El acto alternativo de la alcaldesa nacionalista de Santiago por el Día de Galicia: unilateral y descafeinado
El PP y el PSdeG, que no asistirán a la ceremonia que Goretti Sanmartín bautizó como Alba de de Compostela, acusan a la regidora, del BNG, de diseñar el acto para justificar su «plantón» a la ofrenda del Apóstol
El secretario municipal cuestiona el acto paralelo de Sanmartín para el 25J
Santiago
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Iniciar sesiónEl día grande de Galicia llega este martes en su capital inmerso en un ambiente de división. La polémica que arrancó con el anuncio de la alcaldesa, Goretti Sanmartín, de la introducción de un nuevo acto público municipal en la –ya apretada– agenda, que ... incluye la Ofrenda al Apóstol, no ha sido un obstáculo para que finalmente vaya a celebrarse. El secretario municipal, a petición de los grupos de la oposición local, se ha pronunciado para decretar, de una vez por todas, si Raxoi tiene luz verde para celebrar el Alba de Compostela -así bautizó la Sanmartín el acto- con ánimo unilateral. O, si como acusaban PP y PSOE, un evento como ese, en el que se pretende condecorar a una serie de personalidades en la capital gallega, requiere de un consenso mayoritario de la corporación de la urbe. Pues bien, el resultado es un punto medio relativamente incómodo, en el que el acto sí podrá realizarse pero las medallas que se entreguen no serán oficiales.
Tal y como se desprende del informe oficial del secretario municipal, el Alba de Compostela sí podrá celebrarse, pero nunca en calidad de acto oficial de homenaje o de entrega de condecoraciones. En el escrito queda claro que es la corporación –con una mayoría absoluta que en este caso no se daría– a la que correspondería organizar eventos de ese calibre, mientras que la Alcaldía solo podría organizar actos más protocolarios. Sin embargo, reza el documento del secretario, eso no impide que «los actos públicos puedan implicar algún tipo de reconocimiento», sin necesidad de considerarse como un «título, honra o distinción» per sí mismos, y cita como ejemplos «un acto de recepción por la Corporación o el titular de la Alcaldía o la entrega de un galardón institucional o de cortesía». Así que, si bien podrán salir adelante, en eso deberán quedarse las medallas que se entreguen durante el Alba de Compostela: en un reconocimiento al mérito simbólico sin rango de oficialidad.
El «plantón» del PSdeG
Lo curioso es ver cómo surgen múltiples lecturas a raíz del mismo escrito. Para Borja Verea, el líder municipal de los populares, «el informe del secretario municipal es demoledor y explícito». Efectivamente, deja claro que «no se pueden conceder condecoraciones y méritos oficiales sin seguir el reglamento de títulos del ayuntamiento», así que, a su entender, «lo que quieren hacer es ilegal, porque están disfrazando un reconocimiento oficial con otro nombre para no tener que cumplir la ley. Van a hacer algo ilegal sabiendo que es ilegal, y eso tiene un nombre en el Código Penal«, señala el popular compostelano. Advierte de que, más allá de ser «un evento antidemocrático que tiene en contra a 17 de 25 concejales», situará «en una situación comprometida a los funcionarios» y asegura que en su grupo estarán «vigilantes» para que «no se desvíen fondos públicos de todos los ciudadanos a un acto del BNG».
Para la otra orilla de la oposición, la del grupo socialista, en la información transmitida por la Secretaría queda «claro que las distinciones en nombre del Concello, estén o no previstas en el reglamento», corresponden en «exclusiva» al pleno de la Corporación y, aunque reconocen que «la alcaldesa tiene potestad para convocar y organizar cuantos actos públicos desee», rechazan que pueda «otorgar» condecoraciones «en nombre» de todo el Ayuntamiento compostelano.
«Es una pena que se utilicen a estas instituciones y distinguidos ciudadanos de nuestra ciudad, merecedores de un reconocimiento oficial, para un acto que tiene como único objetivo tapar la ausencia de la alcaldesa en un acto histórico, que va más allá de lo religioso», lamentan. Este lunes, en un comunicado, este partido ha anunciado que no asistirá a una entrega de medallas que «se conceden de forma irregular», pese a los méritos que reconocen a los homenajeados. Cree que es un acto solo para justificar el «plantón» de la alcaldesa a la ofrenda y apuestan por celebrarlo en otra fecha.
Como se desprende de las declaraciones de ambos flancos de la oposición, un punto en común son las críticas frente al proceder de la alcaldesa y no ante la razón de ser del acto. Seguramente, de haberse escogido otro día para su celebración, su propuesta habría salido adelante con, como mínimo, buena parte del consenso del que ahora carece.
Pero lo que se presentaba como una ocasión de homenaje que dotaría de reconocimiento público a ilustres del tejido compostelano, deberá pasar por un acto descafeinado, privado de la oficialidad en la entrega de medallas que le da sentido. En última instancia, «su intransigencia –de la alcaldesa compostelana– al no querer consensuar este tipo de actos obliga a los homenajeados a no tener el reconocimiento que se merecen», argumentan desde el grupo socialista. «Porque, al final, lo único que prima en este acto es la imagen de la alcaldesa por puro interés político», añaden.
De un modo u otro, y como bien dijo la Alcaldía cuando dio a conocer el resultado del informe del secretario, el escrito la establece, sin lugar a dudas, como «el órgano competente para convocar actos públicos oficiales –es decir, que cuenten con el 'sello' municipal– organizados por el Ayuntamiento». Eso sí: a falta de consenso, siempre «distintos de los previstos en el Reglamento de Títulos, Honras y Condecoraciones» y sin la capacidad de certificar los méritos que reconoce. Y en eso se quedará el Alba de Compostela. Ni más ni menos.
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