Alcalde de Ames
Blas García: «Deben convocarse elecciones generales en 2025, y que Pedro Sánchez sea el candidato»
Pide darle voz al electorado para que el desgaste de la marca PSOE no afecte a los alcaldes del partido
Reclama al PSdeG que defienda un proyecto propio con más autonomía y menos dependencia de Madrid
AMES (LA CORUÑA)
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Iniciar sesiónAmes es el quinto concello con mayor número de habitantes que gobierna el PSdeG en Galicia, aunque el ránking que lidera en solitario año tras año es el de ser el más joven de la Comunidad. El suyo sí es un milagro demográfico. Y ... al frente, un alcalde que lo fue por accidente, que se consolidó y ahora reivindica sus casi cuarenta años de militancia en el PSOE para decir lo que cree con libertad. Y no dice poco.
—¿Cuánto de su éxito tienen que agradecérselo a Santiago por sus disparatados previos de vivienda?
—Creo que tenemos que agradecérselo desde hace años. Siempre digo que Xerardo Estévez, cuando fue alcalde de Santiago, además de arquitecto fue el que más limitó la construcción. Y entonces fue cuando más gente se vino a vivir a Ames.
—¿Le molesta ser considerada una 'ciudad dormitorio'?
—La verdad es que sí, porque no lo somos. No es cierto. Hay que ver la vida que tenemos en Milladoiro y Bertamiráns, la cantidad de gente que viene los fines de semana a disfrutar de la hostelería y nuestros servicios. Puede que antes lo fuéramos, pero ahora la gente viene a vivir aquí por la calidad de vida que ofrecemos.
—¿Teme que la limitación de las VUTs en Santiago pueda tener efectos en Ames?
—Nos preocupa que se abran aquí, que esas restricciones que se fijaron en Santiago haga que ese modelo venga a Ames. Es algo que estamos controlando. Desde Urbanismo estamos elaborando una ordenanza para controlar esas viviendas de uso turístico.
—Despoblación en los municipios pequeños, carestía elevada en las ciudades... ¿Es el momento de los concellos medianos?
—Los concellos medianos somos los grandes olvidados en Galicia. Somos los que más población soportamos y los que menos recibimos de las administraciones. Los concellos de más de 20.000 habitantes estamos quedando fuera de muchísimas ayudas y subvenciones, tanto europeas, como de diputaciones y la Xunta.
—En 2023 usted resistió la 'ola popular' y mantuvo sus ocho concejales para seguir gobernando. ¿Qué cree que puede pasar en 2027 con las siglas del PSOE tan dañadas a nivel nacional?
—Mi experiencia política de muchos años en el PSOE me lleva a recordar qué pasó en 2011, cuando la imagen de Zapatero estaba tan deteriorada que muchos compañeros perdieron las alcaldías. Fue un castigo contra Zapatero que pagaron esos alcaldes. Ahora mantengo mi opinión, que se deberían convocar elecciones generales ya, en este año 2025. Debemos tener esa valentía. Es bueno que la ciudadanía opine y decida en la situación política que tenemos en España. Y creo que es positivo que el presidente Pedro Sánchez siga siendo candidato para que tenga la posibilidad de defender el buen trabajo que hizo al frente del Gobierno.
—¿Cree que los datos le avalan?
—La situación económica es buena. Estamos en cifras de paro de hace diez años. Somos el motor de Europa. Es bueno que el presidente en un proceso electoral pueda hablar de esto. Ahora solo se habla de lo mismo, de la corrupción, de los problemas que hay en el PP como el caso Montoro, pero también de nuestros casos, que son gravísimos y de los que yo personalmente estoy avergonzado. Por eso creo que es bueno que haya elecciones y el presidente del Gobierno se someta al electorado.
—¿Qué cree que puede pesar más en el electorado de izquierdas? ¿El balance económico o los casos de corrupción?
—Va a pesar todo un poco. El electorado progresista es muy sensible a todos los casos de corrupción. Pero ahora hay un factor importante que no existía antes: la ultraderecha. Y eso va a pesar. En 2023 tuvimos una debacle en autonómicas y municipales, y dos meses después todos aquellos que vaticinábamos otra debacle, pues el resultado no fue tan malo. Estamos gobernando, con lo que no se contaba. Fue un voto contra la ultraderecha y contra la indecisión del PP, que tampoco sabe a qué juega ahora mismo.
—No hay muchas voces que pidan un adelanto electoral en el PSdeG. ¿No le han llamado al orden?
