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CONCELLOS SIN SERVICIOS

O Vicedo no se quiere quedar sin bancos

La Mariña occidental perdió el viernes su última oficina bancaria. Ahora los vecinos deben recorrer 10 kilómetros hasta la más cercana. Pero un concello se ha rebelado y promete dar guerra

Una persona utilizando un cajero automático de Abanca ABC

Estefanía D. Carruébano

Un cajero automático donde poco más se puede hacer además de sacar dinero y consultar el saldo: ese es el último resquicio que queda, desde el lunes, de la sucursal de Abanca en el concello lucense de O Vicedo. La sucursal ubicada en la Travesía da Mariña cerró definitivamente sus puertas al público y, con ella, la atención presencial en los bancos de este municipio de la Mariña occidental. Es la (mala) suerte que recorre la Galicia de interior, otra pandemia silenciosa, la desaparición de las sucursales en los pequeños pueblos. Esta era la última oficina bancaria que quedaba abierta para los vecinos de O Vicedo. Ya solo abría los viernes, una vez a la semana, una jornada que se redujo con el paso del tiempo y que no les parecía suficiente desde hace mucho.

«Antes, al menos, abría dos veces. Intentamos llegar a un acuerdo con ellos», explica el alcalde del concello, José Jesús Novo (PP), pero finalmente, ya no quedaban oficinas abiertas en O Vicedo, algo que ha levantado en las últimas semanas el malestar de los vecinos y también de las autoridades . Intentaron negociar la continuidad de esos dos días de apertura, ante las colas y las esperas que se formaban incluso antes de la pandemia, pero no fue posible llegar a un acuerdo con ellos, reprocha el regidor lucense. Hace unas semanas, la entidad bancaria colgó unos carteles en la oficina del municipio y avisó por carta, relata el alcalde, del traslado de las cuentas a otra sucursal. Ese ya fue el principio del fin de la andadura de Abanca, y de todas las oficinas bancarias, en O Vicedo.

El cajero automático, al menos por el momento, seguirá operativo, aunque con una previsible fecha de caducidad: tres meses. Desde el consistorio, asegura el alcalde, intentarán una mayor continuidad, pero no la aseguran puesto que todo dependerá del estudio que se realice y de si será o no viable. De todos modos, confiesa Novo, es un cajero que está «obsoleto, no hace ingresos, no hace todas las operaciones; es un cajero para dar dinero y poco más», por lo que tampoco serviría para sustituir la gran mayoría de operaciones que sí se pueden hacer desde el mostrador.

A partir de ese momento, los vecinos deberán coger el coche o el transporte público para llegar hasta las oficinas de la parroquia de Covas, en Viveiro, donde serán atendidos por un empleado de Abanca. La distancia es de alrededor de diez kilómetros . Otra opción, en el caso de no necesitar atención personalizada, es acudir al cajero automático en la localidad de O Barqueiro, «a alrededor de dos o tres kilómetros». Allí sí hay puntos para sacar dinero, sostiene Novo. Pero nada más, y «siempre dependiendo» de utilizar el transporte.

El regidor y los vecinos no están de acuerdo con la decisión tomada por la entidad bancaria, que deja definitivamente a O Vicedo sin ninguna sucursal. Los vicedenses han dicho basta. Convocaron un pleno la pasada semana «como muestra de repulsa» ante la ausencia de bancos en su municipio. Posteriormente, tal y como comunica un bando emitido por el consistorio, los vecinos estaban convocados para realizar una marcha «pacífica» desde el ayuntamiento hasta la sede del banco. Y, «si hay que tomar otro tipo de medidas, otro tipo de presiones», advierte Novo, intentarán llevarlas a cabo.

Banca electrónica

No albergan demasiadas esperanzas en que la entidad quiera continuar con su actividad, pero sí esperan que sirva para darle visibilidad a una problemática que continúa creciendo entre muchos concellos de Galicia, el territorio que se vacía (y que pierde servicios a igual velocidad). Es más, estos cierres no solo implican a O Vicedo, si no que en total son cuatro las sucursales que cerraron en cuatro puntos diferentes de la geografía provincial de Lugo.

La banca electrónica y las facilidades para el pago con tarjeta están precipitando estos cierres . Sin embargo, la problemática llega para la gente mayor. «Muchos no saben ni siquiera lo que es», lamenta Novo, o cómo funcionan las aplicaciones móviles bancarias, o les cuesta mucho esfuerzo; otros, acuden una vez al mes para retirar su pensión y tener dinero en efectivo porque para ellos es más cómodo. Muchos de estos mayores «como ocurre en muchos de los municipios de esta zona», acuden «físicamente a las sucursales» para realizar sus operaciones, asume.

«Los mayores son los que más me preocupan», reconoce el regidor en conversación telefónica con ABC. Ahora, para realizar estas gestiones, deberán trasladarse a los concellos vecinos donde sí haya una entidad bancaria abierta. Para ellos es «un engorro» tener que desplazarse «para realizar cualquier operación» , apostilla sobre la complicada situación en la que muchos se encuentran.

También supone una complicación para los comerciantes y empresarios del concello. «Con la banca electrónica se ha avanzado muchísimo», admite Novo. Pero «muchos empresarios» tienen que acudir presencialmente a por cambio y ahora, inevitablemente, tendrán que «dejar de hacerlo» dentro de su propio concello, concluye. Porque un banco es mucho más que una simple oficina. Y su ausencia es el primer clavo en el ataúd de un pequeño concello.

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