Pedro Puy: «El PPdeG está mejor que el PP ante unas elecciones»

¿Esperaba este desenlace en En Marea, que el portavoz de un partido diera portazo?

Esto es la primera vez que creo que ocurre, que el portavoz en ejercicio de un grupo parlamentario sea el que lo abandone y sin dejar de ser portavoz . Es cierto que en los últimos tiempos, los grupos que se llaman rupturistas están abriendo nuevas posibilidades de acción en la política que eran desconocidas por los demás.

¿De qué manera va a alterar esto el normal funcionamiento del Parlamento?

Esto todavía está pendiente de acuerdo entre los grupos. Hay un hecho claro, va a haber más debate porque hay un grupo más con derecho a intervenir, se va a alargar significativamente su duración, y eso implicará un mayor gasto para el Parlamento porque hay que dotar de medios y recursos a un grupo que no existía. Esto ya sucedió en la pasada legislatura, donde hubo una ruptura similar.

¿Le parece asistir a la crónica de una ruptura anunciada?

Esto nunca se sabe. Sí que es verdad que la experiencia de los que conformaban ese grupo no hacía ser muy optimistas sobre la capacidad de mantenerlo unido hasta el final. El éxito en las alcaldías de las ciudades parece que mantuvo a esos colectivos más unidos, pero en cuanto se pierde el poder se disgregan una vez más. Por un lado es sorprendente que se tropiece siempre en la misma piedra, pero por otro no lo es, a la vista de los antecedentes.

El que no acaba de llegar a la Cámara es el líder del PSdeG, Gonzalo Caballero. ¿Detecta miedo escénico?

Son conscientes de que el Parlamento le da cierto protagonismo al señor Caballero, ahora un poco más, dado que pasan a ser el primer grupo de la oposición, y parece que harán ese desembarco en el momento oportuno. Sí que es verdad que una experiencia parlamentaria es una buena escuela para conocer los problemas del país y saber abordarlos. Cuando no se tiene esa experiencia, es más complicado tener una idea de cómo funcionan las instituciones y qué necesita el país.

Tras el consello extraordinario de hace diez días y la junta directiva del PP posterior, ¿queda inaugurada la precampaña de autonómicas?

Hay quien cree que desde la noche electoral empieza la siguiente campaña. Sería una forma un tanto exagerada de explicar que la vida democrática consiste en que uno está siendo evaluado cada día. Si hablamos en términos más de publicidad electoral o resumir el final de legislatura, me temo que no. Como el presidente ha anunciado quedan quince meses de legislatura y estamos aplicando un plan de trabajo a cuatro años porque para eso hay una mayoría estable. En el ámbito legislativo, es probable que este próximo año sea intenso en la Cámara. Lo serio es pensar que después de un año complicado políticamente, con dos procesos electorales, con cambios en las relaciones del Estado con las Comunidades y creando problemas en el ámbito financiero, parece oportuno ponerse a pensar que en ese nuevo entorno hay materias pendientes.

¿Qué problemas le está creando el Estado a Galicia?

En el ámbito financiero, empieza a haber un problema serio. El Gobierno no nos ha actualizado las entregas a cuenta, hablamos de 330 millones de euros para 2019, sigue pendiente la famosa devolución de una mensualidad del IVA que la ministra se comprometió a resolver, y el incentivo a las Comunidades cumplidoras con las reglas de gasto. En total, 700 millones, y los 530 primeros están en el Orzamento de la Xunta para este año, y o se hace esa transferencia o Galicia va a tener un problema de liquidez. Esto es lo que debería arreglar de manera urgente el Gobierno, porque hablamos del salario de los médicos, de los profesores, de los funcionarios, de la dependencia… Esto no peligra, pero sí genera tensiones de tesorería que provoca costes adicionales como consecuencia de tener que endeudarse para atender a las obligaciones reconocidas.

Dado que lo inminente van a ser las autonómicas, la gran pregunta sigue ahí. ¿Feijóo va a repetir?

De momento lo que sabemos, y de ahí no nos va a mover nadie, es que los próximos quince meses van a ser muy intensos. Lo que nos ocupa es gobernar en un entorno que no es fácil.

¿Le diría a Feijóo que repitiera?

Esto cuando toque lo hablaremos. Si él me lo pregunta, se lo diré a él.

¿La marca Feijóo se puede sobreponer al pésimo momento que atraviesa la marca PP?

Los procesos electorales son una conjunción de la imagen del partido, del candidato, y del programa con el que se va esos procesos. La imagen del presidente es magnífica, me parece un hecho constatable con sus tres mayorías absolutas en lo peor de la crisis. Pero además la marca del PP en Galicia no está sujeta a las incertidumbres del cambio que se produjeron en Madrid, y además tiene detrás una experiencia de gobierno. Y el discurso y el programa de Galicia, que es conocido, un mensaje reformista, centrado, moderado, tampoco han sufrido daños ni lo van a sufrir en el futuro próximo. Para competir electoralmente, el PPdeG está en una situación muy diferente a la que se podría derivar de cambios como los que se produjeron en la dirección nacional.

¿A usted le ha gustado el pacto en Orense para hacer alcalde a Pérez Jácome?

A uno lo que le gusta es que su partido gane y solo pacte con los ciudadanos a los que gobierna. Una vez que la ciudadanía obliga a hacer pactos, no queda otra que llegar al mejor acuerdo posible. El presidente de la Xunta hizo una propuesta formal al PSOE para que gobernase concello y diputación la fuerza más votada. Esto no solo no se acepta sino que es público que aquellos que denostan el pacto con Jácome estuvieron negociando con él. Una vez que los ciudadanos hablan en las urnas, lo decente es pactar. En Orense tenemos el ejemplo contrario: la pasada legislatura nadie pactó y solo se fue a la contra. Se han logrado los mejores pactos para la ciudad y la provincia, que son los mismos que intentó el PSOE pero no logró.

¿Se repetirán las generales?

Podría. Parece que hay distintas opciones que permitirían gobernar al señor Sánchez. En principio y salvo que hubiese un fracaso a muchas bandas para su no elección, lo previsible es que sea presidente.

¿El centroderecha debe abstenerse?

El hecho objetivo es que el PSOE, que ha aceptado el encargo del Rey para la investidura, tiene dos opciones de gobierno. Una es con la coalición que le llevó al éxito en la moción de censura, que es la que prefiere y está intentando, y otra es con Ciudadanos, con quien tiene un pasado en el que firmaron un pacto para gobernar. A partir de ahí, pedirle algo al Partido Popular que no sea ejercer la leal oposición al Gobierno de Sánchez es no ser realista. Cualquier cosa que no sea presentarse a la investidura es un fracaso de Sánchez. Por una discusión sobre un ministerio no se puede someter a un país a nuevas elecciones.

Semana de contrastes. El BNG pedía presunción de inocencia para los cabecillas de Resistencia Galega, y dos días más tarde absolvían a Rogelio Martínez, el exdelegado de la Xunta en Orense, después de todo lo que se dijo sobre él.

Son paradojas curiosas. La presunción de inocencia implica asumirla no solo con todas las personas igual, sino también no ensuciarla. Porque está ocurriendo una cosa preocupante: cuando se intenta perseguir a alguien judicialmente y los jueces lo absuelven, se dice de esa persona que no habrá responsabilidades penales pero que las hay políticas. Esto es un salto cualitativo contrario a la presunción de inocencia. Esto no es solo respetar a una persona hasta que haya una sentencia firme, sino que si se declara la inocencia, esa persona es inocente y no le aparecen responsabilidades de otro tipo.