El filicida de Moraña confiesa el asesinato de sus dos hijas

Con un aspecto físico notablemente diferente al que presentaba en el momento de su detención -se ha dejado barba larga y lleva media cabeza rapada- Oubel ha explicado que «en situaciones límites se toman decisiones límites de las que a día de hoy me arrepiento» . Sin entrar en más detalles acerca de las motivaciones del filicidio, el presunto parricida también ha indicado que se arrepiente y ha aceptado, ante la insistencia del fiscal, que «estaba en condiciones de entender lo que hizo».

Oubel también ha escuchado, sin aparente reacción, el testimonio de la prima a la que envió una carta certificada anunciando su plan y cediéndole parte de sus bienes el día antes del crimen. La testigo ha indicado que cuando recibió la misiva se dirigió a la casa de Oubel y allí descubrió que las cerraduras estaban taponadas y que su vehículo bloqueaba la puerta de entrada, por lo que tuvo que saltar el muro. Junto a ella estaban su marido y su hijo, ahijado de Oubel, que encontró a las niñas en sendas habitaciones «llenas de sangre».

El padre de las fallecidas está acusado de matarlas utilizando una sierra radial con las que, presuntamente, les cercenó el cuello. Antes, y según sostienne fiscal y acusación particular, las habría drogado en un intento por adormecerlas . Una de las niñas trató de escapar de la agresión, por lo que el padre la maniató con cinta americana antes de consumar el crimen. Por estos hechos, Oubel se enfrenta a una petición de prisión permanente revisable . El juicio se prolongará hasta el próximo jueves, con el testimonio de seis de los agentes que participaron en la investigación y la presentación de las pruebas periciales.