Crónicas atlánticas
Cada uno en su sitio
El hundimiento del Prestige fue muy duro, cierto, pero en todas las crisis hay una oportunidad
El tiempo pone a todo el mundo en su lugar y los veinte años que han pasado desde el accidente del Prestige son suficientes ya para poder analizar con cierta objetividad todo lo que ocurrió en noviembre 2002 y que supuso un antes y un ... después en la historia reciente de Galicia.
Cuando nos encontramos con el chapapote en los puertos y en las playas los gallegos entramos en shock. Primero porque las autoridades inicialmente habían minimizado el impacto del accidente y después porque no estábamos preparados para una catástrofe de ese tipo a pesar de que pasan 40.000 barcos cada año cerca de nuestra costa. Nos decían que tardaríamos décadas en recuperarnos y parecíamos abocados a un futuro negro como el chapapote. Aquello se parecía al fin del mundo, con aves moribundas y trabajadores haciendo las maletas para emigrar.
El hundimiento del Prestige fue muy duro, cierto, pero en todas las crisis hay una oportunidad y el ver a los pescadores recogiendo fuel con los pocos medios que tenían nos hizo valorar más el paraíso en el que vivimos y exigir medidas para intentar evitar repetir una situación de ese tipo.
¿Ha servido de algo? Habrá quien diga que no es suficiente, pero se ha alejado el corredor de mercancías del litoral, se han ido eliminando paulatinamente los barcos monocasco de los océanos y el control de los buques en mal estado es mucho más rígido que hace 20 años.
¿Puede partirse en dos otro petrolero frente a Galicia? Sí, como se puede caer un avión, pero en 2022 es menos probable y contamos con más medios para hacerle frente si finalmente ocurre.
20 años han servido también para darnos cuenta de que quienes denuncian los problemas y buscan culpables no siempre son los más adecuados para resolverlos. Ni la sentencia ha servido a quienes vieron en la marea negra una oportunidad de atacar al rival político. Hubo quien pasó de la pancarta al despacho y que pronto tuvo que volver a la pancarta por incapacidad para resolver problemas. Cada uno en su sitio.