Galicia no renuncia a la fábrica de baterías para vehículos eléctricos

Por el momento, entre las propuestas avaladas por la Xunta para optar a los fondos europeos no hay rastro de la fábrica de baterías eléctricas . La factoría tampoco está dentro del proyecto Autoancora, que presentaban el pasado mes de noviembre el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y los responsables del Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG), el clúster de empresas de la automoción (Ceaga) y el Grupo PSA Peugeot Citroën. Esta semana el propio Feijóo instaba a la ministra Maroto a aclarar si ya «tiene tomada la decisión de participar con dinero público una fábrica de baterías en Cataluña» . Lo hacía después de que la titular de Industria hubiese animado a Galicia a presentar un proyecto en el marco de un foro organizado por la patronal del metal, Asime. En caso de que la apuesta por Barcelona no sea firme, prosiguió Núñez Feijóo según informó EP, se podría «contactar con empresas de vehículos para pulsar si tienen interés».

Galicia cuenta en Vigo con la fábrica que más vehículos produce en toda España y la participación de PSA (ahora Stellantis tras fusionarse con Fiat Chrysler Automobiles) sería clave. Pero el grupo francés ya tiene sus propios planes para la fabricación de baterías de litio fuera de España. El septiembre pasado anunciaba un acuerdo con Total/Saft para poner en marcha dos plantas en Douvrin (Francia) y en Kaiserslautern (Alemania) que empezarían a operar al máximo nivel en 2023. El proyecto cuenta con el apoyo financiero de los poderes públicos francés y alemán por un importe de 1.300 millones de euros . En Vigo, PSA cuenta únicamente con un taller de ensamblaje de baterías con capacidad para montar 80.000 unidades al año.

Desde la Comunidad el único intento de sumarse a la producción del componente estrella de los coches eléctricos parte desde el área de Vigo . Pero el proyecto es más modesto que el ideado por el Gobierno central junto a Volkswagen . Impulsada por el Consorcio de Vigo, el Ayuntamiento de la Ciudad y el CTAG, la fábrica de baterías viguesa ya ha presentado su candidatura para optar a los fondos europeos. El plan es instalar una planta con capacidad de producción inicial de 2 gigavatios que podrían ampliarse hasta los 16. El proyecto del Gobierno central plantea empezar con 20 gigavatios para llegar incluso a los 40 a medida que se incremente la demanda de los fabricantes de vehículos. La inversión que calcula Vigo ronda los 150 millones de euros, para la del consorcio con Volkswagen se habla de 2.000 millones de euros. La creación de empleo en Vigo, según informó el consorcio tendría dos fases, en la primera serían 100 puestos de trabajo directos y otros 1.000 indirectos y en la segunda, con la fábrica a pleno rendimiento, más de 800 empleos directos y otros 8.000 indirectos.

Desde la patronal del metal, Asime, han mostrado su apoyo firme a que Galicia cuente con una fábrica de baterías. Enrique Mallón, secretario general de Asime, explica a ABC que el futuro de la automoción pasa por el vehículo eléctrico. «Hay que crear una estrategia en la que haya más de una fábrica en España. Vigo es una zona ideal para una fábrica de baterías que podría convivir perfectamente con una en Cataluña e incluso con alguna más. España podría tener hasta tres factorías», indica. «Sería interesante en todo caso contar con el apoyo de un gran fabricante de vehículos para la planta gallega», añade Mallón.

Aunque PSA permanece de momento fuera de la ecuación, otros fabricantes de vehículos gallegos sí están interesados ya en las baterías que podrían producirse en la fábrica viguesa si finalmente sale adelante . Entre ellos, se encuentra Urovesa, proveedor de vehículos especiales de gran tonelaje y capacidad, tanto para uso civil como militar. Urovesa cuenta con encargos del Ministerio de Defensa y tiene también clientes fuera de España. También Castrosúa dedicada a la fabricación de carrocerías de autobuses y autocares urbanos, interurbanos y gran turismo apoya el proyecto de la fábrica de baterías impulsada desde Vigo.

El área viguesa cuenta, además, con otra ventaja a la hora de postularse como posible ubicación para la fábrica de baterías, el acceso a las materias primas. Desde Asime, recuerdan la proximidad a «uno de los mayores yacimientos de litio en la frontera con Portugal» . En un comunicado el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos pedía esta semana que se permita investigar en el subsuelo gallego. «Las baterías precisan una gran cantidad de materias primas minerales, algunas de ellas, podrían estar en nuestro subsuelo», subrayó Pablo Núñez, delegado del Colegio de Geólogos en Galicia. «Las energías renovables marcan el futuro y no son posibles sin materias primas tales como cobalto, litio, o cobre. Galicia puede convertirse en una potencia en este ámbito. Solo hace falta voluntad para hacerlo», señaló Núñez.

Pero además de Cataluña, hay otras comunidades que también están interesadas en la factoría que impulsará el consorcio público-privado con Seat-Volskwagen. Una de ellas es Extremadura. En Cáceres se proyecta ya una de las minas de litio más grandes de Europa y desde el Gobierno autonómico reclaman que la fábrica se instale en su Comunidad. Otras autonomías como Aragón o Valencia también pujan para conseguir albergar unas instalaciones que recibirían cuantiosas ayudas de la UE.

Hasta el momento, España se había quedado fuera de los planes de las grandes empresas de la automoción para dotar de baterías a los vehículos eléctricos. En los últimos tiempos, se han anunciado unos 20 proyectos en el resto de Europa .