EMPRESAS
El software gallego detrás de las vacunas del Covid
Pfizer, Biontech, Astrazéneca o Moderna utilizaron el MNova, un programa informático creado en Santiago, para acelerar los procesos de investigación en el laboratorio
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Iniciar sesiónA Santiago Domínguez le gusta recordar que empezaron en la habitación de un apartamento de Santiago de Compostela, con apenas unos portátiles como equipamiento. «En California lo hacen en un garaje, pero en Galicia hace más frío», bromea. El año 2004 estaba a ... punto de terminar y él junto con Javier Sardina y Carlos Cobas acababan de fundar Mestrelab, una spin off de la Universidade de Santiago, que pretendía comercializar un software que servía para procesar los datos de laboratorio . Hoy facturan 9 millones de euros, venden en 70 países y su herramienta ha ayudado a farmacéuticas como Pfizer, Biontech, Astrazéneca o Moderna a desarrollar en tiempo récord las vacunas del Covid.
Todo comenzó cuando el ahora catedrático de Química Orgánica, Javier Sardina, «identificó una necesidad», recuerda Domínguez, CEO de Mestrelab y encargado de la parte empresarial. Durante la fase de investigación en los laboratorios, aparatos como la resonancia magnética nuclear generaban gran cantidad de información, difícil de interpretar para los científicos. En aquel momento, en el departamento de Química estaba haciendo la tesis Carlos Cobas. Apasionado de la informática, había empezado a programar ya en los años 80. Cobas fue capaz de desarrollar un software propio «porque en el mercado no la había» , explica Domínguez.
En 2003, el antepasado del actual MNova estaba ya diseñado y los químicos de la USC decidieron compartirlo gratuitamente con la comunidad científica. «Pensamos, tenemos un software que ya es útil para el problema que habíamos detectado, la gente lo está descargando, por lo que decidimos lanzar una empresa spin off y ahí es donde entro yo en el proyecto», recuerda Domínguez. Desde entonces no han parado de crecer. Hoy emplean a 70 personas, tienen delegaciones comerciales en Reino Unidos, Estados Unidos, Canadá, India, China y Japón. «Más del 97 % de nuestra facturación viene de la exportación, vendemos en 70 países», indica el CEO de Mestrelab. El año pasado la cifra alcanzó los 9 millones de euros con 3,7 millones de beneficio y este 2022 esperan que las ventas se incrementen hasta los 12 millones de euros. Entre sus clientes figuran, por ejemplo, la NASA o 95 de las 100 mejores universidades del mundo como Princeton, Yale, o el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Coronavirus
Las principales farmacéuticas que han desarrollado las vacunas del Covid también cuentan con el software MNova desarrollado en Santiago de Compostela. «Inferimos que lo han utilizado para su desarrollo», indica Domínguez. El programa informático sirve para acelerar los procesos de creación de fármacos. Es, en palabras de Domínguez, como el «Microsoft Office del laboratorio» . «La química es como la cocina», explica el CEO de Mestrelab. «Tienes que hacer una receta para crear un compuesto con determinadas características. Luego hay una serie de instrumentos de laboratorio que te ayudan a comprobar que has hecho eso que querías hacer», prosigue. La siguiente fase es corroborar que ese compuesto químico no lleve sustancias tóxicas o nocivas que perjudiquen a quién lo tome, para lo que se vuelven a emplear aparatos. El problema, indica Domínguez, es que esos instrumentos tecnológicos hablan en un lenguaje binario de ceros y unos, difícil de entender para los científicos . Ahí entra el software y el algoritmo de Mestrelab.
El MNova tiene, además, otra ventaja. «Cada aparato que hay en un laboratorio tiene su propio software, el investigador tenía que aprenderlos todos y no podía intercambiar datos entre unos y otros. El científico perdía mucho tiempo cotejando unas cosas con otras», explica Domínguez. El programa de Mestrelab de alguna manera los unifica y le ahorra ese trabajo a los investigadores. «Hemos dado un paso más y ahora añadimos inteligencia artificial para ayudar a tomar decisiones a partir de los datos presentados», añade. Su uso ha sido crucial para acelerar la creación de vacunas contra el Covid, que se desarrollaron en menos de un año frente a los de cuatro a siete que venían siendo habituales. El mérito no es sólo del MNova. «Se han hecho muchas cosas para acelerar el proceso, como compartir el genoma del virus», recuerda el CEO de Mestrelab.
En las instalaciones de Santiago conviven científicos y programadores. Físicos, matemáticos, químicos, biólogos e ingenieros informáticos conforman el equipo de desarrollo dotado de 55 personas. Aunque hubo que ir a buscar algunos perfiles fuera, «la base es gallega», subraya Domínguez. El CEO de Mestrelab indica que la apuesta por la biotecnología realizada desde hace años por la Universidade de Santiago de Compostela, con el apoyo de la Xunta ha dado sus frutos. «Galicia es ya la segunda comunidad española con más compañías biotecnológicas y 4.000 puestos de trabajo en el sector», ejemplifica.
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