—No, tampoco entendería que lo hicieran. Mire, yo llevo militando casi 40 años en el PSOE. Conocí a Pedro Sánchez hace 20 años, en la campaña de 2005, cuando vino junto a José Blanco, que estaba acompañado también por Óscar López y Antonio Hernando. En 2014 lo volví a traer a Ames para unas jornadas. No soy sospechoso de ser contrario a Sánchez. Entiendo el PSOE como un partido libre, donde podemos opinar con respeto. Aquí no veneramos al líder.
—A nivel nacional hay esa sensación...
—Pues es equivocada. Si permitimos eso nos estamos equivocando.
—Ahora que habla de las elecciones de 2005 de las que salió presidente Touriño, el PSdeG no parece haberlas reivindicado demasiado
—A mí me extrañan algunas cosas últimamente. Sobre todo, echo de menos el trabajo que se hizo, porque Touriño era un líder que se fue haciendo poco a poco, que sí tenía ideas y un proyecto claro de Galicia, cuando hablaba del federalismo asimétrico junto a Pascual Maragall. Es un gran referente y lo tenemos algo olvidado. Deberíamos escuchar más su opinión, y tener más autonomía y más proyecto propio de Galicia, y no tanta dependencia de Madrid.
—¿Y eso tiene arreglo en este PSdeG?
—Totalmente. Quedan muchos años hasta las próximas autonómicas. Se lo dije a José Ramón [Gómez Besteiro] en un comité nacional. Hay dos opciones. O pasa a la historia como el candidato que sacó el peor resultado electoral en Galicia, o trabajamos todos juntos y remontamos para ser la alternativa real de país. El BNG tiene una cosa clara: no va a gobernar Galicia. Hace un año y pico tuvo la mejor ocasión de su historia. ¿Qué pasó? Que hubo gente que salió a votar para que no gobernase el BNG, movidos por el miedo. Necesitamos un proyecto propio, como hizo Touriño en 2005.
—Hablando de referentes. Cuando Felipe González habla últimamente, ¿le escucha o cambia de canal?
—Lo escucho siempre. Y creo que todo el mundo lo debe escuchar. Escucho incluso a Page, aunque no coincida con él en casi nada. Y leo a Lambán cuando pone un tuit. Con Felipe podemos coincidir o no, pero fue el presidente del Gobierno que transformó España. Debemos escucharlo. Y también escucho a Guerra, que para mí siempre fue un referente aunque últimamente tampoco coincido demasiado con él. Pero sobre las cosas que se dicen, no debemos quedarnos con el titular, sino con la esencia del discurso.
—Fue usted también una de las pocas voces que no entendió la crisis del PSOE local de Santiago. No fue el único, debo decir. ¿Cómo se llegó a ese punto?
—No sé. Creo que por falta de diálogo, por resentimiento, por no sentarse a hablar. Yo creo que la política es el debate, hablar, el consenso, el diálogo. Si eso lo defiendo para hacerlo con la oposición, con más motivo lo defenderé para hacerlo con mis compañeros. En Santiago creo que falló eso. No se sentaron a hablar los que tenían que hacerlo. Y la situación ya vemos cuál es. Los que se marcharon son más que los que se quedaron. Y esto pasa en la capital de Galicia, un referente en toda la Comunidad. Esto no es Serra de Outes ni Carballiño, es la capital de Galicia. Se les abrió un expediente a compañeros por mantener la coherencia y votar en la oposición lo mismo que cuando eran concejales de gobierno. Yo empatizo con ellos. Y no creo que la situación en Santiago sea tan buena como para prescindir de quien fue concejal de movilidad, de una exdiputada provincial o de Mercedes Rosón, que fue un referente en el ámbito de la cultura, la educación y el ámbito urbanístico en los últimos años.
—¿Y se puede recoser el partido en Santiago?
—Bueno, cada uno tendrá su fórmula. Yo no es que creo que se pueda, es que debe recoserse. Y si dependiera de mí, lo haría introduciendo a todo el mundo de nuevo para dentro. Volviendo a hablar, sentándonos, llegando a acuerdos. Lo fundamental es que no sobra nadie. Ellos además lo dicen constantemente, que son socialista. Y lo han demostrado.
— ¿Entendería que estos exediles socialistas apoyaran una moción de censura del Partido Popular en Santiago?
—No, claro que no, sería un gran error. Ahora mismo ellos salieron como referentes. Algunos ya lo eran, otros se convirtieron. Salieron como héroes para ciertos sectores de la ciudadanía de Santiago, incluso para algunos compañeros del partido en la ciudad. Apoyar cualquier iniciativa que vaya en contra de un gobierno de izquierdas sería mal visto y esos referentes acabarían cayendo, lógicamente.
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