De Lara abre causa contra Orozco por demandar al edil que lo injurió

Este es el último movimiento de De Lara para proteger a Portomeñe , uno de sus testigos dentro de la investigación por posibles irregularidades en el Plan General de Lugo, proceso en el que casualmente Orozco no está imputado. Ya intentó a comienzos de abril que Portomeñe no declarara la pasada semana por sus acusaciones contra el exalcalde alegando su condición de testigo , amparando además un escrito de su defensa que alegaba intimidación por parte de Orozco.

La instructora del caso, la juez Sandra Piñeiro, no picó en el anzuelo de De Lara y le aclaró que a Carlos Portomeñe no lo investigaba por sus denuncias sobre el Plan General sino por sus manifestaciones públicas contra el exalcalde. De paso, recordaba a la «juez estrella» de Lugo que la toma de declaraciones había sido decretada por la Audiencia Provincial , y que ella se limitaba a llevarla a cabo.

Durante su declaración el pasado viernes 28, Portomeñe se ratificó ante Piñeiro no en sus acusaciones públicas, sino en las manifestaciones vertidas ante De Lara —y por el momento, secretas— en la causa del Plan General. Con esta maniobra buscaba de nuevo el amparo de la titular del Juzgado de Instrucción nº1. Lo ha logrado.

En la providencia —a la que ha tenido acceso ABC— abre diligencias al entender que la demanda por calumnias del exalcalde Orozco «pudiera ocultar la intención de intimidar gravemente al testigo, tal y como éste, de facto, afirma sentir (...) con la finalidad de conseguir la retractación de lo declarado en sede judicial». De Lara falta aquí a la verdad, porque la querella de Orozco se basa en manifestaciones en la citada rueda de prensa y no las efectuadas en sede judicial, cuyo contenido no ha trascendido hasta el momento.

Además, De Lara asegura que se ha convertido en práctica habitual el anunciar y presentar querellas por calumnias contra testigos y denunciantes en casos de corrupción para coaccionarlos y buscar su silencio. Incluso llega a afirmar que estas querellas generan perjuicios antes incluso de que se judicialicen debido a su «mediatización» por culpa de las «publicaciones periodísticas». Resulta paradójico que la juez cuyas actuaciones secretas acaban habitualmente filtradas a los medios de comunicación antes incluso de ser comunicadas a los propios investigados ahora muestre preocupación por los efectos negativos que esto produce.

Por último, De Lara realiza una crítica subliminal a la Fiscalía, a la que recuerda ya actuó de oficio en el pasado «en otro supuesto semejante al presente». El reproche trae origen en la primera providencia de la juez para rescatar a Portomeñe, fechada en abril, en la que ya daba traslado al Ministerio Público de la posible intimidación al testigo. El fiscal entonces no movió un dedo. Tampoco la juez Piñeiro. Pilar de Lara ha desoído los criterios de su compañera y el fiscal y ha abierto ella misma las diligencias . La causa está ahora pendiente de reparto. El culebrón judicial de Lugo suma y sigue.