Calviño aspira a tener las nuevas reglas fiscales este año pese a faltar el «corazón» del acuerdo

La vicepresidenta primera en funciones cifra en un 70% el consenso alcanzado por ahora, pero es sólo técnico: queda el «núcleo» que depende de la negociación política

Calviño, obligada a rebajar sus expectativas ante el Ecofin de Santiago

Nadia Calviño, este sábado a su llegada a la reunión informal del Ecofin, en Santiago EFE

Pablo Pazos

SANTIAGO

La vicepresidenta primera en funciones, Nadia Calviño, pedirá este sábado a los ministros de finanzas de la Unión Europea «pasar ya a la fase de negociación política» para tener listas el 1 de enero de 2024 las nuevas reglas fiscales, la gobernanza económica de ... la UE. Pero de sus palabras se deduce que tendrán que apretar el acelerador en los próximos tres meses y medio: se ha consensuado el 70% del texto, pero el 30% que falta es el «núcleo esencial» del acuerdo, ha explicado Calviño.

La reunión informal del Ecofin de Santiago concluye este sábado -tras un viernes con reunión del Eurogrupo y posterior con América Latina y Caribe- con una doble sesión de trabajo, en la que el Ecofin se abordará la interacción de la política fiscal y monetaria y el apartado de autonomía estratégica, seguridad económica y provisión de bienes públicos europeos. En el encuentro, Calviño expondrá el «estado de situación de la reforma de las reglas fiscales», ha acotado a su llegada a la Cidade da Cultura compostelana.

España llega con el 70% de los deberes hechos después de un trabajo «muy intenso durante todo el verano», «cubriendo todos los aspectos técnicos». Pero faltan los políticos, los realmente importantes, y Calviño pedirá a sus colegas entrar en esa fase crítica sin demora, para «lograr cuanto antes el necesario consenso». Éste, ha recordado, pasará por un «adecuado equilibrio» entre la reducción sostenida de la deuda pública y la necesaria inversión e incentivos para abordar reformas estructurales. Equilibrio que ha de lograrse también entre un «trato personalizado» para cada país y un «marco común» que garantice las «sendas» de reducción «sostenida» de deuda, a medio y largo plazo.

Ahí está «el corazón», los «elementos más importantes» para lograr ese ansiado consenso «en las próximas semanas». Calviño ha insistido en que planteará un «calendario ambicioso» a los ministros para llegar a un acuerdo antes de acabar el año y que las nuevas reglas se apliquen desde el 1 de enero del próximo. Preguntada por el significado del término «ambicioso», ha dicho que consiste en un cronograma «claro», con «discusión en octubre» y «finalización en noviembre». Pero en ese mes de noviembre lo que desea Calviño es «cerrar todos los temas técnicos» que queden sin resolver.

Santiago, escala intermedia

Fuentes gubernamentales avanzaban previamente, esta semana, que la intención era «presentar ya una primera propuesta de acuerdo, si fuera posible, incluso en el próximo Ecofin de octubre», con el Ecofin informal de Santiago como «un paso intermedio» donde «intentar ponerle un poco de color» a lo fijado en julio (cuatro pilares: equilibrio institucional, criterios fiscales comunes, espacio fiscal para inversiones y reformas y una aplicación creíble y apropiación nacional, de forma que los Estados miembros tengan un mayor papel en el diseño).

En virtud de ese «calendario ambicioso», la vicepresidenta en funciones insistirá a sus colegas en pasar a la fase de llegar a compromisos, a acuerdos, «identificar» cómo progresar en los cuatro bloques fijados el pasado mes de julio. Y les pedirá ser constructivos y dar «pasos claros» en las próximas semanas, en las que se verá si es necesario convocar más reuniones del Ecofin.

Pugna por el BEI

Este sábado por la mañana, con el pilotaje del ministro de Finanzas belga, Vincent Van Peteghem, se pondrá también sobre la mesa el punto en qué punto se encuentra el procedimiento para designar nuevo presidente o presidenta del Banco Europeo de Inversiones. Puesto al que aspira Calviño. Más allá de que ya se llegó al Ecofin informal sin expectativas de que se cerrara con un nombre, y de que el viernes por la mañana el ministro belga aún enfrió más esa posibilidad -no quiere «forzar» el proceso-, la comidilla fue la presencia de prácticamente todos los rivales de la vicepresidenta.

Singularmente, de su gran oponente, la danesa Margrethe Vestager, a quien se pudo ver haciendo campaña, para seguir 'vendiendo' su candidatura en persona, cuando no tejiendo mientras hablaba por teléfono, o disfrutando del día soleado que ofreció Santiago. O, podría interpretarse, 'marcando' a su contrincante para no ceder terreno. Calviño, preguntada por si le había sorprendido la presencia de Vestager, ha dicho este sábado que no tiene «nada que comentar» sobre las personas que han integrado las delegaciones de los distintos países. Por parte de la presidencia española, lo que se hizo, ha dicho, fue «darles todo tipo de facilidades», así como invitarlos a la cena celebrada el jueves, «para que estuvieran lo más cómodos y lo mejor acogidos posibles, como hacemos con todos los miembros de las delegaciones», ha zanjado.

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