La campaña gallega de la vicepresidenta: Díaz evita Ferrol y se encomienda a la 'Ascensión electoral'

Santiago es una ciudad pequeña, que no alcanza los 100.000 habitantes, pero si el radio se reduce al casco histórico y, más concretamente, al entorno en el que este jueves la capital gallega celebraba sus fiestas de la Ascensión, entonces las probabilidades de encontrarse con un político en campaña tienden al infinito.

Díaz, optando por una campaña de perfil bajo, sin mítines e incluso evitando acto alguno en Ferrol, donde inició su carrera, dividió su jornada de campaña gallega en dos 'paseíllos', culminados con sus correspondientes atenciones a los medios. Antes de comer, en Santiago, y por la tarde en La Coruña.

En la capital gallega, citó a la prensa en una plaza de O Toural a rebosar, no por su presencia, sino por un desfile de cabezudos. Díaz llegó abrazada a María Rozas, candidata a la alcaldesa santiaguesa por Compostela Aberta, lista que la también ministra de Trabajo apoya dentro de un galimatías de alianzas a veces contradictorias. En La Coruña, por ejemplo, donde estuvo por la tarde, Díaz patrocina la candidatura de Por Coruña, la coalición de Podemos enfrentada a Marea Atlántica. La izquierda al PSOE en Galicia —BNG al margen— continúa siendo un auténtico reino de Taifas.

Fue con la comitiva socialista, precisamente, con la que primero se tropezó Díaz en su brevísima ruta por un caso histórico abarrotado de turistas y vecinos en el día grande de las fiestas. El tiempo, soleado y primaveral, invitaba al paseo. La expedición de Compostela Aberta bajaba por Porta Faxeira justo en el instante en el que el líder del PSOE gallego, Valentín González Formoso, y el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, atendían a un grupo de periodistas. Díaz se detuvo, se abrazaron y se fotografió con el veterano candidato socialista a revalidar la alcaldía de la capital gallega.

Con los acordes de las guitarras de la tuna de fondo, que sus miembros rasgaban mientras tomaban un refrigerio —uno de ellos gritó «presidenta» para orgullo de su comitiva—, los de Yolanda Díaz se encontraron de inmediato con el cónclave popular. El portavoz de campaña del PP, Borja Sémper; también de visita en Compostela; su tocayo y candidato del partido a la alcaldía, Borja Verea, y la secretaria general del PPdeG, Paula Prado, participaban, en una mesa de la terraza anexa a los de la tuna, en un programa en directo de Onda Cero. Díaz les saludó con efusividad y ellos se levantaron para corresponderle.

Díaz y el séquito de Compostela Aberta llegó, por fin, al punto donde habían convocado a la prensa para hacer declaraciones: la estatua de 'Las Dos Marías', que homenajea a dos hermanas que se hicieron populares, a finales de los 70, por pasear diariamente por el casco histórico con atuendos excéntricos y maquillajes excesivos. Muchos encuentros en apenas 150 metros, pero que además luego tuvieron secuela en las carpas. Díaz saludó allí a la líder del BNG, Ana Pontón, y a la candidata nacionalista a la alcaldía santiaguesa, Goretti Sanmartín, que a la misma hora se encomendaban también en la Alameda a la 'Ascensión electoral', a las 'cuncas' de vino tinto y a las raciones de pulpo 'á feira'.

Ante las cámaras, además de responder a la prensa sobre las candidaturas de Bildu que incluyen etarras, y otras cuestiones de actualidad, Díaz había repetido tres veces que Santiago era su ciudad —recordó que estudió en la capital gallega—. Y la vicepresidenta finalizó su periplo como lo había comenzado: de ganchete con Rozas en cada 'selfie' que los simpatizantes le reclamaban, para que la candidata compostelana saliese en todas y cada una de las fotos que se tomaron. De ganchete, como 'Las Dos Marías', a quienes Marta Lois, edil de Compostela Aberta, amiga personal de Díaz y partícipe de la comitiva, homenajeaba también con un pin en su solapa.