Las bases de Podemos rechazan presentarse con Sumar en las autonómicas gallegas
Más del 62 por ciento de los militantes se opone a una coalición para las elecciones del próximo 18 de febrero
Los inscritos de Podemos Galicia se han pronunciado sobre la opción de concurrir a las próximas elecciones autonómicas del 18F en coalición con Sumar e Izquierda Unida. Y la respuesta es un 'no' contundente. De acuerdo con los resultados divulgados este sábado por ... la mañana por la formación morada, casi dos de cada tres, el 62,36%, rechazaron la candidatura unitaria, avalada por la dirección autonómica, que apoyó el 36,25%. Un 1,39% de los votos fueron en blanco. En total, participaron 2.513 inscritos. Sumar irá por su lado y Podemos por el suyo. La izquierda rupturista volverá a presentarse desunida en las urnas. Una vez más.
«En Podemos las decisiones importantes las toma la gente. Una amplia mayoría de inscritas/os ha dicho alto y claro que el proyecto transformador de Podemos tiene que estar presente en las próximas elecciones galegas», ha dicho en X la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. Que ha añadido, en un evidente mensaje a Sumar, que su «gente (...) quiere que nuestro proyecto sea respetado. Está orgullosa de lo que somos, de lo que hemos hecho y de lo que podemos hacer en el futuro. Somos la única organización en la que no mandan los/as dirigentes sino la gente».
Irene Montero ha acudido a la misma red social para proclamar que «en Podemos manda la gente. Con toda la humildad y con la convicción de que hace falta una fuerza política que no se conforme también en Galicia, seguimos caminando». Más sucinta, la portavoz Isa Serra se ha hecho eco de que «los inscritos y las inscritas han hablado», y ha dado las gracias a «la dirección de Podemos Galicia por el compromiso y la responsabilidad».
Tampoco ha faltado la opinión de Juan Carlos Monedero: «Las bases han hablado y la decisión democrática es soberana. Tengo la sensación de que éste era el resultado que quería quien hizo una oferta difícilmente asumible a la militancia de Podemos. Demasiado dolor acumulado. Toca mirada larga y seguir remando. La alternativa, mata».
Quien ha vuelto a pasar factura es Pablo Iglesias, de nuevo con un editorial en diario Red, como el pasado jueves, cuando torpedeó la coalición. En esta ocasión, bajo el titular «El fracaso del modelo Sumar en Galicia», ha calificado la de Yolanda Díaz de «trayectoria de fracaso político creciente». Desde el resultado «mediocre» en Andalucía al 23J, con el colofón de lo sucedido este sábado.
Iglesias ha vuelto a echar en cara a la ferrolana que, en su oferta a Podemos, además de imponer marca y candidata, no ofrecía de facto ningún puesto de salida en las papeletas, en un «nuevo intento de arrinconamiento y humillación». Podemos Galicia acogió la propuesta con «escepticismo», «sin descartar que se tratase de una simple maniobra mediática para obligar a los morados a romper y quedar como los culpables», abunda el editorial. Y las bases han «rechazado de forma contundente el «trágala» que intentaban imponer» desde Sumar.
A partir de ahí, se augura batacazo: «Nada hace pensar que el próximo 18 de febrero Sumar pueda obtener un resultado que permita desalojar al PP de la presidencia de la Xunta; algo que ya habría sido difícil incluso de haber sido capaces de integrar a Podemos con un acuerdo electoral justo». En Sumar «carecen de militantes» y no son «la pieza hegemónica con los apoyos populares suficientes» que justificase su preponderancia en una coalición, zanja el texto.
Desde la otra orilla, la de Sumar -que ya contaba con el visto bueno de Izquierda Unida-, se mantenían a la espera. «Lamentamos la decisión, nosotros hicimos lo que teníamos que hacer», han reaccionado fuentes de la formación en Galicia tras conocerse el resultado de la consulta. Siguen convencidos de que el 18F existe «una oportunidad histórica» para imprimir un cambio en la Comunidad, que gobierna el PP desde hace 14 años. Y en eso, defienden, están centrados.
Podemos, con su propia candidata
En contraste con el rechazo a una coalición, de las dos listas que se presentaban de cara a los comicios gallegos, la que ha obtenido el mayor respaldo es la oficialista, bautizada como Transformar Galicia, y partidaria de la coalición. Algo más de mil inscritos (1.047) le han dado su voto, un 41,66%; frente al 34,66% (871 apoyos) de Rexurdir Galicia, que se había posicionado en contra de concurrir con Sumar, en línea con lo postulado por Pablo Iglesias. El exlíder de Podemos iba más allá: abogaba por no presentarse y votar al BNG, para optimizar el voto.
«El pueblo es quien más ordena. La consulta apoyada por 2.513 inscritos decidió presentarse en coalición con Alianza Verde estas elecciones gallegas (...). Toca ser consecuentes y seguir la hoja de ruta que nos marca nuestra militancia», ha valorado en X el coordinador de Podemos Galicia, Borja San Ramón. San Ramón figura como segundo por La Coruña en la lista Transformar Galicia, sólo por detrás de quien la lidera: Isabel Faraldo, exconcejala en el Ayuntamiento herculino.
Faraldo, en línea con San Ramón, ha indicado que «la militancia decide» y «nosotros obedecemos». «Asumo esta responsabilidad con todas las fortalezas de Podemos», ha añadido. «Eres la mejor candidata», la ha alentado Belarra. Charo Varela, cabeza de lista de Rexurdir Galicia, ha dado la enhorabuena a la candidatura ganadora y se ha felicitado por «ese NO rotundo a Sumar».
