Maroto evita reunirse con la Xunta en su visita a Galicia tras la venta de Alcoa

Pero que solo haya tenido tiempo para reunirse con el secretario xeral del PSdeG, G onzalo Caballero , y con los alcaldes socialista de Santiago y La Coruña, además de con el comité de empresa de Alcoa, levantó una polémica que fue añadiendo ingredientes a la salsa de tensión que se viene cocinando entre Gobierno y Xunta desde hace unas semanas. El principal motivo es los 700 millones de euros que el Ejecutivo central sigue adeudando al autonómico.

Desde que la ministra puso un pie en Galicia comenzaron las pullas de un lado a otro. La primera en cargar fue Maroto, que acusó al Gobierno de Alberto Núñez Feijóo desde la compostelana Praza do Obradoiro de caer en una «gran contradicción» por reclamar el estatuto de las electrointensivas —que afirma solo se puede aprobar con un Gobierno a pleno rendimiento— y que «no se propicie la formación» del mismo, y reclamó al titular autonómico «ser más claro» sobre sus declaraciones en las que se deslizaba la idea de una posible abstención del PP a Pedro Sánchez . Por si fuera poco, Maroto pidió «lealtad institucional» a la Xunta, ya que destacó que el conselleiro de Industria, Francisco Conde, «no se alegrase» de la solución en Alcoa, «cuando ha sido parte activa» de la comisión de seguimiento.

Horas después era el turno de responder para Francisco Conde , que lanzaba un dardo de vuelta destacando que Maroto no se ha querido reunir en esta visita a territorio gallego con nadie de la Xunta. Es «sorprendente» —a su juicio— que no se haya «concertado una reunión con la Xunta, que es competente en materia de política industrial». De esta manera, Conde reprochaba a Maroto por lo mismo que Maroto reprochó a Conde:por romper «con la lealtad institucional», ya que el titular gallego de Industria señaló que desde Madrid se tardaron «24 horas» desde el acuerdo de Alcoa y Parter «en romper la colaboración institucional» con San Caetano, recoge Efe. Además, Conde se preguntó si la ministra solo acudió a tierras gallegas para «hacerse una foto», y reprochó que se «utilice a los trabajadores» con su visita.

Después de las declaraciones de Conde, el bumerán volvía al lado del Gobierno central. La ministra Maroto , ya en La Coruña, no se amilanó y pidió al gallego «estar a la altura y ser agradecidos», después de ser criticada, precisamente, de falta de lealtad. Además, para responder a la crítica de que no se ha querido reunir con nadie de la Administración gallega, Maroto señaló que en otro momento habrá « oportunidad »para «mantener una reunión de trabajo», apunta Europa Press. Maroto señaló que ayer era el momento de estar con el regidor santiagués, Xosé Sánchez Bugallo, y con la coruñesa, Inés Rey, con los que mantuvo sendas reuniones.

Entre medias, los partidos políticos también se lanzaron golpes. Así, el primero era Caballero , que acusó a Feijóo de «poner palos en las ruedas»en el conflicto de Alcoa . Más tarde, el secretario xeral del PPdeG, Miguel Tellado, era muy duro con la ministra:le reclamó que no viniese «diciendo al resto lo que tiene que hacer», y subrayó que su visita fue «de contenido partidista y no institucional:vino a hablar de los problemas del PSOE y no de Galicia».