El cambio demográfico, el asentamiento de nuevos valores de consumo, la urgencia de la sostenibilidad medioambiental o la irrupción de nuevas herramientas y posibilidades ligadas a la robótica y la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas, el Big Data o el desarrollo de nuevos ... materiales impactan en el tejido productivo y colocan a los centros de trabajo ante la necesidad de nuevos perfiles profesionales no siempre ofrecidos de modo ágil por el sistema universitario.
Conscientes de que la capacidad de anticipación de la oferta académica será un aspecto «crítico» para la empleabilidad y retención del talento en la Comunidad, la Consellería de Educación y la Fundación Empresa Universidade Galega (Feuga) presentaron este martes la primera fase del estudio «Catálogo de perfiles profesionales de futuro» , elaborado a partir de 18 meses de trabajo de campo en el que se han estudiado 22 sectores estratégicos de la economía gallega y recabado impresiones de más de 425 expertos. Como resultado, se han identificado 16 perfiles profesionales especialmente demandados de modo global por el tejido productivo , una lista en la que destacan los arquitectos Big Data (especialistas en el diseño de sistemas de almacenamiento de datos), los científicos de datos (expertos en extraer información valiosa del volumen ingente de datos disponibles), los expertos en ciberseguridad o los especialistas en áreas punteras como la inteligencia artificial, la robótica, los sistemas aéreos no tripulados o la economía circular. En paralelo, el estudio ha concretado otros 14 perfiles circunscritos a ámbitos concretos pero igualmente pujantes, como el abogado tecnológico, el biotecnólogo de alimentos, el diseñador de órganos y tejidos, el experto en atención a la cronicidad o el especialista en textiles inteligentes.
El estudio servirá de base para, en una segunda fase, completar la adaptación del mapa de titulaciones de las universidades gallegas sin perder de vista, destacó la conselleira de Educación, Carmen Pomar, que los nuevos perfiles, fuertemente asociados al área científico-tecnológica, demandan contenidos transversales tradicionalmente asociados al terreno de las Humanidades y las Ciencias Sociales, como la ética o los conocimientos jurídicos, y que el mercado laboral considera cada vez más competencias personales como los valores, la capacidad de trabajo en equipo, o el talento y la creatividad como factores decisivos en la selección.
Por ello, el estudio aboga por una formación apoyada en grados generalistas y sólidos y completada por másteres y cursos de adaptación ágil a las necesidades del mercado de trabajo . «La mayor transversalidad y flexibilidad de los currículos, el incremento del cruce de fronteras entre disciplinas, así como la complementariedad de conocimientos, constituyen elementos esenciales para responder a la realidad que está por llegar», sostienen los autores del estudio.
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