juicio
El capitán del Prestige asegura que vio corrosión en los tanques, pero no rotura
Apostolos Mangouras, principal acusado, rompe a llorar al ser preguntado por el remolque del barco
El juicio del Prestige ha arrancando este martes con la declaración del principal acusado, el capitán del buque Apostolos Mangouras , el mismo día en que se cumplen diez años de la catástrofe medioambiental en las costas gallegas. El fiscal Álvaro ... García Ortiz ha comenzado el interrogatorio, centrado en sus primeros compases en preguntas sobre las las inspecciones previas realizadas en los tanques del barco.
Mangouras ha asegurado que observó que los tanques de lastre sufrían corrosión, pero en ningún caso rotura. No obstante, en respuesta a numerosas cuestiones, ha dicho no acordarse o desconocer los datos. Interrogado sobre unas anotaciones escritas por él mismo en un espacio reservado para incidencias, no ha dado explicación al respecto. Tras dos horas de declaración, Mangouras ha explicado que aunque existían dos remolques de emergencia, el de popa no se pudo utilizar «porque la zona estaba llena de aceites y grasas y no se podía acceder».
Las negativas son la nota predominante de la jornada de este macrojuicio que ha quedado interrumpido en el mediodía después de que el capitán del Prestige rompiera a llorar . El juicio ha sido suspendido diez minutos cuando el capitán del petrolero se ha emocionado al mencionar a su familia cuando relataba cómo se había producido el accidente. En alusión al momento en el que el remolcador «Ría de Vigo» le traslada que todo está preparado para remolcar el buque, Mangouras ha roto a llorar al citar a su familia: «Les dije, espere un momento, porque el buque lo ven por la tele nuestras familias».
Mangouras, que solo responde a preguntas del fiscal , del abogado del Estado, de su defensa y de los letrados de entidades con responsabilidad civil en la causa, ha indicado también que no estaba al tanto de problemas sufridos por embarcaciones monocascos similares al Prestige o de las prohibiciones que este tenía para entrar en puertos de numerosos países.
A la declaración de Mangouras seguirá durante este mes la del jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos , y el exdirector general de la Marina Mercante, José Luis López Sors . Ellos tres, junto al primer oficial Ireneo Maloto -declarado en rebeldía y en paradero desconocido-, son los únicos imputados por una catástrofe marítima, que, en noviembre de 2002, vertió más de 60.000 toneladas de fuel en la costa gallega y que provocó uno de los mayores siniestros marítimos.
En concreto, fue el 13 de noviembre de 2002, sobre las 15.15 horas, cuando los servicios marítimos recibieron una llamada de socorro alertando de una vía de agua en el «Prestige», un petrolero con 27 tripulantes que se encontraba navegando a unas 28 millas de Fisterra (La Coruña) con 77.000 toneladas de fuel . Desde esa fecha y, tras detectarse el primer vertido, se optó por alejar de la costa al barco, que estuvo escoltado por la Armada y al que se prohibió atracar en cualquier puerto español. Finalmente, el 19 de noviembre de 2002, el «Prestige» se partió en dos y se fue a pique, generando una de las mayores catástrofes marítimas, que tiñó de negro las costas de Galicia, pero también las del Cantábrico y Francia.
Junto a la marea negra, el siniestro -por el que el capitán llegó a pasar 83 días en prisión- provocó también una respuesta social sin precedentes con la llegada masiva de voluntarios a Galicia -más de 40.000, según organizaciones ecologistas- que se encargaron de recoger el fuel y que se sumaron al trabajo que los primeros días realizaron los pescadores con sus propios medios.
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