Condenan a la CIG por mentir sobre el despido de los senegaleses que auxiliaron a Samuel Luiz
La central nacionalista publicó «información no veraz», según una sentencia judicial
Galicia
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Iniciar sesiónEn enero de 2023, la Confederación Intersindical Galega (CIG) emitió un comunicado de prensa acusando a la empresa que había contratado a los dos jóvenes senegaleses que auxiliaron a Samuel Luiz de «despedirlos por tomarse vacaciones». En ese escrito, difundido entre los medios, ... el sindicato nacionalista criticaba que la fábrica que había dado una oportunidad a Ibrahima y Magatte —las únicas personas que trataron de socorrer al joven coruñés que en julio de 2021 fue apaleado hasta la muerte por un grupo de jóvenes— los dejaba en la calle simplemente «por tomarse vacaciones». De la empresa en cuestión, Puertas Betanzos, la central censuró que el contrato de los senegaleses era «abusivo» y que realizaban jornadas «de hasta 10 y 11 horas diarias» y «el salario más bajo de la convención». En sus acusaciones contra la fábrica y su dirección, la CIG alegó que había tratado de presionar a los trabajadores para que no se fueran de viaje a ver a sus familias tan solo «un día antes de la salida de los vuelos». Y añadían: «En represalia, ese mismo día fueron despedidos», alegando «motivos económicos» y «reemplazados inmediatamente en sus puestos por nuevos trabajadores», sin tan siquiera recibir las correspondientes «indemnizaciones ni liquidaciones salariales». Los trabajadores acudieron entonces al sindicato y, siempre según la nota difundida a través de las redes sociales de la CIG, denunciaron que «su contratación fue un truco publicitario para aprovecharse de la notoriedad que habían adquirido en su momento por su acción».
Ante la retahíla de acusaciones, la empresa coruñesa no tardó en elevar la voz para emitir un comunicado de respuesta evidenciando su malestar. Anunciaron «acciones legales por intromisión ilegítima en la reputación» de la empresa frente a la CIG, y además pidieron la rectificación de estas manifestaciones y una indemnización económica por daño moral. Sobre el trato que le dieron a Ibrahima y Magatte durante su permanencia en el taller, rechazaron de plano «prácticas ilegales» en la contratación de los jóvenes senegaleses, o que percibieran «un salario más bajo que el establecido en el convenio». En la misma línea, negaron que se les hubiera presionado para reconsiderar sus vacaciones. Sobre el motivo del despido explicaron que se debió a «causas organizativas, productivas y económicas» e insistieron en que los dos empleados «fueron avisados con la antelación suficiente» y recibieron «la máxima indemnización establecida por ley».
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Dos años y medio después de este episodio que puso en tela de juicio la gestión de la empresa que había tendido la mano a Ibrahima y Magatte, los tribunales han hablado. En una sentencia a la que ha tenido acceso ABC, el juzgado número 1 de Betanzos ha determinado que la CIG cometió un delito contra el honor de Puertas Betanzos, resaltando que cometieron una «intromisión ilegítima en el derecho al honor» de la misma. En el mismo fallo, obligan a la central a emitir un comunicado con la parte dispositiva de la sentencia, además de a colgar la resolución al completo en su web (paso ya dado por el sindicato) y a abonar una indemnización de 3.000 euros en atención por los daños causados.
Para el juez, los trabajadores despedidos «no indicaron al responsable de la CIG lo recogido en la nota de la prensa, no sabían el motivo del despido y por lo tanto no lo asocian a las vacaciones de forma inequívoca, no fueron forzados a renunciar a sus vacaciones y no sabían las causas del despido». Y añade el fallo: «Ambos trabajadores expusieron la jornada laboral que realizaban al representante de la CIG que echaban más horas que sus compañeros, pero no lo relativo al salario bajo ni sobre la indemnización y liquidación salarial, porque a la vista de sus manifestaciones se había recibido, por lo visto, el finiquito». E insiste el tribunal en que «la información difundida no era del todo veraz».
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