LA CALLE DEL PRÍNCIPE
Recuerdos del primero de mayo
Por primera vez en mi familia hay una generación de niños que no han participado en el Día Internacional de los Trabajadores
Por primera vez en mi familia hay una generación de niños, mis seis nietos, que ni saben ni han participado nunca en actividades relacionadas con el Día Internacional de los trabajadores, que fue así como la II Internacional, en 1889, decidió honrar a los mártires ... de Chicago, sindicalistas de ideología anarquista que fueron ahorcados en 1887 tras los hechos de la plaza Haymarket de 1886. El 1 de Mayo nació, pues, para honrar la lucha por los derechos laborales. Y fue una fecha histórica para el movimiento obrero que ha sobrevivido ya más de 136 años.
La mayoría de los vigueses desconocen que hace 50 años hubo un muerto por bala aquel 1 de Mayo de 1975, en lo que entonces era la planta transformadora de Fenosa y hoy es el centro comercial Travesía. Estaba de guardia un trabajador de Fenosa, Fernando Montenegro, que se acercó a la verja para ver de cerca como unos jóvenes cortaban la carretera Vigo-Pontevedra para reclamar democracia y libertad frente a la dictadura. Un guardia civil fuera de servicio, al ver la manifestación sacó su pistola y con total desprecio por la vida efectuó los disparos que causaron el asesinato de una persona que estaba en su puesto de trabajo, ajeno a la protesta. Los que protestaban eran, entre otros, mis compañeros de la Liga, organización trotskista a la que tuve el honor de servir. Uno de mis mejores amigos, Eduardo Pahino, fue detenido a las pocas horas y sometido a torturas y humillaciones. Tenía 19 años, y ahora es un exitoso emprendedor del sector textil en República Dominicana.
Fui alcalde de Vigo de 1991 a 1995 y lamento que no haya ningún recuerdo de ese momento de la historia de Vigo. No actué bien. Pude hacer algo para que los jóvenes vigueses sepan que no hubo nada gratis para conseguir la democracia. En mi familia, mis hijos y nietos saben que, cuando un 2 de mayo nació mi hija mayor, Paula, yo estaba detenido. En aquella última detención, en la que fui tratado adecuadamente, un policía que me interrogó predijo que algún día me protegería, que ese era su trabajo, hacer cumplir la ley. Así fue. En 1995, cuando intentaron asaltar el portal de mi casa por la terrible manipulación de la empacadora, que me costó la Alcaldía, se acercó y se identificó. Había cerrado el círculo, de la detención a la Alcaldía. De luchar por la libertad a víctima de una gran mentira, pero siempre intentando servir y no servirse del pueblo.
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