La carrera de fondo para hacerse con las diputaciones provinciales
La ola de mociones de censura en La Coruña, especialmente, la de Ribeira, avanza los posibles cambios en 2027
Un movimiento similar en Sarria podría decantar el partido judicial clave de Lugo en las próximas municipales
Alejandro Gesto
Santiago
Las diputaciones provinciales son, quizá, las instituciones políticas más desconocidas para la ciudadanía, salvando las europeas. Especialmente en las ciudades, porque su actuación tiende a concentrarse allí donde los ayuntamientos más pequeños no son capaces de llegar, ya sea por sus limitaciones económicas, de población ... o técnicas. Pero al margen de su labor de gestión, las diputaciones son también un bastión más a través del que los partidos reflejan su poder territorial. Y por eso no las pierden de vista. En Galicia, la carrera de fondo para hacerse con ellas en las próximas elecciones municipales −en poco más de año y medio− se va haciendo cada vez más patente.
En los anteriores comicios locales, celebrados en mayo de 2023, la cosa quedo en tablas en nuestra Comunidad, con dos diputaciones presididas por el PP (Pontevedra y Orense) y dos diputaciones lideradas por el PSOE (La Coruña y Lugo). La complicada aritmética electoral dio lugar a paradojas como que en Lugo el PP no gobierne la diputación a pesar de ser la provincia donde más porcentaje de voto tuvo, con alrededor de un 45%, y a que sí gobierne la de Pontevedra a pesar de que PSOE y BNG superaron el 50% de las papeletas, situándose, en conjunto, unos 15 puntos por encima de los populares, que ganaron las elecciones.
-
El verano de las mociones de censura: cuatro en solo un mes
Alejandro gesto
Sin embargo, antes de que cerrasen las urnas este resultado no estaba nada claro. Prueba de ello fue la sorpresa que mostró entonces la socialista Carmela Silva al perder la presidencia de la Diputación de Pontevedra, que ostentó durante ocho años: «Para nada esperaba yo este resultado», reconoció, lo que atribuyó a un «error de percepción» al no haber previsto que perderían diputados en los partidos judiciales de Pontevedra, Tui y Vigo.
Ahí estuvo la clave en la provincia pontevedresa, que se explicó por diferentes motivos. El primero, la pérdida de votos de Abel Caballero en la ciudad olívica donde, a pesar de volver a cosechar un resultado más que contundente −por encima del 60%−, se dejó 20.000 apoyos con respecto a cuatro años antes. El PP, por el contrario, aumentó en 5.000. En ese mismo partido judicial, el regreso de Jesús Vázquez Almuíña a Baiona, tras su paso por la Xunta, llevó a los populares a casi duplicar su resultado, sumando 2.000 nuevos votos. Aún sin conseguir la alcaldía, también fue notable el avance del PP en Gondomar, Nigrán y Redondela. Lo mismo pasó en Tui, donde el PP duplicó sus apoyos, o en Pontevedra, donde ganó 3.500, quedando por delante del BNG de Lores.
Según interpretan fuentes provinciales de los populares, se recogieron los frutos del trabajo de Alfonso Rueda en su etapa como líder pontevedrés, con un buen resultado no solo en esos tres partidos judiciales, sino en toda la provincia. Para 2027, además de intentar consolidar estos avances, intentarán presentarse como una alternativa de estabilidad para los «250.000 vecinos de la provincia que viven bajo gobiernos rotos, divididos o débiles». Se refieren, así, a los habitantes de los concellos donde hay ejecutivos formados o apoyados por tres o cuatro partidos diferentes.
En la provincia más poblada, La Coruña, el socialista Valentín González Formoso consiguió mantenerse al frente de la diputación a pesar de haber perdido votos en la ciudad herculina, en Santiago y en Ferrol. En las dos últimas perdieron la alcaldía. En total, el PSOE se dejó unos 25.000 apoyos en la provincia, pero fueron trasvasados al BNG, que ganó otros tantos, así que terminaron saliéndole las cuentas. También ayudo la concentración del voto de izquierdas en estas dos fuerzas, al perder buena parte de su peso las Mareas que en 2015 llegaron a hacerse con las alcaldías de las tres principales ciudades coruñesas.
La concentración del 'voto útil' y la desaparición de partidos independientes podría cambiar las tornas en La Coruña y Lugo
El voto útil es, precisamente, donde ponen el foco fuentes de los populares coruñeses, que apuntan a «los votos a VOX que se fueron a la basura», al no conseguir los de Santiago Abascal ni siquiera un concejal en toda la provincia, pero restar votos al PP en las ciudades o en cabezas de comarca como Ribeira. En la capital barbanzana están puestas todas las miradas. Allí los populares acaban de recuperar la alcaldía con el apoyo del PBBI, una escisión que en 2023 le entregó el bastón de mando al BNG. En ese partido judicial, podría bailar un diputado provincial si, como no descartan, los independientes apuestan por no presentarse a las elecciones en 2027 y concentrar el voto de la derecha en el PP.
Por un puñado de votos
En la provincia de Lugo, la cosa se decidió en 2023 por un puñado de votos. 106, en concreto, fueron los apoyos que separaron a la popular Elena Candia de recuperar la diputación que presidió fugazmente en 2015 gracias a un díscolo socialista −Manuel Martínez, alcalde de Becerreá, ahora líder de su propio partido independiente−, que protestó primero votándose a sí mismo al ser y luego absteniéndose al ser vetado por el BNG para presidir la institución.
Fue en el partido judicial de Lugo donde le faltaron las 106 papeletas a Candia. Podría haberlas conseguido en la capital, donde la alcaldía se le resiste a los populares desde 1999. Pero también habría podido sumarlas en otro ayuntamiento de ese inmenso partido, como Sarria. Por eso cobra especial relevancia el pacto al que llegó el PP hace unas semanas con otra escisión socialista hermana: Camiña Sarria, que ostenta la alcaldía. En el marco de ese acuerdo, a cambio del apoyo de la Xunta a varias iniciativas del actual gobierno local, la formación independiente se compromete a disolverse una vez termine el mandato. Como en Ribeira, los votos por los que ya no lucharían los independientes podrían irse al PP, facilitándoles el camino a presidir la diputación.
Y en la provincia de Orense, como en la propia capital, el juego se reparte entre Democracia Ourensana y el PP: el concello para Gonzalo Pérez Jácome y la diputación para los populares. Primero para José Manuel Baltar, que perdió la mayoría absoluta en 2019 y, tras su renuncia en 2023, con Luis Menor al frente. A poco que salven los muebles, en 2027 no habría cambios en Orense, puesto que el PP y Democracia Ourensana, por encima del 50% de los votos, le sacan cinco diputados provinciales a PSOE y BNG.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete