José Luis Jiménez - Pazguato y fino
Lo de Caballero en La Sexta
El ‘caso cuñada’ sí que es para echarse unas risas, y no los bailes del alcalde
Quienes critican a Abel Caballero corren el riesgo de tomarlo por loco a la vista de algunas de sus ocurrencias, como todo lo que rodea al circo de tres pistas de las luces navideñas de Vigo. Es un error que minusvalora a un político que ... puede ser de todo menos eso: sabe en todo momento lo que hace, por qué lo hace y contra quién lo hace. Es siempre dueño de sus actos. Por eso el tonito a veces paródico que empleó ‘Salvados’ en su entrevista con el alcalde no deja de ser un celofán vistoso que se queda en la superficie de algunas cosas. Nos reímos de las historias de Caballero, ¿verdad? Como cuando promete bancos para que se sienten los mayores en su ‘Aló, alcalde’ y acusa sin fundamento a La Coruña de no tenerlos y obligar a los octogenarios de esa ciudad a confinarse en casa sin paseos. Bah, qué divertido es este alcalde, debieron pensar los espectadores del programa.
Y entre chanza y chanza, pues nos dice que él se presentaría contra Feijóo en unas autonómicas pero no lo hace porque su compromiso es Vigo. Como eslogan es estupendo, pero omite otras razones: las antipatías que genera más allá del puente de Rande fruto de alimentar el victimismo de su ciudad. Buscar enemigos en el exterior para justificar los complejos y males propios no facilita que los de más allá te miren con simpatías a la hora de elegir un presidente de la Xunta, que es algo más que reirte las gracias por la televisión. Basta ver que cada candidato del PSOE en primarias apoyado explícitamente por Vigo perdió en el resto de Galicia. Esto es científico, no opinativo. Por no hablar de su muy mejorable papel como candidato en 1997, obteniendo un resultado tan malo como el de su sobrino. Hay cosas que se llevan en los genes.
Como el alcalde es de memoria frágil, cuando glosó la labor de los medios de comunicación se le olvidó mencionar aquellos tiempos —no tan lejanos— en los que se refería a una cabecera coruñesa como «ese periódico antivigués», porque su pecado era publicar los listados de familiares enchufados en el Ayuntamiento de Vigo, haciéndose eco de las denuncias de Carlos Príncipe. Y si estamos en el apartado de designaciones digitales, no podemos sino preguntarnos qué pasó para que el ‘periodismo cool’ de este país se olvidara de preguntar por la cuñada más famosa de España, la de Carmela Silva, esa señora que apareció un día en una contrata municipal, se llevó crudos más de 100.000 euros sin ir a currar, nunca nadie supo quién la contrató y le va a costar cinco años de trena a un alto funcionario. Eso sí que es para echarse unas risas, alcalde, y no sus bailes.