Santiago Lago: «Con más cogobernanza se hubieran cometido menos errores con la pandemia»

—Durante la presentación de su libro manifestó que los últimos 40 años son una historia de éxito. ¿Qué indicadores lo reflejan?

—Lo que dije es que la historia de España es una historia de éxito en la consolidación de la democracia, al pasar de una dictadura a una democracia plena, de un Estado de Bienestar que era paupérrimo a ser uno de los 10 países del mundo que más gasto social ejecutan. En descentralización no hay ningún país del mundo que partiendo de una estructura tan centralizada haya alcanzado este grado. Tenemos más descentralización tributaria que Alemania, Bélgica o Austria. Por delante, en el mundo sólo están Canadá, Estados Unidos, Suiza, Australia. Es un éxito porque los ciudadanos lo valoran muchísimo.

—¿Por qué es mejor un Estado de las autonomías?

—Lo importante es que la gente está contenta. Al final las decisiones están mucha más pegadas a tierra. Si nos imaginamos que tuviese que ser en Madrid donde se tomase la decisión sobre nuestros colegios o institutos, esas decisiones serían menos ajustadas. Al final aproximar la Administración al ciudadano permite que el responsable político tenga mucha más información, conozca mejor la realidad.

—¿Es más caro?

—No hay ninguna duda. Es más complejo, cuesta más. Pero ese sobrecoste, si se pone en contexto macroeconómico, es pequeño, menos del 1% del PIB. ¿Un Mercedes es más caro que un Seat León? Sí, pero la gente se compra un Mercedes, porque las prestaciones son mejores. Hay que ver los dos lados de la ecuación. Estoy absolutamente convencido de que si los servicios públicos se gestionasen desde Madrid serían peores en Galicia.

— En la pandemia se ha visto que hay un reto de coordinación en este Estado autonómico. ¿Se gestionó bien?

—Para mí este es el gran problema, la gran carencia que tenemos en el Estado autonómico, la cogobernanza, la coordinación entre líderes autonómicos, la coordinación con el Gobierno central, el debate, la toma de decisiones conjunta, el consenso. La pandemia ha transcendido las competencias del Gobierno central y ha transcendido las competencias de las autonomías y de los gobiernos locales, tienen que trabajar de forma coordinada. Esos problemas ya existían pero la pandemia los ha mostrado con toda su crudeza. ¿Qué necesitamos? Avanzar en mejorar en lo que ya sabíamos que en el Estado autonómico estaba peor, que es toda esa estructura de cogobierno. Hay dos grandes caminos, las reformas a fondo, como la reforma del Senado, que implican reformas constitucionales, que son muy complicadas, con muchos requisitos de mayorías absolutas en el Congreso. Tenemos el camino más pragmático, que es intentar que funcione mejor lo que ya tenemos, dotarlo de más recursos. Por ejemplo, el Consejo de Política Fiscal y Financiero o los Consejos de presidentes, ya existen pero no funcionan todo lo bien que debieran por falta de recursos en unos casos y por falta de voluntad en otros. Al margen de esa vía de federalizar España, que es una posible vía, pero compleja, tenemos esta otra que es mucho más sencilla y que sería muy rentable, muy eficaz.

—¿Falta lealtad institucional y pesan más los intereses partidistas de quién gobierna, Moncloa o las comunidades?

—Yo estoy muy de acuerdo con esto. Creo que uno de los espacios en los que tenemos que avanzar es la lealtad institucional y también en la cultura de la diversidad. Si tú quieres un Estado descentralizado es para que las cosas no se hagan exactamente igual en todas partes. Habrá sitios en que los impuestos sean más altos, más bajos, que se invierta más en I+D... Por ejemplo, ahora hay polémica sobre las matrículas universitarias, que en Galicia son las más baratas y en otros sitios triplican su precio. Si yo quiero apostar por que sea más asequible la formación universitaria es una opción. Hay otras comunidades que prefieren gastar el dinero en un circuito de Fórmula 1. Si sus ciudadanos prefieren esto, siempre que se cumplan unos servicios básicos...

—¿Tras 40 años, siguen sin estar claras para la ciudadanía las competencias de cada Administración?

—Está claro que existe despiste. Otro de los problemas que podemos mejorar es tener claro a quién pago los impuestos y quién gasta los impuestos que pago. Con la pandemia la gente se está enterando de cosas que no sabía. Antes la gente no sabía cuál era la responsabilidad de cada gobierno. Yo creo que si tuviésemos unos mecanismos de diálogo y de consenso, pues probablemente hubiésemos cometido menos errores con la pandemia y con todo. Donde más tenemos que avanzar es en la cogobernanza, frente a los planteamientos independentistas de que lo que hay que hacer es descentralizar más. No, hemos llegado a un punto en el que estamos en un grado elevadísimo. Ahora lo que toca es la parte de la cogobernanza y mucho ajuste fino.

—¿Hay que reformar el Estatuto?

—Cualquier texto legal, por muy bueno que sea, con el paso de 40 años hay cosas que lo superan. Es una obviedad que tocar el Estatuto lo puede mejorar. Otra cosa es qué tocamos y en qué nos ponemos de acuerdo. Yo digo dos cosas. Primero, no sé si en estos momentos con todos los deberes que tenemos acumulados y en la situación actual es lo más urgente. Seguramente no hay nadie en contra de revisar el Estatuto, pero me parece que no pasa nada por esperar a 2022, pero con el tema de la cogobernanza deberíamos meternos ya.

—Forma parte del comité de expertos que asesora a la Xunta para la recuperación económica tras la pandemia. ¿Galicia está presentando proyectos solventes a los fondos europeos?

—En cuanto al volumen no cabe duda. La Xunta presenta proyectos que aspiran a más de 20.000 millones. Lo que ocurre es que el Fondo Next Generation busca proyectos que tiren de la economía, que sean tractores. Creo que en la forma de actuar de España esto no ha quedado del todo claro y lo que ves en muchas comunidades es que se presenta todo lo que aparece. En el caso de Galicia, el proyecto de la Zona Franca de Vigo de baterías, o el polo de transformación de la Xunta, que integra la fábrica de viscosa, el centro de economía circular, todo esto es muy interesante. Debería ser objeto de financiación. Galicia ha planteado muchos proyectos interesantes, pero también muchos proyectos que encajan mejor con la filosofía de fondos de política regional que con la de los Next Generation.