Un 2,4% de los niños gallegos en riesgo de exclusión no come a diario

El porcentaje que no realiza alguna de ellas es, en términos generales, inferior a la media estatal, aunque el objetivo sería reducirlo a cero. Un 7% no desayuna; el 2,4% no come a mediodía, y el 2,1% no cena, porcentajes que en el conjunto de España se sitúan en el 5% (2 puntos por debajo), el 4% (1,6 puntos por encima) y el 3% (0,9 puntos por encima). Además, pese a que sus familias reciben ayuda de Cruz Roja, la mayoría de los chavales realiza estas comidas en su casa o en el colegio. El porcentaje más significativo que recurre a los servicios sociales de esta organización, un 18%, lo hace para merendar. Solo el 8% no ingiere nada a media tarde (mismo porcentaje que en la media nacional) y un 10% no almuerza nada a la hora del recreo.

La peor cara del estudio es que Cruz Roja ha podido confirmar que «muchos de los chicos que no desayunan de forma regular tampoco realizan otras comidas durante el día», de forma que existe un grupo de niños cuya vulnerabilidad es muy grave. En concreto, del 7% que no desayuna (29 de los 469 niños encuestados), el 39,3% no merienda; el 27,6% no toma nada en el descanso de las clases; el 10,3% no cena de manera regular, y el 3,4% tampoco come a mediodía.

Cruz Roja establece, además, un perfil de ese 7% que no desayuna, en el que un 58,6% son niñas y un 41,4% niños y, por edades, predominan los de la franja entre 12 y 14 años. El 65,5% son españoles y el 31% extranjeros. El 3,5% restante desconoce su origen. Más de la mitad, un 55,2%, vive con ambos progenitores mientras que el 44,8% reside en hogares monoparentales.

«Es la primera vez que Cruz Roja realiza un análisis de estas características con población infantil y se ha evaluado el impacto de la precarización en la vida cotidiana de los niños pulsando su propia opinión», subraya Carmen Colmeiro, presidenta de Cruz Roja en Galicia. El trabajo estudia «su percepción sobre el funcionamiento del hogar y la familia, la adecuación de la vivienda, las circunstancias económicas, las amistades, la experiencia educativa y el entorno social, sin olvidar el bienestar subjetivo», detalla.

Casi el 71% de los pequeños está preocupado por las estrecheces que padecen en casa, porcentaje que aumenta si pertenecen a familias monoparentales. Sobre el desempleo, se percibe entre ellos una situación de bajos ingresos y precariedad, pues el 40% afirma que ninguno de los adultos del hogar tienen un trabajo estable de al menos 20 horas semanales. Esto deriva en que el 42,8% asegure que no puede ir al dentista y un 26,7% que es incapaz de pagar el comedor escolar. No se aprecian cambios de domicilio significativo, pero Cruz Roja destaca que «un 12% se ha tenido que mudar porque su familia ha perdido la casa debido a un desahucio». Un 45% de los niños de entre 8 y 11 años y un 32,9% de entre 12 y 15 años pasan frío en invierno (porcentajes menores a la media) y un 26% no dispone de calefacción. El 55% carece de internet y de móvil, el 39% de ordenador, el 32,4% de material adecuado para estudiar y el 19% no está bien equipado para hacer deporte. Pese a ello, el 86% está satisfecho con las cosas que tiene.

Cruz Roja también se interesa por su desempeño académico, apartado que revela que el 57% no estudia el curso que por su edad le correspondería. «Esta situación afecta más a los varones y, de forma muy significativa, a los que viven con el padre, pero no con la madre», resalta la organización.

El 49,6% de los menores ha recibido insultos en el último mes y el 37% los ha proferido; el 27,6% ha sido golpeado y el 26,5% ha agredido; el 31% ha sido marginado en alguna actividad y casi el 20% ha ignorado a otros. No obstante, más el 85% afirma estar contento con sus compañeros y con sus profesores. El 46,8% dice haber tenido problemas económicos muy serios que afectan a su rendimiento. También se aprecian patrones machistas.