La Xunta cierra la puerta a una posible tasa turística gallega

Esta tasa que grava las pernoctaciones turísticas es más habitual en otros países europeos. Con diferentes versiones y alcances, pero este pago extra en los alojamientos se abona en la mayor parte de las ciudades italianas –en Roma puede llegar a siete euros por noche en hoteles de cinco estrellas–, Francia, Gran Bretaña o Portugal . También hay que pagar algún euro extra para dormir en Berlín, Bruselas, Amsterdam o Ginebra. Y a estas ciudades, según dejó plasmado en 2018 en una detallada publicación el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Santiago, Luis Caramés, fallecido este verano, la medida no les ha sentado nada mal. «La experiencia de estas ciudades (...) demuestra que su implantación no repercute negativamente sobre el volumen de turistas », concluye el estudio de Caramés.

En España, en cambio, tal y como recuerda la Xunta, la aplicación de esta tasa es «excepcional», y solamente Cataluña y Baleares la tienen implantada . Pese a que para Caramés «los resultados del caso catalán son claros», ya que desde su implantación «la llegada de extranjeros, por ejemplo, creció más de un 20 %» , para el Ejecutivo que preside Alberto Núñez Feijóo la realidad de estas dos comunidades autónomas no es comparable a la gallega. «Tienen un modelo turístico muy diferente al nuestro», señala a este diario la consellería responsable. La demanda de ocupación turística en Galicia está muy por debajo de Cataluña, Baleares o Andalucía , y por eso piensan que la estrategia tiene que ser necesariamente distinta. « Es el momento de trabajar para continuar incrementando el número de turistas que eligen Galicia como destino, no es el momento de hablar de nuevos impuestos». Y si el Ejecutivo de Feijóo ya antes de la pandemia consideraba «contraproducente» esta tasa, ahora ve «más evidente que nunca el impacto negativo de una medida de este tipo».

La Xunta descarta que la tasa turística vaya a ayudar a hacer de Galicia un destino más «sustentable», «competitivo» o de «mayor calidad», y apuesta por otras recetas para fortalecer el sector. Consideran «más eficiente» poner en marcha «medidas de gestión de los flujos turísticos» para incrementar el tiempo de estancia de los viajeros, o «la reordenación de flujos hacia otros destinos o recursos turísticos».

La negativa de la Xunta deja sin margen a concellos, como el de Santiago, que se inclinan por el cobro de este recargo a los visitantes, ya que para poder aplicarla a nivel municipal sería imprescindible una reforma legislativa en el Parlamento autonómico , pues este gravamen no está contemplado en la actual Ley de Turismo de Galicia.

En Santiago apenas hay 100.000 vecinos empadronados, pero su población vinculada –que incluye a quienes trabajan en la ciudad, la visitan o tienen segunda residencia– supera los 167.000 habitantes. Esto es un problema. «Desde luego, hay que buscar una solución a este tipo de concellos tan turísticos», considera la Fegamp. «Es lógico que para atender a este volumen de población no acorde con su padrón precisen de más recursos», añade. Sin embargo, al menos de momento, para la Fegamp la solución para atajar los problemas de financiación municipal pasaría por otras vías. Por ejemplo, pedir a las administraciones públicas competentes la concreción de la definición de vivienda desocupada a efectos del IBI y la regulación de las viviendas de uso turístico. También, que el Gobierno del Estado amplíe los supuestos de consideración del régimen especial de ayuntamientos turísticos a efectos de la financiación estatal.

Es general la conclusión de que estos concellos con más población vinculada que censada necesitan más herramientas, pero que la recaudación se engorde mediante una tasa turística no acaba de convencer. Telmo Martín (PP), alcalde de Sanxenxo , la villa gallega por antonomasia del turismo estival, que en verano multiplica por cinco su población, es tajante. «No, no estamos a favor de la tasa turística. El gobierno de Sanxenxo mantiene los impuestos en lo mínimo posible, incluido el IBI, y creemos que el dinero se debe mantener tanto en el bolsillo de los visitantes como en el de los vecinos para estimular el consumo y generar empleo», explica a ABC. Cree que los recursos a las arcas municipales tendrían que llegar por otra vía: «Un mejor tratamiento financiero y recibir más fondos de las administraciones». En Vigo, el Concello indica que «no se plantea una tasa turística», mientras La Coruña no respondió a la consulta de este diario.

¿Y qué piensa el sector de este asunto? Entre los hosteleros hay división de pareceres, reconoce el presidente de la Asociación Hostelaría Compostela, Thor Rodríguez. Pero aclara que al no existir una propuesta concreta sobre la mesa es muy difícil decir sí o no con contundencia. «Habría que saber, por ejemplo, para qué se iría a utilizar, si para invertir en turismo o para otra cosa. Tampoco es lo mismo que se imponga una tasa alta a que sea más bien simbólica», detalla a este diario. Lo que sí tiene claro es que si una iniciativa de este tipo se pone en marcha, ellos quieren «formar parte del debate» . Y la consulta también debería hacerse extensiva –añade– a otros sectores, como comerciantes y asociaciones de vecinos, «que también tienen cosas que decir al respecto».

Hay un temor común entre quienes rechazan la implantación de la tasa turística: que este pago extra se convierta en un elemento disuasorio para los visitantes . El mencionado estudio del catedrático Luis Caramés niega la mayor: «En la mayoría de las experiencias de implantación de la tasa, no ha afectado ni al número de pernoctaciones ni de visitas y, sin embargo, su recaudación ha ayudado a progresar en políticas de turismo sostenible», sostiene el trabajo del economista. Y añade: «Nosotros creemos que se trata de una medida apropiada, siempre que se haga de manera proporcionada, teniendo en cuenta las diferentes temporadas y clases de alojamiento». Y, en la línea de lo que sugería el presidente de la Asociación Hostelaría Compostela, que sean «tipos moderados».

Hay varios aspectos más en los que el estudio de Caramés es coincidente con las reclamaciones de los hosteleros. «Si se decide su introducción, el proceso debería de ir precedido de conversaciones con el sector», concluye su informe. Uno y otro también ven imprescindible dejar claro que la recaudación «iría, en todo o en parte, a financiar obras y servicios vinculados al turismo». Sin embargo al menos por ahora, y en pleno Xacobeo, la Xunta no tiene intención de mover ficha.