Los no adscritos de Santiago reculan con la moción de censura que les daría la Alcaldía

El movimiento del PP, respuesta directa a la condición de los independientes, lo anunció este jueves el conselleiro de Presidencia, Diego Calvo, y lo ratificaron a ABC fuentes pertenecientes a la agrupación local del partido. Así, el gobierno que plantearía la formación azul sería uno de quince concejales –resultado de la suma de los 11 populares y los 4 no adscritos– y encabezado, efectivamente, por Rosón; y también pondría sobre la mesa «un decálogo» de medidas a afrontar por la nueva coalición, pero sin imponer «líneas rojas». No así en el caso de los no adscritos, que argumentan abanderar un programa alineado con ideales «progresistas», como los que representa actualmente el bipartito BNG-Compostela Aberta (CA), y esgrimen que sus votantes no los apoyaron en las locales de 2023 para «pactar un gobierno con el Partido Popular».

«No va a haber moción de censura (...). Nunca quisimos entrar en ese debate, ni lo vamos a hacer ahora. Que quiero que Mercedes Rosón sea alcaldesa de Santiago, sí. Que creo que nuestro Concello iría mucho mejor si así hubiese sido, también. Pero nosotros tenemos palabra, tenemos un programa electoral que vamos a respetar hasta las últimas consecuencias», terció el jueves el portavoz de los independientes, Gonzalo Muíños, en declaraciones remitidas a ABC. A la vez, Rosón, en la red social X, apuntalaba el tema: «Jamás, jamás, jamás. A ver si de esta queda claro».

La cuestión es que el día anterior, el miércoles, los no adscritos habían remitido a los medios un comunicado ratificando su negativa a secundar una moción encabezada por el PP, pero sin cerrar la puerta a hacerlo con otra que estuviese liderada por su grupo: «Por coherencia con nuestra palabra, nosotros solo apoyaríamos una moción de censura en la que nuestra compañera Mercedes Rosón fuera la candidata», dejó escrito textualmente Muíños. Y en base a eso les contestaron los populares, que sería la única fuerza capaz de hacer posible este escenario: «Como dijeron ayer [por el martes], su única condición es ese sillón, el sillón de la Alcaldía, que tendría que ser para Mercedes Rosón. Para nosotros no hay líneas rojas y ese sillón tampoco lo es. Lo que es prioritario es poner en marcha un gobierno de quince concejales que estarían ocupados trabajando, administrando y sacando a Santiago de esta parálisis en la que se encuentra».

El decálogo del PP contempla el derribo de la Casa da Xuventude, la eliminación de los asesores y cargos creados por el BNG y CA –y la redirección de esos fondos a programación cultural–, el refuerzo «inmediato» del servicio de limpieza, la puesta en marcha de un contrato del agua que «generaría 100 millones de euros para los santiagueses», la auditoría del contrato de autobuses, una mayor agilización administrativa y urbanística, una red pública de cocinas escolares, la construcción de «vivienda cien por cien pública» y la parálisis de «la venta de suelo público», la creación de parques infantiles cubiertos, y refuerzos en seguridad y en la plantilla de la Policía Local. Los no adscritos, por su lado, esperan «pasar página» y el jueves publicaron un vídeo con sus propias líneas de trabajo, entre ellas «la gobernanza de la tasa turística o la gestión de los fondos europeos conseguidos para actuaciones en la zona norte».

Por cuestión de suma y resta, cualquier mayoría alternativa que intentase forzar el cese de la regidora de Santiago requeriría contar con el PP: son once concejales populares, cuatro no adscritos y dos socialistas frente al bipartito que forman seis nacionalistas y dos integrantes de CA. Si bien, pese a cómo se configura el ábaco político, el secretario xeral del PSOE local y diputado autonómico, Aitor Bouza, se unió el jueves al debate y aseguró que su partido «nunca va a mercadear» con el PP para «pervertir el resultado electoral» con una moción de censura en la capital gallega y facilitarle el acceso a la Alcaldía «de forma »directa o indirecta«, recogió Ep.

Sumar Galicia también trasladó su «apoyo» al gobierno local compostelano «ante el intento desesperado del PP de desestabilizar» el mandato «a través de sus declaraciones a los medios». Mientras, la alcaldesa compostelana se limitó a considerar la situación «extrañísima» –en declaraciones ofrecidas a Cadena SER– y a publicar, en X, una imagen de ella en el Pazo de Raxoi con el mensaje: «Seguimos trabajando».