Las viviendas turísticas generan en Santiago más de 8 millones de euros sin fiscalizar

Para llevar a cabo este estudio, se contrató la una consultora que desarrolló un aplicativo web para la consulta de la evolución de las viviendas de uso turístico que se ofertan en la ciudad en las principales plataformas electrónicas del sector. Este aplicativo permitió contar con datos de la forma más precisa posible que, comparados con datos de otras fuentes municipales y externas, permitieron «perfilar la situación actual de este fenómeno» en la ciudad.

Según ha dicho Marta Lois, en diciembre de 2017 había un total de 717 anuncios de viviendas o habitaciones de viviendas turísticas en los principales portales web de alquiler turístico, que sumaban una oferta de 3.118 plazas de alojamiento en la ciudad. «Esto supone incrementar en un 30% la oferta de plazas en Santiago», ha apuntado Lois. A esto hace falta sumarle, además, las plazas correspondientes a las viviendas de uso turístico registradas en la Xunta de Galicia, con el que la cifra final de plazas dedicadas en la ciudad a un alquiler de uso turístico se situaría en las 4.325 plazas.

En la misma línea se ha pronunciado el concejal de Espacios Ciudadanos, Jorge Duarte, quien ha señalado que «prácticamente el 50% de la superficie habitable disponible en la almendra se destina» al ámbito turístico, lo que provoca una «reducción de la oferta de vivienda en alquiler para los vecinos», que su vez «tiene como consecuencia un aumento de los precios de alquiler para la población local ».

Marta Lois ha explicado que las principales consecuencias que tiene para Compostela la existencia de plazas de este tipo pasan, en primer lugar, por la «competencia desleal contra el sector turístico reglado» , que «paga sus correspondientes impuestos». Además, implica la «reducción de los ingresos de las administraciones públicas vía impuestos, en tanto que en la mayor parte de los casos los propietarios de las viviendas no declaran la actividad económica que desarrollan». Por otra parte, implica el «incremento en el precio» de los alquileres dedicados la población residente y, como consecuencia, el «vaciado demográfico de las zonas turísticas».

El Ayuntamiento impulsará en los próximos meses una serie de medidas para limitar el alquiler turístico en la zona histórica, articulando un «sistema de control efectivo» con inspecciones en las viviendas y con el establecimiento de multas a aquellos propietarios que no sigan las normativas correspondientes.

Este mecanismo de control e inspección irá acompañado de una campaña de concienciación dirigida a las personas propietarias de viviendas en la ciudad histórica, junto con otra campaña orientada a los turistas y visitantes semejante a la que se llevó a cabo en ciudades como Barcelona .