El joven Samuel murió tras una salvaje paliza de seis minutos

Estos detalles se han conocido en una rueda de prensa convocada este lunes por el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, en la que ha estado acompañado de algunos responsables de la investigación policial. Ha comparecido aprovechando que, justamente hoy, la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de La Coruña, que dirige las pesquisas, ha levantado el secreto de sumario sobre la causa del crimen de Samuel. Así lo ha decidido la magistrada tras recibir de la Policía los últimos informes. En concreto, dos estudios de ADN que los investigadores aseguran que «implican directamente» en la muerte de Samuel a dos de los principales detenidos por el crimen.

Tras más de cuatro semanas de exhaustivas pesquisas, en las han tomado declaración a una cuarentena de testigos, analizado las cámaras de seguridad de la zona que captaron la agresión y cotejado las mismas con el resultado de los análisis de ADN, los investigadores van estrechando el cerco y delimitando la responsabilidad de los seis detenidos por el crimen. Contra dos de los tres arrestados a los que la juez envió a prisión provisional se acumulan los indicios; primero, con las cámaras de videovigilancia que captaron –algunas con más nitidez que otras– la agresión. Y ahora, con estos dos informes que evidencian rastros genéticos de estos dos individuos en el propio cuerpo de Samuel; en la ropa que llevaba el fallecido aquella fatídica madrugada, y en una botella de cristal, que la Policía cree que también usaron para golpear a la víctima.

Son tres los jóvenes que permanecen en prisión provisional por el crimen –los tres de entre 20 y 25 años y nacionalidad española– pero fueron un total de seis los arrestados. De los otros tres, dos tienen menos de 18 años –uno de ellos tiene antecedentes– y permanecen ingresados en un centro de menores. Los investigadores, según explicaron fuentes policiales, implican a estos cinco individuos en la muerte de Samuel . A la sexta detenida, una joven a la que la juez dejó en libertad con obligación de comparecencias periódicas, la Policía la considera encubridora de la agresión.

La muerte de Samuel despertó en las calles una ola de indignación, especialmente dentro del colectivo LGTBI. Sin embargo, aunque los investigadores no descartan ninguna hipótesis, de momento no han hallado elementos para poder calificarlo de ataque homófobo . En todo caso, continúan las pesquisas para entregar a la juez todos los elementos que le permitan valorar si pudo haber también un delito de odio en el crimen.

El suceso dejó una víctima principal, el propio Samuel, que murió tras la brutal paliza, pero pudo haber una segunda : Ibrahima, el joven de origen senegalés que trató de mediar para ayudar a Samuel y a quien los agresores también golpearon violentamente.

Una acción meritoria y valiente, que pudo costarle la vida. Ibrahima estaba acompañado en aquel momento de su amigo y compatriota Magatte. «Protagonizaron una acción heroica con riesgo para sus propias vidas », ha valorado Miñones ante la prensa . El Gobierno les concedió el permiso de residencia y de trabajo como agradecimiento.