Ciarán complica el homenaje de los gallegos a sus seres queridos

Minutos antes de las 13.00 la Dirección Xeral de Emerxencias e Interior de la Vicepresidencia Primera informó de que aumentaba la alerta naranja por temporal costero que comenzaba en la tarde de ayer, en toda la costa, a nivel rojo a partir de la pasada madrugada en el litoral de La Coruña. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) pronosticaba mar combinada del oeste o del noroeste con olas de hasta nueve metros y viento del oeste de fuerza 8 y localmente fuerza 9. Un panorama no mucho mejor en el resto de la costa, en alerta naranja. La Xunta, a través del Centro Integrado de Atención a las Emergencias 112 Galicia, informó de la situación a Concellos, diputaciones, servicios provinciales, Protección Civil y clubes náuticos. Se apremió a la población a mantenerse alejada de la línea de costa; así como a extrema la seguridad en cualquier actividad en el mar y revisar cabos y amarres de embarcaciones.

En la tarde de este miércoles también se activó la alerta naranja por rachas máximas de vientos de hasta 100 kilómetros por hora en la provincia de La Coruña; en la Marina lucense, centro y montaña de Lugo; en la montaña de Orense; y en el interior de Pontevedra; con aviso amarillo por rachas de hasta 90 kilómetros por hora en el resto de la Comunidad. Además, Galicia estuvo pasada por agua, con alerta amarilla casi generalizada por precipitaciones acumuladas de más de 40 milímetros en 12 horas.

El último boletín que envió el 112 Galicia, a media tarde, con datos recabados sólo hasta las 18.00 —es decir, antes de que se recrudeciera el temporal—, dejaba constancia de 84 incidencias desde el mediodía, o lo que es lo mismo, en apenas seis horas. La más numerosa, caídas de ramas y árboles, con más de tres decenas, seguidas de afectación cables de luz o telefónicos. Los servicios de emergencias también intervinieron para apuntalar tejados o retirar vegetación. Las provincias de La Coruña (35) y Pontevedra (28), en la fachada atlántica, eran lógicamente las más afectadas.

Ninguna de esas 84 incidencias causó daños personales, pero un conductor sufrió la caída de un árbol sobre su vehículo en Laxe. Un coche volcó en San Sadurniño, con un herido. Fueron dos en A Estrada, en un accidente con tres coches implicados. Renfe interrumpió la circulación entre Orense y Vigo y La Coruña y Ferrol, con transporte alternativo por carretera.

Así las cosas, el temporal inevitablemente condicionó la jornada de Difuntos. Los cementerios, que siempre amplían sus horarios el 1 de noviembre, echaron el cierre a las 16.00 en Vigo. A la misma hora se clausuró, en La Coruña, el acceso principal al de San Amaro, aunque se pudo acceder por las entradas laterales hasta las 19.00. En Cambados (Pontevedra) se dio una gran afluencia por la mañana. «La gente decía que por la tarde iba a venir temporal y ya no podrían ir», relataba Cristian, un vecino. La habitual misa se suspendió. En Santiago o Ferrol se cerraron los parques, entre otras medidas.

El mal tiempo tampoco impidió la celebración de la Feria de Santos en el municipio lucense de Monterroso, de origen medieval y declarada de Interés Turístico. Acudieron, por la Xunta, los conselleiros de Medio Rural, José González, y el do Mar, Alfonso Villares. Amén de otros representantes políticos, como José Ramón Gómez Besteiro, candidato del PSdeG al gobierno gallego, quien aprovechó para lanzar varios reproches al presidente Alfonso Rueda; incluido que no hubiera acudido a la feria.

La ciclogénesis explosiva que trae Ciarán se agravará aún más a medida que avance la tarde de este jueves, según la previsión de la Aemet. La Xunta recomienda evitar o cuanto menos reducir los desplazamientos por carretera, extremando las precauciones por posibles obstáculos en la vía, bolsas de agua y zonas inundadas. Para peatones, alejarse de cornisas, muros o árboles y tener cuidado al pasar cerca de edificaciones en construcción o en mal estado. A la vez, en las viviendas, cerrar y asegurar puertas, ventanas o toldos; además de retirar macetas y cualquier objeto que pueda caer a la calle.