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Concluye sin acusados la investigación de la muerte de un empresario tiroteado en 2004 en Vigo

No se han encontrado pruebas suficientes acusar a ningún sospechoso, aunque la hipótesis policial sigue siendo que los autores del homicidio serían familiares de la víctima

La Policía desempolva la causa del crimen de un empresario de Vigo asesinado a tiros hace 18 años

Los juzgados de Vigo, en una imagen de archivo MIGUEL MUÑIZ

ABC

SANTIAGO

Han pasado casi dos décadas desde que Manuel Salgado Fernández fue asesinato de un tiro en la cabeza. Era el año 2004, y todavía no hay encausados por su muerte: de hecho, este viernes se hizo público el auto mediante el cual el juez cerró la investigación —reabierta hace algo más de un año— sin ningún acusado, al no tener pruebas suficientes para ello. No obstante, la Policía sigue teniendo sospechosos: el auto recoge que "la hipótesis policial sigue considerando que los autores del homicidio se encuentran, directa o indirectamente, en el círculo familiar más próximo a la víctima". Pero, de las diligencias, "se desprende que no resulta información relevante ni nuevos datos objetivos sobre la autoría de los hechos, sino que se mantienen las meras sospechas, hipótesis y conjeturas del principio, no corroboradas con hechos objetivos y que, por tanto, no sirven de base para continuar la investigación, por lo que es procedente concluir el presente sumario sin procesamiento alguno".

Después del crimen, en el que el empresario apareció con un tiro en la cabeza, la Policía había detenido a su exmujer, María del Sol P., directora del Colegio Lar de Mos. Por aquel entonces también la jueza había encontrado indicios suficientes para detener a la pareja sentimental de Sol P. Sin embargo, diversos testigos constataban su coartada: en el momento del asesinato se encontraban en su casa. La Audiencia de Pontevedra ordenó entonces archivar el caso.

Fue gracias a la insistencia de los familiares de la víctima, que incluso llegaron a los servicios de un equipo de criminólogos, por lo que se volvió a abrir la causa. Los informes que aportaban eran suficiente para que el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo considerara que había razones suficientes para desempolvar la causa. En el auto del viernes, el juez recuerda que en aquel diciembre de 2021 "se constataban numerosas dudas e incongruencias, que necesitaban una respuesta lógica", al tiempo que ya se advertía de que "el transcurso del tiempo podría hacer muy difícil, y en algún caso imposible, cerrar todas esas incertidumbres de manera clara".

Un cartucho perdido

Y también recuerda el juez que "en dicho auto se señalaba que una semana antes del homicidio, más o menos, un vecino del inmueble donde se produjeron los hechos encontró un cartucho percutido que resultó del mismo calibre, marca, características y disparado con la misma arma que luego se usó en el crimen", por lo que apuntaba a que era "muy probable" que el autor de los hechos "hubiera estado en el garaje unos días antes del crimen y que pudiera haber efectuado un disparo con la misma pistola y con el mismo tipo de cartuchos que luego se usaron para matar a la víctima", informa el TSXG. Ese suceso levantaba las sospechas de que "si este crimen fue o no cometido por un profesional por encargo, ya que semejante descuido de dejar abandonado un cartucho percutido y usar luego para cometer el crimen la misma arma y la misma munición no parece acomodarse al perfil de un sicario profesional, pues parece más propio de un aficionado o persona no preparada que estuvo valorando cómo actuar y que, intencionadamente o no, disparó días antes del 2 de abril un tiro en el garaje, dejando olvidado el cartucho". Además, según el instructor, "por la posición del cadáver y la ubicación de los cartuchos, policialmente se llega a la convicción de que la víctima vio al agresor y que lo conocía, ya que no hizo intención de huida, sino de meterse en el interior de su vehículo para esquivar un enfrentamiento verbal". Todo ello indica a la relación familiar del homicida, pero la investigación policial fue, en su momento, "especialmente deficiente, incompleta y carente de un criterio lógico" que tiene consecuencias que no haya acusados dos décadas después. "Se privó de mucha información policial, dejando muchos cabos sueltos que el paso del tiempo ha impedido solventar, pues los nuevos testigos llamados ofrecen versiones que en nada ayudan a resolver tales incertidumbres", recoge el magistrado.

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