Y en Galicia se hizo el color

«Ha sido un trabajo de chinos» , reconoce Marián del Egido, directora del Centro de Conservación y Restauración de la Filmoteca, «porque nos costó mucho tiempo identificar cuál era el proceso que utilizaba Barreiro» para filmar en color. Los restauradores recurrieron a localizar la patente del cineasta gallego de 1925 «para investigar cómo había desarrollado su técnica y cómo la reproducía».

Su sistema CineCromo consistía en filmar con un doble filtro circular, uno carmín y otro azul verdoso, según detalla Egido en las notas del programa. Pero la diferencia respecto a otros sistemas de color contemporáneos al suyo es que Barreiro añadió un teñido de los fotogramas con el color según le hubiera correspondido un filtro u otro. A la hora de exhibirlo, no necesitaba un proyector específico, y la persistencia retiniana del ojo humano se encargaba de percibir los colores.

«Barreiro no necesitaba ni doble ni triple impresión fotográfica» , como sí requerían el Kinemacolor o el Technicolor más primitivo, lo que hacía más sencilla su utilización. Sin embargo, según Egido, está pendiente de investigar si hubo más cintas a color en la trayectoria como cineasta de Barreiro, quien junto a su hermano Ramón fundó la productora Folk en 1932. De esta salieron algunas piezas documentales, como el recibimiento que Vigo brindó al entonces presidente de la República, Alcalá Zamora, así como el primer noticiero gallego sonoro.

¿Por qué no triunfó el sistema CineCromo de Barreiro? «Probablemente porque es un modelo que se elabora desde la periferia», sostiene el profesor de Historia del Cine de la USC Xosé Nogueira, «en aquel momento no pudo competir con las grandes compañías americanas y europeas que están desarrollando sus patentes». Además, «su modelo tenía limitaciones» , y de hecho el propio investigador «se pasó décadas dándole vueltas a su patente, registrando sucesivos perfeccionamientos del CineCromo».

«Luego los hermanos Barreiro se separaron», explica Nogueira. Ramón, publicista de prestigio, se traslada a Madrid a mediados de la década de los treinta, donde acabaría desarrollando una carrera como director de cine. Enrique, sin embargo, permaneció en Galicia «trabajando desde la periferia» pero sin llegar nunca «a imponer su sistema frente a las grandes compañías» americanas. De hecho, los historiadores del cine gallego no tienen constancia de que el CineCromo se empleara para otras filmaciones . «En el depósito de la Filmoteca probablemente se conserven los trabajos previos a la película, las pruebas iniciales del sistema que también se proyectaron el día del estreno», en opinión del experto.

«Estamos todavía investigando los fondos que tenemos en depósito», explica la responsable de la Filmoteca, «tenemos todavía muchos nitratos por catalogar» . El material original de «Pontevedra, cuna de Colón» fue entregado en depósito al Centro Galego de Artes da Imaxe (CGAI) por los descendientes de Barreiro, y dadas las exigencias de conservación que requieren estos nitratos, se derivaron a su vez al Voltio, el almacén que la Filmoteca tiene en Pozuelo de Alarcón para albergar estos materiales.

«Los nitratos son inflamables a temperatura ambiente» , expone la conservadora, «las emulsiones que sustentan la imagen son orgánicos que tienen biodeterioro, sufren craquelaciones, pérdidas», y el propio celuloide «sufre de contracciones y dilataciones», circunstancias que «dificultan la observación de la imagen». De ahí que, antes del proceso de digitalización, «se hace una tarea de conservación y preservación», como la que requirió la cinta de Barreiro.

Fue durante este proceso cuando los restauradores advirtieron que los 20.000 fotogramas de la película tenían una peculiaridad. Detrás de uno aparentemente en blanco y negro había otro en tonos verdosos, y en muchos de los primeros se apreciaban «restos de tinte de color magenta/rosado», detalla Egido en las notas del programa de mano. Al pasar todos los fotogramas a blanco y negro apreciaron «sutiles diferencias en las imágenes, como si se correspondiesen a niveles de luz distintos». La explicación la tenían en la patente del cineasta gallego.

Sin embargo, tras la restauración, los técnicos no consiguieron recuperar el color original mediante la sucesión de fotogramas, como había ideado Barreiro, por algún motivo técnico que se les escapa, probablemente debido a la degradación de los materiales. Pero hallaron otra solución: la yuxtaposición de los fotogramas verdosos con los magenta , y el resultado permite reproducir el color más parecido al que pudieron ver los entusiasmados pontevedreses el 2 de mayo de 1927, cuando Barreiro estrenó su película en el Teatro Principal de la ciudad.

Por último, la temática. Como también explica en las notas de mano el profesor Nogueira, Barreiro construye «una demostración gráfica documentada en dos partes» sobre los orígenes reales de Cristóbal Colón en Portosanto, alineándose con las tesis de historiadores como Celso García de la Riega, Enrique Zas, Prudencio Otero y Rafael Calzada. No debió quedar muy satisfecho con el resultado final, y tres años después los hermanos Barreiro presentan una nueva versión de su film, más larga . La que este jueves 1 de octubre ve la luz en el Cine Doré es la primera, en su color original.

«La película está firmada por los dos hermanos, Enrique y Ramón, pero lo más probable es que Enrique participase poco y se limitara a ir probando las posibilidades de su sistema» de cine en color, apunta Nogueira. «La gran novedad es que pensábamos que la copia de la película que estaba depositada en el CGAI era la primera versión, y para nuestra sorpresa es la segunda», reconoce Nogueira, «la original es la que se ha restaurado y se va a exhibir por la Filmoteca».

Xosé Nogueira subraya que la figura de Enrique Barreiro está más que reconocida en Galicia desde los años noventa, cuando se publican varos trabajos monográficos sobre su figura y distintos volúmenes especializados en historia del cine de la Comunidad. «Todo lo que no sea Madrid y Barcelona a veces no trasciende más allá de los circuitos especializados» , lamenta el profesor de la USC, «no se traslada el conocimiento universitario al común de la gente». Insiste en que ya estaba reconocido que «Pontevedra, cuna de Colón» era la primera película en color de la cinematografía española, «desde hace años».

Marián del Egido recoge el guante. «El patrimonio fílmico español necesita de mucha investigación, de proyectos de digitalización y preservación» como este, que acerquen a la sociedad trabajos artísticos que forman parte de la historia del cine. «Necesitamos más recursos», y pone el acento en que «la Ley de Patrimonio Histórico ampara de manera directa a museos, archivos y bibliotecas, pero esperamos que ese reconocimiento se extienda a las filmotecas» y el trabajo de conservación y puesta en valor que hacen. En los almacenes de la Filmoteca se guardan «unos 40.000 títulos de la historia de la cinematografía española», que se distribuyen en «unos 600.000 envases en soporte fotoquímico y más de 200.000 documentos audiovisuales». Y de nuevo hace un llamamiento a que «si alguien tiene materiales» antiguos, «nosotros tenemos las instalaciones adecuadas».