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Y la Costa da Morte volvió a nacer

Científicos constatan que las secuelas que el Prestige dejó en el ecosistema han desaparecido 15 años después

La cala de Corveiro en el concello coruñés de Fisterra en la actualidad MUÑIZ
Mario Nespereira

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Hubo un tiempo, en cierto modo nunca olvidado, en el que los españoles se mostraban más preocupados por el desastre del Prestige que por los problemas económicos o la inseguridad ciudadana. De los desvelos de aquel país dan cuenta los datos del CIS, que en ... su barómetro de diciembre de 2002 indicaba que uno de cada cuatro españoles colocó al petrolero en el podio de sus grandes inquietudes. La de entonces fue una alarma puntual, consecuencia de las imágenes de las dos mareas: la negra, que tiñó de chapapote la Costa de Morte; y la blanca, que la llenó de solidaridad . Con el paso de los meses, el interés global hacia la catástrofe se fue disolviendo como por efecto del arrastre del mar, pero ni aún así pudo evitarse que las consecuencias se incrustaran en el tiempo. Hoy podemos saberlo gracias a decenas de estudios que la comunidad científica le dedicó al Prestige, y que sirvieron para constatar que apenas sobreviven las huellas de su infausto final en Galicia.

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