El intento de influir de Iglesias ha funcionado a medias. Triunfó el 'no' a la coalición, pero no ha prosperado la idea de hacerse a un lado para no restar opciones al BNG, ante la percepción de que no se alcanzará representación. Una tesis que no sólo avalaba el exlíder de Podemos. También otros como Carmen Santos, quien fue secretaria general de los morados en Galicia, quien estos días defendía que, «para pelearse, mejor que no se presenten y dejen hacer alternativa» al Bloque.
Coalición fallida
El pasado jueves, día en que se abrió la consulta a las bases, cerrada en la medianoche del viernes, Iglesias, a través de Diario Red, lanzaba una andanada en forma de editorial donde señalaba que «la mejor decisión que pueden tomar las bases moradas es apelar a la inteligencia del votante gallego de izquierdas que sabe que cada cita electoral tiene unas reglas diferentes según el ámbito de representación que se elige y, en este caso, para el 18 de febrero, rechazar la coalición con Sumar y pedir el voto para el BNG».
Al tiempo, la dirección nacional de Podemos marcaba enormes distancias con la consulta y remitía a la «autonomía» con la que opera su formación en Galicia. «No compete a la dirección estatal decidir cuál es el acuerdo» a adoptar, señalaba la portavoz Isa Serra. «Por lo menos», apuntaba, se había de «consultar» a las bases cuál era su sentir de cara a concurrir junto a Sumar.
Y el sentir ha sido de rechazo. El suflé, que comenzó a venirse abajo el jueves, ha durado apenas tres días. El pasado miércoles, desde Sumar Galicia, se anunciaba un preacuerdo con Podemos e IU para presentarse juntos el 18F, coincidiendo con la presentación en un acto en Santiago de Compostela de Marta Lois, portavoz fucsia en el Congreso, como candidata en su tierra. La de Yolanda Díaz, presente en el acto, que optaba por una persona de su máxima confianza y, con un proyecto ensamblado tardíamente, por ahorrarse procesos de elección internos.
El acuerdo sometido a las bases determinaba que la candidata de Sumar (Lois) lo sería de la coalición, a la que impondría su nombre, siglas y logotipo. A cambio, Podemos obtenía el segundo puesto en la circunscripción de La Coruña, el primero en Lugo, el tercero en Orense y el cuarto en Pontevedra. Un «trágala», se puede leer este sábado en Diario Red, donde se celebra el plantón a Díaz.
Crónica de un fracaso anunciado
La posibilidad de una coalición ha quedado definitivamente fulminada después de un diciembre tortuoso en el que ya se la dio por muerta en más de una ocasión. En Sumar no gustó que Podemos pidiese una representación paritaria, incluyendo a IU. El anuncio de los morados de que rompían en el Congreso desató una onda expansiva que llegó a Galicia. Los de Díaz entendieron que el tablero se había alterado y congelaron las conversaciones. Al cabo del puente festivo estaba prevista una reunión telemática para seguir negociando, que Sumar suspendió. Desde la dirección gallega de Podemos se mantuvieron las puertas abiertas, mientras Sumar apelaba a las «personas» que compartieran su proyecto. El anuncio del preacuerdo pareció revivir la coalición, pero no ha tardado en venirse abajo. Y el rupturismo gallego vuelve a transmitir una imagen de desunión e incapacidad para ponerse de acuerdo.
Pero el 'no' de las bases de Podemos a una coalición tienen resonancias que van más allá de su espacio. Afectan a todo el espectro de la izquierda en Galicia de cara al 18F. En el PSOE y el BNG también estaban pendientes de que lo decidieran los inscritos morados. Y esa negativa conlleva recalcular opciones. Porque a los socialistas les interesaba un Sumar fuerte que restara votos al Bloque, para así poder dar el sorpasso y volver a situarse como primera fuerza de la izquierda gallega. En cambio, Ana Pontón, que aspira a convertirse en la primera mujer que preside la Xunta, el resultado de la consulta le habrá endulzado un sábado en el que reúne a su Consejo Nacional para poner en marcha el proceso de conformación de candidaturas.
Con el magistrado Luís Villares como candidato, el rupturismo tocó techo en Galicia en 2016: 14 escaños, los mismos que el PSdeG, segunda fuerza en el Parlamento autonómico -cinco más que los logrados por AGE (Esquerda Unida y Anova) en 2012, con Xosé Manuel Beiras a la cabeza y Yolanda Díaz como número dos por La Coruña-. Pero nunca fue un matrimonio bien avenido. El ambiente en el grupo parlamentario se fue envenenando desde dentro hasta implosionar. Villares acabó marchándose con tres afines al grupo mixto, disparando contra Podemos, harto, lo dejó bien claro, de las injerencias de Pablo Iglesias. La crónica de un cisma anunciado, después de la amarga victoria de Villares en las primarias del 18 y de que fueran incapaces de concurrir unidos a las generales de abril del 19.
La historia se repetiría en las gallegas de 2020. Con el morado Antón Gómez-Reino como candidato de escaso consenso, registraron coalición 'in extremis' Podemos, EU, Anova y mareas municipalistas. En Marea se borró en abril, aunque el aplazamiento por la pandemia de Covid permitió que se lo pensaran dos veces: Pancho Casal, uno de los afines a Villares, se puso en julio al frente de los restos del naufragio, junto a Compromiso por Galicia y el Partido Galeguista. Un combo que sacó un pírrico 0,2%, con menos votos que a los animalistas de PACMA. No le fue mucho mejor al otro ticket rupturista, que se despeñó y no obtuvo representación. Gómez-Reino asumió en primera persona el «fracaso» y se apartó, aunque formalmente no fuera hasta finales de 2022 cuando cedió la dirección de Podemos Galicia a Borja San Ramón.
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