Las ventas eco se disparan

Según los datos del Consello Regulador de la Agricultura Ecolóxica de Galicia (Creaga), en 2005 las ventas no superaban los seis millones. En poco más de una década, la facturación se ha multiplicado por diez . «Son unos datos excepcionales», considera el secretario de Creaga, Javier García. «Superan las expectativas más optimistas», añadió durante la presentación de los resultados anuales del ente que certifica en la Comunidad que los alimentos han sido producidos sin pesticidas, químicos o transgénicos.

En una tierra eminentemente ganadera, los productos certificados de origen animal representan el 54,66 % de las ventas . La leche y sus derivados van en cabeza, con una facturación de 18,5 millones de euros durante 2017. Una de las primeras empresas en apostar por la leche y los yogures ecológicos en Galicia fue Casa Grande de Xanceda, en Mesía (La Coruña). En el año 2002 sus propietarios se enfrentaron a una disyuntiva. Tenían que intentar diferenciarse o cerrar la granja, porque los precios a los que la industria les pagaba la leche no la hacían viable. Apostaron por el producto ecológico y hoy son los segundos productores de España de leste tipo de leche. «Durante el año pasado nuestras cifras mejoraron una barbaridad, crecimos un 34,2%, hasta alcanzar una facturación de 5,1 millones de euros», explica Jessica Rey, responsable de marketing de la empresa.

Rey achaca el éxito de lo eco al cambio que han experimentado los consumidores. «La gente está cada vez más preocupada por lo que consume, demandan productos de alta calidad, respetuosos con el medio ambiente y, sobre todo, que sean saludables», indica. La responsable de Marketing de Casa Grande de Xanceda explica que como consecuencia de la demanda de los consumidores las cadenas de supermercados han empezado a mostrar su interés por lo ecológico. «Una parte importante de nuestra facturación llega a través de los grandes distribuidores», explica.

«La gente sabe ya que existimos. Hasta hace años pensaban que lo de la agricultura ecológica era una cosa de hippies, pero se han dado cuenta de que somos capaces, de que es posible hacer una agricultura sin químicos y sacar adelante las producciones» , asevera Juan Antonio Estévez, gerente de Terras de Baronceli, una marca de mermeladas y conservas asentada en Verín (Orense). Para la empresa, 2017 también ha sido un buen año. «Crecimos alrededor del 20%», afirma Estévez. Pese a que han tenido ofertas de grandes superficies, Terras de Baronceli sigue apostando por el comercio de proximidad. «Los grandes supermercados buscan unos márgenes muy altos y piden que vendas barato», explica el gerente. «No nos interesa, hay que ser responsable también con los trabajadores y no bajar los salarios», añade.

Aunque no hay cifras definitivas, el Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica de Galicia estima que el sector emplea ya alrededor de 10.000 personas. La mayor parte de la producción se vende en la Comunidad o se exporta a otras autonomías españolas , pero la demanda llega también de países como Alemania con una importante cultura ecológica. Pese al crecimiento experimentado en 2017, Galicia sigue lejos de otros territorios en consumo de este tipo de productos. La mayor parte de la población gallega sigue de algún modo vinculada con el campo por lo que le resulta muy fácil consumir productos de la huerta cultivados por sus propias familias o vecinos. Pero en ciudades como Santiago, La Coruña o Vigo, la adquisición de productos eco, sobre todo hortícolas, va en aumento.

La Comunidad cuenta con 31.916 hectáreas certificadas por el Consello Regulador, que garantiza que la tierra está libre de productos químicos. La superficie se ha incrementado un 15% durante 2017. La Consellería de Medio Rural está elaborando, además, de la mano del sector un plan estratégico para potenciar la agricultura ecológica en Galicia. Para este año ha anunciado ya una inversión de 4,3 millones de euros.