La nave de Asados, el «escalofriante» escenario del crimen, en palabras de la Guardia Civil

«¡Podía haber sido tu hija!», le ha espetado al Chicle poniéndose de pie, lo que ha provocado que el presidente del tribunal lo expulsara de la sala. El padre de Diana ha recogido su abrigo y se ha marchado incluso de los juzgados de Fontiñas, rehusando hacer ningún tipo de declaración a los medios de comunicación. Minutos más tarde, colgaba en sus redes sociales un mensaje en el que explicaba su reacción y pedía «sinceras disculpas» al jurado y al presidente del tribunal .

Pero tampoco ha sido un trago agradable para la abogada de la defensa , que tras varios días exhibiendo una dureza inquebrantable en sus interrogatorios, hoy se ha derrumbado tapándose la cara para llorar en algunos momentos del juicio. La tensión ha pasado factura a todos, incluido un tribunal que de nuevo ha vuelto a mostrar signos de hartazgo en algunos momentos de la sesión, principalmente en la fase de prueba documental, por el empeño de la abogada de incorporar un relatorio de coordenadas que, para el magistrado Ángel Pantín, «están inundando al jurado de datos que lo pueden ahogar» .

El vídeo de la reconstrucción y el testimonio de los investigadores de la Guardia Civil que analizaron la nave de Asados han arrojado varias conclusiones: la versión de Abuín no se sostiene , Diana pudo llegar por su propio pie al lugar donde acabó perdiendo la vida , y el carácter del autor confeso del crimen encaja de mala manera con el perfil de arrepentido que busca su defensa para intentar atenuar la pena que le pueda corresponder. Empezando por esto último, en el vídeo se ha podido ver a un Abuín que bromeaba con los agentes durante la reconstrucción, sonrisas incluidas, y que pedía no interaccionar con una investigadora mujer, prefiriendo a otro hombre para mostrar cómo introdujo a Diana en su coche.

El testimonio de dos agentes que participaron en esta reconstrucción ha servido como enésima puntilla a la versión del homicidio imprudente que sostiene Abuín . No pudo estar robando gasoil a un trailer de grandes dimensiones porque, en la zona que él indicó, nunca hubo un vehículo de tales dimensiones sino una pequeña furgoneta. Tampoco estaba en penumbra ni en la oscuridad , porque las farolas del entorno funcionaban a la perfección, según acreditó a la investigación el Concello de A Pobra. Por tanto, fue «imposible» que Diana lo hubiera sorprendido cometiendo cualquier fechoría. Y la forma en que él mismo gesticuló que habría agarrado a Diana por la garganta y la nuca tampoco se sostiene. Abuín llegó a decirles a los agentes que «la mandíbula de Diana le mordió la mano». Resultó inverosímil para los investigadores. «Todo parecía bastante forzado», han relatado al tribunal.

Quizas el momento de mayor dramatismo ha sido la reconstrucción de lo sucedido en el interior de la nave abandonada de Asados, «escalofriante y sobrecogedora» , para uno de los agentes que la analizó tras encontrarse allí el cadáver. «Cuando se entra por la nave por donde José Enrique dijo que entró con su vehículo, la sensación que se tiene es de oscuridad, como cuando se entra en una habitación a oscuras . Al poco tiempo te vas acostumbrando y vas identificando formas, figuras y espacios», ha explicado este investigador, «cuando comienzas a caminar dentro de la nave ves que hacerlo sin luz artificial se hace muy difícil, hay unas arquetas abiertas en el suelo y puedes tropezar, y luego el silencio de la nave, que te impacta y solo oyes tus movimientos».

La conclusión de este investigador ha sido lapidaria: «Bajar por aquellas escaleras sin luz es prácticamente imposible, y mucho más si lo haces portando un peso» como era el cuerpo de Diana . La lectura inversa es la que aquilata la versión de la acusación, esta es, que la joven madrileña llegó allí por su propio pie, y que fue dentro de la nave donde perdió la vida. «La sensación allí abajo es que sin luz es imposible moverte» , y eso que durante la reconstrucción la vieja mueblería había sido vaciada de escombros y era diáfana, nada que ver con el estado que mostraba en agosto de 2016, cuando sucedieron los hechos.

En el vídeo se ha mostrado como Abuín introducía un maniquí en el pozo con unos lastres similares a los que ató a Diana para hundirla. El momento en el que forcejeaba con el maniquí, empujándolo para que cupiese en la estrecha abertura del aljibe, fue el detonante para el estallido de rabia de Juan Carlos Quer. Abuín, en su asiento, ni siquiera se giró, sosteniendo la mirada baja hacia la izquierda, mientras el padre de su víctima salía a su derecha. En ese mismo instante, la abogada de su defensa se echaba las manos a la cara y no podía contener el llanto .

Estos mismos investigadores han aseverado tajantes ante el tribunal, sin ningún género de dudas, que «sí o sí» habrían acabado dando con la nave de Asados , ya que se encontraba dentro de las zonas marcadas por los geoposicionamientos del móvil de Abuín. «Cuando a Manuel Somoza [el amigo del Chicle] le hubiéramos preguntado si dentro de las zonas de interés había estado en algún sitio con Abuín, nos habría dicho la nave, cómo el ya declaró aquí. Abuín cometió un error grave al enseñarle a una persona el lugar donde trasladó a Diana. Y como teníamos identificado a ese testigo se le habría tomado declaración y nos habría dicho eso», y han apostillado que «con el tiempo, a esa nave se iba a llegar. El cuerpo se iba a localizar sin duda ».

Tras el receso, se han retomado las últimas testificales con varias videoconferencias con agentes de la Guardia Civil que participaron en diversas fases de la investigación. Se ha mostrado aquí el contenido que se halló tanto en el maletero como la guantera del coche de Abuín, el Alfa Romeo que él reconoció que usó para transportar a Diana. Para sorpresa del jurado, en la guantera se encontró una brida negra . Y en el maletero, una palanca y cinta adhesiva, entre otros enseres.

Por último, y antes de dar por concluida la sesión, se ha practicado la prueba documental , durante la cual las partes han solicitado la incorporación o lectura de diversa documentación, alguna ya referida durante el juicio. La acusación ha incorporado la sentencia condenatoria por el intento de violación y secuestro de una chica de Boiro, caso que precipitó su detención en diciembre de 2017 por el crimen de Diana, así como sus distintas versiones de los hechos y la carta que envió desde prisión a sus padres asegurándoles que saldría en pocos años de prisión y que se lucraran vendiendo entrevistas a los medios por 10.000 euros.

Por su parte, la defensa ha pedido que se aporte el sobreseimiento inicial del «caso Diana», sus antecedentes y su declaración policial en la que se mostraba dispuesto a «colaborar» con la investigación, su «arrepentimiento» y su petición de perdón a los familiares de Diana. Su padre ya no estaba en la sala.

La vista se retomará el lunes con las conclusiones de las partes, que el presidente del tribunal ha pedido expresamente que sean «explícitas» para facilitar el veredicto del jurado. El martes se les aportará el cuestionario que deberá determinar el objeto del mismo, y a partir de ahí, deliberación.