Xulio Trump

Coinciden en su adicción a las redes sociales- esa pesadez con el Twitter-, en las maneras rudas, y sobre todo en la búsqueda constante del enemigo. Frente al consenso, proponen confrontación. La culpa de todo en América la tienen los inmigrantes, aquí son las tradiciones las que hay que atacar, y ya no sólo rechazando participar en las ofrendas del Antiguo Reino de Galicia o en la del Apóstol, sino burlándose de lo religioso incluso cuando no viene a cuento. Ya sabrán lo del cartel del Carnaval en La Coruña con ese dibujo de un supuesto Papa achispado, que resulta ofensivo y demuestra desprecio por las creencias religiosas mayoritarias. Fue diseñado, por cierto, por un firmante del manifiesto de la Marea Atlántica, que de partido está derivando en agencia de colocación.

Los rupturistas creen salir ganando del debate porque interpretan que la gente moderna está de su lado, y que los asuntos religiosos sólo los defienden personas arcaicas que merecen la burla del resto de la sociedad, pero no es así. Los católicos coruñeses también celebran el Entroido, y este año sabrán mientras comen orellas y freixós que lo hacen con la burla de las autoridades. Dicen que su intención no es ofender, sino divertir, pero defendían lo mismo los que se dedicaban a hacer chistes de gangosos o de mariquitas. La sociedad ha cambiado y lo de reírse burlándose de los demás se vuelto de mal gusto.

Ojalá evolucionen y asuman que la xente do común es bastante más moderna que ellos. Nunca es tarde para distanciarse de los modos de Donald Trump.