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Pazguato y fino

La alcaldesa de Santiago al fin se quita la careta

Que Sanmartín se inventara una excusa para no ir entra en el guión, ¿pero y lo de Besteiro?

En política, casi como en cualquier aspecto de la vida, se puede hacer de todo menos el ridículo. La frase marmórea de Tarradellas resonaba este lunes por la Plaza del Obradoiro y la posterior recepción en el Hostal de los Reyes Católicos. Las malas decisiones ... son como una foto que se queda ahí marcada en el imaginario colectivo, y después no hay manera de borrarla. La valoración del ridículo depende, en buena medida, del contexto y la trayectoria, de las expectativas que se tengan sobre los actores.

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