La Comisión Europea responde al BNG que la mina de Doade cumple con la legislación medioambiental

«Se analizaron las repercusiones medioambientales y sociales y el uso de unas prácticas empresariales transparentes. La evaluación concluyó que el proyecto se ejecutaría de manera sostenible, de conformidad con el reglamento de materias primas fundamentales», responde el vicepresidente ejecutivo del organismo para la Estrategia Industrial.

Asimismo, la Comisión Europea indica que la consideración de proyecto estratégico para este mina implica que se han llevado a cabo unas «prácticas socialmente responsables» desde el «respeto a los derechos humanos» que incluyen consultas «exhaustivas y significativas» con las comunidades locales. Replican, de esta forma, la demanda del BNG de involucrar a la población local en el proceso.

«Además, la concesión de la condición de proyecto estratégico no socava la obligación del promotor del proyecto de respetar la legislación de la UE en materia de medio ambiente, que exige la consulta pública de los planes relacionados con el medio ambiente y de los proyectos que puedan tener efectos medioambientales significativos», incluye la misiva.

Al contrario que con otros proyectos mineros e industriales, como el proyecto de Altri para construir una fábrica de fibras textiles y el de la mina de Touro-O Pino, Doade supone la excepción de la alianza entre PSOE y BNG de cara a rechazar todas estas iniciativas industriales.

En este caso, el secretario xeral de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, mostró su apoyo al proyecto al estar alineado con la «autonomía industrial que defiende Europa», una estrategia que también defiende casualmente el PSOE, a pesar de que la incapacidad de Pedro Sánchez de aprobar unos Presupuestos Generales del Estado le impiden aumentar el gasto en defensa, de acuerdo a los compromisos con el resto de socios europeos.

A pesar de marcar distancias con su rechazo a Altri - «el litio es estratégico, pero la celulosa no», afirmó Besteiro-, desde el BNG no dudaron en emplear la misma terminología que con el proyecto de Palas de Rei, acusando al proyecto de Doade de «depredación extractivista» o «expolio». Una ofensiva de la que se salva de momento el último proyecto industrial estratégico aprobado medioambientalmente, la planta de fibras recicladas de Ence proyectada en As Pontes, olvidadada tanto por nacionalistas como ecologistas por algún motivo.

Por su parte, la Xunta siempre se mostró favorable a aprovechar la oportunidad brindada por Europa para acoger uno de los 47 proyectos estratégicos de la UE y sacar provecho al «potencial del subsuelo gallego» para generar más riqueza y puestos de trabajo en la zona.

En cualquier caso, tanto este proyecto como los demás declarados estratégicos por la UE -además de la mina de Doade, otros seis se desarrollarán en España-, estarán sometidos a un «seguimiento» para asegurarse de que se cumplen con los criterios del reglamento materias primas fundamentales. Esta normativa, presentada el pasado mes de marzo, tiene por objetivo «reforzar las cadenas de suministro» de materiales como el litio, el cobalto, el níquel, el galio o las tierras raras, desde la minería al refinado, la base sobre la que sustente el anunciado rearme europeo.

De esta forma, Europa busca mejorar la resistencia de estas cadenas de valor frente a las «perturbaciones», como las amenazas arancelarias de las que hace bandera el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Además, la vuelta a la extracción permitirá al Viejo Continente limitar su dependencia de estos materiales, que además de la defensa, son fundamentales para las energías verdes, ya que de ellas dependen los aerogeneradores eólicos, los coches eléctricos o las placas fotovoltaicas, entre otros.