Cobre San Rafael defiende que «Touro es el proyecto minero-ambiental más completo que se ha presentado en España»
La compañía tilda las acusaciones del BNG de «irresponsables», sin base científica y alarmistas
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La compañía promotora de la mina de Touro abandona la vía judicial y, con ella, toda posibilidad de retomar el antiguo proyecto, de 2017, que recibió una Declaración de Impacto Ambiental negativa por parte de la Administración autonómica. De este modo, pendientes aún ... de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia tome una decisión sobre el recurso presentado por la empresa, Cobre San Rafael descarta la posibilidad de retomarlo aún si fuese a su favor, y centra todas su apuestas en el actual, que se encuentra en tramitación. Es, se atreven a decir, el proyecto más completo que se haya presentado nunca en España. Una afirmación que contrasta con el rechazo manifiesto del BNG a la iniciativa, que tilda de «atentado contra el medio ambiente» en lo que la compañía define como una «exageración irresponsable» que carece de base científica.
La compañía presentó el recurso solicitando la revisión de la DIA en 2021, un paso «lógico» y «muy común» en procedimientos administrativos, aseguran a cuestiones planteadas por ABC. En base a su «experiencia previa en muchos otros proyectos», estaban «convencidos de que la documentación presentada era suficiente». Ahora, tras pasar por la sala provincial encargada de ver los contenciosos administrativos, han llegado hasta el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, todavía pendiente de emitir el fallo, pero «diga lo que diga la justicia», la empresa «ha optado por no seguir por esta vía».
Esto no significa que «descarten» que pudiesen darles la razón, si bien desde Cobre San Rafael admiten que «quizá era más probable la sentencia negativa, a tenor de lo observado en otros procedimientos en los que el TSXG optó por la suspensión de proyectos industriales, mineros y energéticos». Es el caso, explican, de la mina de Penouta, en la que el propio Tribunal «alude al rechazo de la iniciativa por parte de la DIA como precedente del caso en materia medioambiental».
Pero pase lo que pase, descartan tomar más acciones legales, enterrando así el viejo proyecto. La compañía ahora, dicen, está «inmersa» en impulsar la nueva iniciativa. «Con el nuevo proceso, hemos intensificado el detalle y la amplitud de los estudios y diseños, y nos atreveríamos a decir que es el proyecto minero-ambiental más completo que se ha presentado nunca en España, de lo cual estamos orgullosos», aseguran. Algo «excepcional» del mismo es la inversión hecha hasta la fecha, «sin certeza de éxito posterior», que supera los 22 millones de euros. Una quinta parte, explican, ha sido dedicada a reparar los pasivos ambientales de la antigua explotación. Esta es, además, una de las grandes diferencias entre ambos proyectos. En actual incluye la restauración íntegra de la zona, incluida la nueva explotación y los antiguos depósitos de estériles, sobre los que prácticamente no se ha operado desde que se clausuró la mina en 1986. «No es cuestión de hacer las cosas más o menos baratas, sino de hacerlas bien, porque nuestro compromiso con Galicia es a largo plazo».
El proyecto, que fue declarado estratégico por la Xunta, cuenta con un amplio apoyo del sector, tanto a nivel nacional como internacional. Se trata, según la Federación Europea de Geólogos, de una de las 10 oportunidades mineras de Europa. No es la única de España –destacan otros dos yacimientos, en Andalucía y Extremadura– pero sí en Galicia. Y también tiene el respaldo de la Asociación de mineros de Touro-O Pino, que presentó 5.000 alegaciones positivas. En total, fueron 6.000.
«Atentado ambiental»
En la otra cara de la moneda se encuentran asociaciones vecinales y ecologistas, que, siguiendo el patrón de 2017, muestran un rotundo rechazo al proyecto. En total, desde la plataforma vecinal Mina de Touro-O Pino Non, presentaron unas 10.000 alegaciones negativas contra el proyecto que, dicen, constituye una amenaza para sus vidas, su salud y la actividad agroganadera de toda la comarca. E, igual que en la ocasión anterior, esta vez también cuentan con el apoyo de los nacionalistas. De hecho, el pasado viernes una delegación del Bloque Nacionalista Galego, encabezada por Ana Pontón, acudió al concello de Arinteiro a reclamar la paralización de la mina que, aseguró la portavoz nacional, es un «atentado contra el medio ambiente».
Según Pontón, es un «escándalo» que la Xunta admita a trámite un proyecto que, aseguró, es prácticamente igual al presentado en 2017. «Una vez más, el PP del lado de las empresas en la explotación colonial de nuestros recursos, en lugar de defender el interés general», censuró, criticando que se trata de una iniciativa propia de la «minería del siglo XIX». Desde la formación nacionalista y la plataforma vecinal denuncian que «a 200 metros de las casas de Arinteiro se prevé construir una balsa de residuos tóxicos y contaminantes», de 3 kilómetros superficie y un muro de 80 metros de altura, que «haría imposible la vida, la seguridad y las actividades agrícolas en toda la comarca».
«Exageración irresponsable»
Acusaciones ante las que la empresa respondió con contundencia, afeando que «las afirmaciones sobre los impactos en las viviendas y en la calidad de vida de los vecinos son infundadas», y que «el proyecto que fue paralizado en su momento no tienen nada que ver con el actual». Según defienden desde Cobre San Rafael, el actual incluye más de 80 diferencias y mejoras, pero el BNG continúa «empleando los mismos argumentos que en 2017». «Hablar de un atentado al medio ambiente y al modo de vida de miles de personas es una exageración irresponsable y trata de crear una alarma social sin una base científica contrastada», denuncian sobre las declaraciones de los nacionalistas.
Sobre el depósito de estériles, señalan que «no contendría elementos tóxicos, sino arenas húmedas procedentes del proceso de molienda del mineral, un material que ya estaba presente en el terreno de manera natural». En este contexto, tildan de «alarmante» que se sigan utilizando «discursos que no tienen en cuenta los avances legislativos recientes», sobre todo teniendo en cuenta que «lo que unos definen como minería del siglo XIX es, en realidad, un modelo de minería responsable y moderna, adaptado a los estándares más exigentes». En todo caso, habrá que esperar al resultado de la DIA.
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