la vida. El lactante nos preocupa porque es donde las tasas de incidencia de formas graves es la más elevada de todas, así como la tasa más alta de hospitalización. Para erradicarlo necesitaríamos herramientas que tuvieran impacto sobre la infección y la transmisión, que de momento no están ni son esperables, y tendríamos que vacunar a más segmentos de población.

- Galicia fue pionera en incorporar esta vacuna, pero otros muchos han seguido sus pasos...

- Cuando Galicia hizo el anuncio se produjo una reacción en cadena, otras CCAA lo secundaron y a mitad de verano el Ministerio de Sanidad decidió que para la temporada 23-24 se haría para toda España, a pesar del posicionamiento contrario de algunas autonomías. Fue una noticia excelente para España. El trabajo que se hizo para implementarlo no fue una decisión aleatoria, sino fruto de muchos años de gestión, preparación, obtención de presupuesto, negociación con los promotores, para conseguir que Galicia tuviera todas las dosis de la cohorte de recién nacidos. Otros vinieron después, como Francia o Estados Unidos, y no tuvieron dosis suficientes, con los problemas que eso implica. Eso no sucedió en Galicia.

- ¿Qué otros sistemas de salud han monitorizado estos resultados e implantado la estrategia?

- A partir de nuestro modelo y de una comunicación transparente de los datos principales todo el mundo pudo saber en tiempo real cómo iba yendo en Galicia. Eso propició que desde un principio tuviésemos peticiones de información adicional de países de todo el mundo. Hablamos de Chile, Países Bajos, Australia, Reino Unido, Alemania… Eso es bonito. Primero, poder ayudar a más; y que la gente se mire en el espejo de Galicia.

- ¿Han encontrado rechazo en los padres a los que se les ofrecía la vacunación de sus hijos?

- No, todo lo contrario. Había la incertidumbre, como cuando empiezas algo nuevo, de que hubiera escepticismo o reticencia. Pero en absoluto. Hay que felicitar a los padres gallegos. Una de las cosas más llamativas y que más nos preguntan es por el éxito en cobertura de inmunización, con un promedio del 92%, en cohortes específicas como alto riesgo es prácticamente del 100%. Además todo en tiempo récord, porque aquí era muy importante hacerlo antes de que empezara a circular el virus en otoño. Se consiguieron coberturas altísimas en apenas dos semanas. Influyen varios factores: las campañas de información, educación y sensibilización, con una importante ayuda de los medios de comunicación no solo de la campaña de vacunación, sino también por la atención que tuvo el invierno de 22-23, muy duro [en infecciones por bronquiolitis] y que tuvo un reflejo continuado. Eso aumentó el interés de la población sobre el problema y se empezó a hablar en toda España de las posibles soluciones antes de que se licenciaran. Y luego el compromiso de los profesionales de la pediatría. Al final es la sinergia de todo.

- Siempre hay suspicacias cuando se hace un estudio de la mano de un laboratorio. ¿Hay otra manera de probar las vacunas?

- No. No existe ningún país capaz de desarrollar hasta el final sus propias vacunas. Ni siquiera Estados Unidos. Si salimos de la pandemia es por la colaboración entre la academia y la investigación, y la industria farmacéutica. Si no, no habría sido posible. Podemos tener grandes laboratorios de investigación como tenemos, hacer las fases preclínicas, identificar los compuestos necesarios, pero para hacer un desarrollo a gran escala y asumir los pasos necesarios para que llegue con todas las garantías a toda la población necesitas a la industria. No es ni bueno ni malo. La industria farmacéutica tiene sus intereses, sí. Pero eso no quiere decir que no haya intereses comunes desde diferentes ángulos.

- Hablando de infecciones, los casos de sarampión se han duplicado a nivel mundial en los últimos dos años, aunque es cierto que el repunte es sobre todo en Estados Unidos, Canadá y América Latina. ¿Hay riesgo de que esa ola llegue hasta España? ¿Qué estamos haciendo mal para retroceder en esta inmunización?

- El riesgo de que llegue es real. Si dejas de vacunar contra una enfermedad, vuelve. Solo hemos conseguido erradicar la viruela. Y las primeras que vuelven son las más infecciosas. Y la mayor de todas es el sarampión, mucho más que el covid. Tiene un índice de rotación de 18, frente al 2-3 del covid. Y fíjate la que se montó en pandemia. Para mantener a raya una enfermedad, la cobertura vacunal que necesitas es mayor cuanto mayor es ese índice. Con el sarampión necesitas coberturas mantenidas con dos dosis por encima del 95%. No es que la gente de repente se deje de vacunar. En el momento en el que bajas la cobertura en un determinado punto pierdes la inmunidad de rebaño y el virus ya tiene por dónde circular. Cuando hablamos de coberturas del 95% no es que todos los barrios estén ahí, lamentablemente habrá áreas al 100% y grupos acumulados del 60%. La media puede ser alta pero hay desigualdades. Y perder esa inmunidad de rebaño es fácil, pero recuperarla puede ser complicado. La primera que vino fue el sarampión; avisamos de que la siguiente sería tosferina, y aquí está ya. En España estamos bien porque mantenemos coberturas por encima del nivel de protección y solo tenemos casos esporádicos importados. Pero es absurdo pensar que somos más listos que los demás. Por eso hay que hacer esfuerzos, no caer en la autocomplacencia, detectar las causas de los que no se vacunan y no asumir que son cuatro locos con sombrero de aluminio. En general, la mayoría de la gente que no se vacuna son personas que tienen dudas, que no es capaz de resolverlas y cree que la solución correcta es no hacerlo. Esto se combate con educación e información, esa es la obligación de las instituciones.

- Se puede tener dudas sobre la eficacia de ir a un curandero a quitarte el mal de ojo. ¿Pero en qué momento se duda de la ciencia?

- Siempre se ha dudado de la ciencia, no es nuevo. Si analizamos la historia de las vacunas, vemos que siempre ha habido científicos en contra, incluso ahora aparecen personas con bata blanca con ese discurso. Lo que ha cambiado ahora es la capacidad de difusión de ese mensaje para llegar a la población. Una persona, con la accesibilidad que tenemos hoy a información sin contraste o de mala calidad, puede creerse este tipo de bulos. La responsabilidad es de las autoridades, para informar y de educar de manera constante. No hay otra intervención que sea eficaz. Es la única manera de prevenir este fenómeno. Luego hay otra, que son los responsables sanitarios, que deben ser proactivos con la vacunación. Y ahí la administración debe ser tajante con los díscolos dentro de la profesión sanitaria, porque ahí hay una responsabilidad civil y penal. Es como si yo digo que prefiero operar sin lavarme las manos y sin guantes porque creo que me va bien.

- ¿Expulsaría de la carrera al médico que sea anti vacunas?

- Sí, por supuesto. A esa persona habría que expedientarla y analizar si su práctica está tan desactualizada y fuera de la norma como la vacunas. Igual su discurso es solo un marcador de la obsolescencia de ese profesional.

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