La aprobación de los Orzamentos de 2024 deja finiquitada la XI legislatura en Galicia
La Comunidad se convierte en la primera de toda España que tendrá en vigor sus cuentas desde el 1 de enero
SANTIAGO
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Iniciar sesiónLa XI legislatura gallega quedó resuelta este martes a las 13.25, cuando el presidente del Parlamento, Miguel Santalices, proclamó que quedaban aprobados los Orzamentos de 2024 con los votos a favor del Grupo Popular y, en contra, del BNG y el PSOE. Galicia se ... convierte en la primera autonomía que aprueba sus cuentas del 24 en tiempo y forma, de tal forma que entrarán en vigor el 1 de enero. Por más que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, insista en que seguirán gobernando hasta el último minuto, y que este miércoles continúe el último pleno del período de sesiones, hay consenso en que recibir luz verde a las cuentas autonómicas en O Hórreo era el último trámite antes de quedar el camino expedito para anunciar la convocatoria de las elecciones gallegas. Con una sensación generalizada de que no se irán más allá del mes de marzo, es cuestión de (poco) tiempo) que, Navidades mediante, Rueda disuelva la Cámara y llame a las urnas.
Este miércoles Bloque y PSdeG convertirán la sesión de control en algo más de media hora de balance de la legislatura, con lo que abonan el argumento de Rueda de que es la oposición la que lleva tiempo pensando única y exclusivamente en las elecciones, mientras en San Caetano se dedican a trabajar y gobernar. Pero la de ayer ya fue, como viene siendo habitual y se ha ido agudizando en las últimas semanas, una transposición electoralista. Mero trámite, como también es lo habitual, dada la mayoría absoluta del PP, y la negativa de la izquierda a llegar a cualquier entendimiento, el debate derivó en un intercambio de andanadas pensando en los comicios.
Incluso quienes no tienen representación parlamentaria trataron de sacar rédito, acercándose, literal y físicamente, a O Hórreo, con la excusa de una manifestación por la sanidad pública. Allí se ubicaron Podemos y Sumar, cada uno por su lado, como se presentarán en las urnas, salvo sorpresa mayúscula. Porque si bien el coordinador morado, Borja San Ramón, se mostró dispuesto a volver a una mesa de negociación, el portavoz fucsia, Paulo Carlos López se mantuvo igual de reacio. Ambos se remitieron a sus hojas de ruta, que discurren por rutas divergentes. Una incapacidad para entenderse a la izquierda del PSOE, a la que también contribuye Anova —no mediante de Martiño Noriega a Yolanda Díaz, según EP—, que también se mencionó intramuros, donde circularon mensajes manidos.
Catarros y campanadas
Mientras Rueda, desde Portugal, enarbolaba la bandera de la «isla de estabilidad», en el hemiciclo abrieron fuego los segundos espadas de la oposición. El PSOE envió a Begoña Rodríguez Rumbo a repetir la pulla del pasado fin de semana del candidato José Ramón Gómez Besteiro, que acusó a los populares de fundamentar su programa en «recortar, pintar y colorear» y dejar que sea la TVG la que le ponga el «lacito». Son unos Orzamentos de «fin de ciclo», los últimos del PP en San Caetano, Rueda es una «marioneta de Génova», es «hora» de que Galicia «despierte» de la «mala pesadilla» de 14 años de gobierno conservador, recitó en sus intervenciones.
Con Ana Pontón ausente, fue Noa Presas la encargada de hablar en nombre del Bloque durante toda la mañana. Vio a sus rivales (del PP) «inquietos» y sin la «conciencia tranquila» por no haber hecho los «deberes» antes del «examen» electoral; replicó que la «isla» que defiende la Xunta es «mental», y les lleva a no escuchar; ironizó con que Rueda pudiera presentar las campanadas de fin de año en la TVG, por aquello de la presunta manipulación; y afirmó que provocan «miedo» en las filas populares porque este BNG está «más unido» que nunca.
A ambas dio la réplica Paula Prado, para ajustar cuentas con un Bloque «incapaz de echar a andar» mientras «Galicia no para» (el lema del autobús de Rueda) y un PSdeG «totalmente servil» ante Sánchez. Para «tiempo de descuento» —rebatió el augurio de que se agota la era del PP en San Caetano—, aquella licencia para el Garañón a golpe de sábado. Tal era el nivel que el presidente del Parlamento se vio obligado a intervenir cuando Presas se autoproclamó «damnificada por el aire acondicionado de Santalices». «Los catarros vienen de fuera», aclaró éste. Y es médico.
Torpedos a Besteiro y Díaz
Volviendo a la refriega preelectoral, la mención velada (Garañón) al ausente Besteiro (lleva dos años el PSdeG con un líder sin presencia parlamentaria) la recogió ya el portavoz Luis Álvarez, quien detectó un «pánico difícil de controlar» en el PP ante su «figura». Ahí el portavoz popular, Alberto Pazos, olió sangre, porque no escatimó en torpedos a la línea de flotación de quien tildó de «figurante» en actos ajenos y fallido candidato, pero a una «versión socialista del Dónde está Wally». Después cambió el epíteto por «hombre-anuncio» al que «ni conocen los gallegos ni empiezan a reconocer» en su partido; y de quien apostilló: «Después de las próximas elecciones, no creo que eche aquí más de los 70 días que echó como delegado». Tampoco dejó de recordar su saldo el 23J como cabeza de lista por Lugo: «Ese es su Messi, señoría, felicidades».
Igual de cáustico se mostró con Yolanda Díaz, líder de Sumar, de quien señaló que «se está convirtiendo en la Elizabeth Taylor de la política nacional: aún no se secó la tinta de su divorcio con los morados y ya está proponiendo un menage a trois a la gallega», aludió a sus guiños a PSOE y BNG del pasado sábado. La «alternativa» al PP, cerró, es un «revoltijo», un «enorme lío». «Están ustedes más solos que nunca», sentenció.
El colofón, una votación no poco farragosa, en la que el propio Santalices se despistó en el primer punto, como él mismo advirtió —«me gustaría que quedara recogido», remarcó—. Finiquitada, Rueda se acercó a felicitar a su conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, poco amigo de los focos, como dejó patente su lenguaje corporal, pero, en tanto máximo responsable de los Orzamentos, merecedor del reconocimiento de su jefe y de los aplausos de la bancada popular. Puntual la Xunta un año más con sus presupuestos, Rueda tiene vía libre para resolver la pregunta del millón: cuándo llamará a votar a los gallegos.
El colofón, una votación no poco farragosa, en la que el propio Santalices se olvidó de votar en el primer punto, como él mismo advirtió -«me gustaría que quedara recogido», remarcó-. Finiquitada, Rueda se acercó a felicitar a su conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, poco amigo de los focos, como dejó patente su lenguaje corporal, pero, en tanto máximo responsable de los Orzamentos, merecedor del reconocimiento de su jefe y de los aplausos de la bancada popular.
Puntual la Xunta un año más con sus presupuestos, Rueda tiene vía libre para resolver la pregunta del millón: cuándo llamará a votar a los gallegos.
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