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Coronavirus Galicia

Investigadores gallegos avanzan en una vacuna para el Covid que no necesitará frío

La Universidade de Santiago recurre al micromecenazgo para lograr financiación para el proyecto

María José Alonso lidera la investigación sobre la vacuna contra el coronavirus que no necesitará frío USC
Natalia Sequeiro

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Aunque las primeras vacunas contra el coronavirus ya han llegado al mercado, los investigadores siguen tratando de descubrir nuevas formulaciones que supongan alguna mejora con respecto a las ya desarrolladas. En la Universidade de Santiago de Compostela (USC) trabajan en cuatro proyectos diferentes . Uno de ellos, capitaneado por la prestigiosa catedrática María José Alonso, busca una vacuna con la tecnología del ARN mensajero, que también utilizan las de Pfizer o Moderna. Pero su equipo del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular e Enfermidades Crónicas (Cimus) avanza para facilitar su distribución y que no sea necesario el frío para su conservación.

«Nuestra finalidad es conseguir una vacuna óptima, que sea estable para que también pueda ser accesible a los países en vías de desarrollo , donde las infraestructuras sanitarias son muy precarias y resulta además muy complejo mantener la cadena de frío», indica María José Alonso, a través de una nota de prensa. «Se trata de una vacuna fácil de producir y de transportar el antígeno, al tiempo que es fácil de fabricar a gran escala», añade la investigadora.

Al proyecto, financiado por el Instituto Carlos III para obtener una vacuna frente a la pandemia del coronavirus, aún le queda recorrido para poder comercializarse. Por el momento no se han realizado ensayos clínicos. «Igual que las vacunas de Pfizer y Moderna, la nuestra, basada en la nanotecnología farmacéutica, consiste en nanopartículas que contienen ARN (ácido ribonucleico) mensajero», explica Alonso. Tras la administración de estas partículas a un organismo por medio de una inyección, las nanopartículas dirigen el ARN al interior de las células. De este modo se traslada la información genética y el organismo produce el antígeno que da lugar a la respuesta inmune que defiende de la enfermedad.

Hasta el momento, los investigadores gallegos han diseñado esta especie de vehículos diminutos que se encargan del transporte del ARN. Pero las nanopartículas creadas en los laboratorios del Cimus son diferentes que las que se utilizan en las vacunas de Pfizer o Moderna. «Echando mano de la inteligencia artificial, diseñamos segmentos del ARN que fueron asociados a nanopartículas en nuestro laboratorio», señala la investigadora. En los últimos meses, su equipo ha producido más de 150 prototipos usando diferentes biomateriales. Después se seleccionaron los mejores y resultaron 10 candidatos que fueron testados in vitro para analizar su respuesta celular y viral y comprobar cuál era el mejor. «Nos encontramos en la fase de evaluación clínica de la vacuna », prosigue Alonso. «Los ensayos con animales dirán si la respuesta es potente y el siguiente paso será realizar ensayos clínicos», asevera.

El equipo de Alonso en el Cimus forma parte de un consorcio integrado por el Idibaps (Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer) y el Hospital Clínico de Barcelona -donde se realizarán los ensayos clínicos-, la Universidad de Barcelona, la Universidad Libre de Bruselas, la Universidad Pompeu Fabra y el Centro Nacional de Biotecnología do CSIC. En estos dos últimos serán los encargados de comprobar la eficacia de la vacuna en animales. La catedrática se muestra esperanzada. « Somos muy positivos y, de hecho, la tecnología desarrollada en nuestro laboratorio ya está probándose desde el punto de vista del escalado (estabilidad, criterios de fabricación...) en la empresa catalana Hypra, que será la encargada de fabricar la vacuna», explica.

Micromecenazgo

Para impulsar la lucha contra el coronavirus, la Universidade de Santiago ha decidido recurrir al micromecenazgo. A través de la iniciativa Sumo Valor, la institución académica busca mejorar la captación de fondos. Entre los proyectos que los recibirán está la vacuna diseñada por el equipo de Alonso. Empresas y particulares pueden apoyar estas investigaciones mediante donaciones por valor no superior a los 3.000 euros, que se pueden realizar a través de la página web del programa .

«En España la investigación está muy mal financiada, el porcentaje del PIB que se le dedica es muy inferior al deseable» , censura la investigadora de la USC. «La situación que estamos viviendo deja patente que la falta de inversión en ciencia tiene graves consecuencias en la economía, de ahí la relevancia de iniciativas como el programa de micromecenazgo Sumo Valor», reivindica Alonso.

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