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BALANCE

Xulio Ferreiro dilapida en dos años el crédito de sus aliados

El PSOE le retiró al regidor la confianza otorgada en su investidura dejando al gobierno local más debilitado que nunca

Ferreiro alza el bastón de mando de la ciudad tras su proclamación EFE

ZORAIDA RIAL

Poco queda de la imagen de aquel 13 de junio de 2015 en la que Xulio Ferreiro asumía el bastón de mando de La Coruña entre los aplausos de los concejales del PSOE. La sucesión de desencuentros y acusaciones cruzadas protagonizadas por el regidor herculino y los socialistas a lo largo de estos dos años ha acabado por dinamitar el crédito que le otorgaron a la Marea Atlántica aquellos que estaban llamados a ser sus socios preferentes. El divorcio se hizo patente con el voto en contra del PSOE a la moción de confianza que el alcalde presentó vinculada a la aprobación de los presupuestos locales, el momento más duro del rupturista desde que llegó a María Pita, cuando vio cómo la mayoría del pleno municipal le daba la espalda entre duros reproches .

Aquella sesión plenaria fue usada por la oposición para visibilizar las promesas incumplidas de aquellos que llegaron a la alcaldía con la promesa de «cambiarlo todo» . Y es que en el ecuador del mandato municipal, los de Ferreiro apenas han cumplido una mínima parte de aquel documento con «99 propuestas para el 99 por ciento» que utilizaron como programa electoral en las pasadas locales. Ni remunicipalización de servicios, ni plan de empleo local, ni progresividad en los tributos municipales , ni comedores escolares abiertos para dar servicio a los niños en los meses de verano. De todos los cambios prometidos en campaña, los rupturistas apenas han podido sacar adelante algunas medidas de carácter simbólico como la supresión de las ayudas a espectáculos taurinos o el cambio de nombre de algunas calles con referencias al franquismo.

Mención aparte merece la que estaba llamada a ser la medida estrella de la Marea Atlántica, la ambiciosa renta social municipal para personas sin ingresos de la que solo han podido beneficiarse 24 personas, después de que el gobierno local decidiese retirar 1,8 millones de euros destinados a esta partida para pagar deudas de la empresa municipal de vivienda y para comprar nuevas bicis para el servicio de préstamo local Bicicoruña.

No obstante, la gestión de Xulio Ferreiro no solo ha conseguido poner de uñas a los grupos de la oposición. Buena parte de los sectores productivos de la ciudad denuncian la «parálisis» que vive La Coruña tras la llegada de la Marea a la alcaldía . Asociaciones de empresarios y constructores ponían el acento en los últimos meses en el parón existente a la hora de conceder licencias para realizar cualquier tipo de actuación en la urbe coruñesa. «El gobierno nombra a una serie de comisarios políticos para enroscar ese acto reglado [la concesión de licencias] con pasos intermedios que no están recogidos en ninguna ley», denunciaba en ABC el presidente de la Asociación de empresarios Ascega. La polémica acabó en un enfrentamiento entre los funcionarios locales y el concejal de Rexeneración Urbana, que acusó a los trabajadores públicos de haber beneficiado a ciertos empresarios en el pasado con su política de «manga ancha».

No en vano, la facilidad del equipo de Ferreiro para hacer bandera ante sus afines de sus conflictos con todo tipo de colectivos ha sido una constante durante estos dos años de gobierno. Las discrepancias con la Autoridad Portuaria de La Coruña en asuntos como las obras de La Marina, la compra de la Solana o el futuro de la fachada marítima de la ciudad se tradujeron en una movilización en la que más de mil personas secundaron las reivindicaciones de la alcaldía con respecto a la dársena coruñesa. Un poder de convocatoria de los rupturistas que también quedó patente en la protesta convocada para intentar presionar al PSOE antes de votar la moción de confianza contra Ferreiro o en la concentración de apoyo al edil de Culturas José Manuel Sande, imputado por el polémico cartel promocional del Entroido coruñés que levantó ampollas entre el Arzobispado de Santiago y colectivos como la Asociación de Viudas de Lugo, organización que denunció la actuación del edil.

Retos de futuro

El alcalde coruñés tiene dos años por delante para intentar hacer realidad sus promesas electorales si quiere revalidar la alcaldía en los próximos comicios locales de 2019. Para ello, se antoja prioritario recuperar el apoyo de un PSOE cada vez menos dispuesto a servir de muleta al regidor rupturista tras el último desplante de la Marea Atlántica hace apenas unas semanas, con la aprobación definitiva de los presupuestos locales . Después de un pleno que volvió a ser escenario para los reproches entre socialistas y rupturistas, el portavoz del PSOE en La Coruña, José Manuel García, anunció que no volvería a acordar nada con Ferreiro y los suyos sin dejarlo por escrito. Una evidencia de que en pleno ecuador de su mandato, ni aquellos que lo apoyaron en 2015 respaldan ya el modus operandi del que hoy en día sigue siendo uno de los regidores emblema del rupturismo en Galicia y en España.

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