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La Xunta promete a Stellantis un «esfuerzo» para la planta de Vigo mientras presiona al Gobierno

Rueda garantiza que completarán la cuantía del Ejecutivo vía fondos Next e insiste en que se «arbitre una fórmula»

La compañía, que mantiene varias vías de diálogo, asume que el problema de falta de microchips se extenderá a 2023

Alfonso Rueda, este martes en la factoría de Stellantis en Vigo XUNTA

Pablo Pazos

Alfonso Rueda quiso visibilizar este martes, in situ, que el futuro de la planta de Stellantis en Vigo es, en estos momentos, uno de los principales focos de preocupación en San Caetano. El presidente de la Xunta puso el nombre de la factoría del gigante de la automoción en Balaídos en lugar preeminente en su reciente reunión en Santiago con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Este martes, además de realizar un recorrido por las entrañas del centro olívico, trasladó a los responsables de la compañía el «apoyo rotundo» del gobierno gallego; y «reafirmó» el «compromiso» de que la Xunta hará un «esfuerzo importante» para «consolidar» la fábrica, «completando todo lo que supongan los fondos Next Generation» —que, recordó, han de conformar la «parte fundamental» de la «ayuda» que reciba Stellantis para acometer los cambios hacia el vehículo eléctrico—. En este sentido, insistió en que es necesario que desde La Moncloa se «arbitre una fórmula» para Stellantis, toda vez que ha quedado fuera del Perte de la automoción. Ignacio Bueno, director de la factoría viguesa, trasladó que les había quedado «constancia» de que la Xunta «nos apoya, nos ha venido apoyando y tenemos un compromiso de que nos va a seguir apoyando en el futuro».

Lo que vino a hacer Rueda fue, en primera persona, asegurar que por la Xunta no va a quedar; que «en la parte» que le «corresponda» arrimará el hombro en ese «esfuerzo económico importante» que requiere la planta, «incluso en las cantidades que se soliciten», puntualizó. Como complemento, subrayó, de la aportación principal, la del Gobierno, que por algo, recordó también, se arroga en exclusiva el manejo de los fondos Next en su vertiente industrial. En esa «solución», Rueda remarcó que esperan tomar «parte», con una «aportación económica» que aceptan a ciegas, al no saber «exactamente» la cuantía que habrán de complementar; pero conscientes de «lo que supone esta fábrica» en términos de empleo y aportación a PIB y exportaciones.

Ayudas autonómicas

En su encuentro con los responsables del grupo de automoción, Rueda tachó de «error» que Stellantis Vigo quedara fuera del primer Perte y recordó que «es mucho lo que está en juego», informó la Xunta. Ante los medios, subrayó que ya han bombeado «cuantiosas» ayudas a la planta de Balaídos, señaladamente en I+D, y pidió a sus interlocutores, que solicitaron que se mantengan e «incluso» mejoren esos apoyos, «confianza» en que seguirán llegando. Pero hace falta mucho más. «No queremos otra cosa que se garantice que Stellantis Vigo va a tener ese dinero para seguir produciendo aquí», insistió el titular del gobierno gallego, al volver a hacer públicas las quejas por la gestión de los fondos europeos.

Seguirá, añadió, reclamando capacidad competencial sobre los proyectos que optan a esos fondos, para agilizarlos y garantizar que disponen de presupuesto, y lamentó que, si de la Xunta dependiera, «sin ninguna duda», Stellantis Vigo ya estaría garantizado como destinatario. Pero sin voz ni voto, admitió, «lo único» que le queda al Ejecutivo autonómico es salir en defensa de los proyectos estratégicos, como lo es la factoría de Balaídos.

Ignacio Bueno reveló que mantienen «varias vías abiertas» de diálogo; no solo con el Gobierno, a través del Ministerio de Industria, sino también con la Xunta, estamentos sociales y partidos políticos —PP y PSOE—. «Estamos», aseguró, «intentando remar todos en la misma dirección», mientras se asimila el malestar por unas condiciones, las del primer Perte, que dejan fuero de juego a Stellantis por la rigidez de los plazos de ejecución: ni la ventana de inicio ni la de finalización les sirven. «No están las puertas cerradas, ni mucho menos, creo que la voluntad de todo el mundo es de llegar a algo positivo», trató de mostrar perfil optimista el director de la planta olívica.

Esto, a pesar de que el panorama es de todo menos halagüeño. No faltan los escollos. Véase el acceso a la red de muy alta tensión, donde el Gobierno también ha soslayado las demandas de Stellantis. Ahí, admitió Bueno, «no estamos de acuerdo» y «no avanzamos». El director de la fábrica aseguró que siguen insistiendo en defender su postura, pero fue claro: «A ese tema aún no hemos recibido respuesta».

Y después están las coyunturas más globales, como el «problema estructural» de la falta de microchips ante la crisis de los semiconductores, que se ha convertido en todo un caballo de batalla que mantiene en jaque al sector. La «realidad», concedió Bueno, es que «el problema no está terminado», hasta tal punto que «se va a prolongar al año siguiente», 2023. «Esperamos», matizó, «que el impacto (...) sea bastante menor al (...) que ha tenido (...) en los meses de abril y mayo».

En cualquier caso, resulta obvio que siguen pesando las incertidumbres en el día a día. «Hasta que no tengamos la certeza de que el suministro de semiconductores se estabiliza, tristemente (...) sería una irresponsabilidad volver a intentar lanzar el turno [de fin de semana] otra vez y volver a tener que desmontarlo, como sabéis que ha pasado», explicó Bueno a la prensa. Preguntado acerca de si esta previsión remite, por sus palabras previas, a 2023, fue claro: «Exactamente».

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