Primarias del PSdeG
Formoso, el aspirante contra la ‘resignación’
La candidatura del alcalde de As Pontes se fragua tras el fracaso socialista en autonómicas ante el temor de que la tendencia a la baja se contagiara a las municipales
Formoso llega en bicicleta al acto en As Pontes, el pasado jueves, donde lanzó su candidatura
En la noche del 12-J de 2020, los resultados de las urnas daban un baño de realidad al PSOE. El partido que con Pedro Sánchez como rostro había ganado por primera vez unas elecciones en Galicia nueve meses antes sufría un duro revés en ... las autonómicas, pasando a ser tercera fuerza política, con el PP de Feijóo tocando su techo de 42 escaños y siendo adelantado por el BNG como primer grupo de la oposición. La respuesta de Gonzalo Caballero fue que a pesar de los resultados «insatisfactorios», el PSdeG subía dos puntos. Esa fue la chispa que encendió la mecha de la candidatura de Valentín González Formoso a la secretaría general del socialismo gallego, formalizada esta semana y que se batirá el cobre en primarias frente a Caballero, el líder que busca la reelección.
Las semanas previas al anuncio del regidor de As Pontes y presidente de la Diputación Provincial de La Coruña han venido agitadas por las declaraciones del ‘número dos’ de Caballero, José Antonio Quiroga, que en un artículo en ‘El Progreso’ llegó a acusar de «desleales» a Formoso y Besteiro por estar planeando una alternativa al actual secretario general y representar una suerte de retorno al pasado de las «rancias baronías». El discurso de Caballero es precisamente ese: él representa la voluntad libre de los militantes mientras su rival es hijo del aparato y las élites del partido . Además, reclama una segunda oportunidad, como tuvo en su día Emilio Pérez Touriño —con la diferencia de que este frenó al BNG en 2001 para duplicarlo en escaños en 2005, tendencia opuesta a la que ahora parece vivir el PSdeG—.
«El militante socialista es generoso», asegura una voz autorizada dentro del partido, «le dio una oportunidad, pero el contraste vino con las autonómicas», después de unas municipales y generales con muy buenos resultados para el partido, de los que Caballero intentó apropiarse. «Tenemos un candidato no votable», lamenta este exdirigente, «un elector que se va al Bloque y una política errática en la defensa de los intereses de Galicia». « El militante da una oportunidad, pero se pregunta ¿merece una segunda? ¿Este va a más o va a menos?», reflexiona.
La decisión de Formoso viene auspiciada por la reflexión personal —según aseguran sus próximos— pero también alentada por alcaldes —no solo de su provincia— preocupados porque el contagio de las autonómicas les llegue a ellos en municipales , ante la imposibilidad de frenar la recuperación de un BNG asentado ya como auténtico motor de la oposición en Galicia. «La idea larvada era el desastre autonómico y la amenaza de las municipales», apuntan.
Entre los regidores, además, había un malestar que venía de lejos . El ferrolano Ángel Mato y la coruñesa Inés Rey ganaron sus primarias internas para ser candidatos a las alcaldías de sus ciudades, pero «por primera vez en el partido» el secretario general maniobró en Ferraz para colocar en las listas a sus afines. «Se saltaron límites de todo tipo», reprochan los críticos, «¿dice respetar la opinión de la militancia pero luego mete mano en las candidaturas? Nunca se vio un disparate semejante».
«No hay mesa camilla»
A González Formoso, aseguran quienes mejor lo conocen, «le mueve la conciencia» al dar este paso. «No ha habido conciliábulos», asegura otro dirigente de su entorno, « la mesa camilla donde antes se tomaban las decisiones internas del partido» y a la que se sentaban los notables «ha desaparecido» . Así fue como se fraguó en 2009 la sucesión de Touriño en favor de Pachi Vázquez, con este, José Blanco y Ricardo Varela organizando la hoja de ruta del PSdeG con el cadáver (político) del expresidente socialista de la Xunta todavía caliente. Las élites dando la espalda al afiliado, el fantasma que agita Caballero para legitimar su continuidad. «Eso no ha sido así ahora», insisten, «es un movimiento mucho más profundo».
La decisión de Formoso llevaba meses tomada, pero ha ido recibiendo apoyos discretos, casi a título individual . Regidores de todas las provincias con los que ha ido coincidiendo ocasionalmente le han animado. Antiguos dirigentes del partido le han dado su apoyo, como José Ramón Gómez Besteiro, probablemente quien más le haya animado en los últimos meses a dar el paso. «Nadie puede obligarse a ser candidato si no quieres», aclara este exdirigente, «hay un ejercicio de responsabilidad pero también una decisión individual».
A González Formoso le ha perseguido hasta la fecha la fama de hombre tranquilo, poco amigo de las ambiciones políticas . En noviembre de 2017, en el proceso de elección de secretarios provinciales, catorce alcaldes de La Coruña se le presentaron en el tanatorio, donde se velaba a su hermano, para convencerle de que diera el paso y se pusiera al frente de la organización provincial. Entonces llamó a su mujer, Pilar. «Tienes que estar a las duras y a las maduras», le dijo en aquel momento, «si ser presidente de Diputación conlleva la carga de ser secretario provincial, debes hacerlo».
La llamada no buscaba amparo ni permiso, sino solo reflexionar en voz alta con la persona que tendría que gestionar con los hijos las ausencias derivadas de la mayor implicación política. «Mi mujer es la mejor persona del mundo, pasa de política absolutamente y te dice las cosas como son», suele presumir González Formoso, el pequeño de siete hermanos. Con la decisión tomada, lleva dos meses «durmiendo mal» por la tensión acumulada ante el inminente paso , en un ambiente que los próximos a Caballero han ido caldeando.
A su lado, probablemente uno de los dirigentes socialistas que más amores y odios despierta dentro del partido, José Manuel Lage Tuñas , concejal de la corporación coruñesa y mano derecha de Formoso en la provincia. Pocos como él conocen las tuberías del partido, el funcionamiento orgánico y el pensamiento de la militancia. ‘Animal político’ como pocos, acumula experiencia en este tipo de procesos. En el último pulso que Inés Rey lanzó a Caballero dejando sin competencias como edil a la secretaria local de La Coruña, Eva Martínez Acón, la dirección regional respondió filtrando el supuesto sueldo de Lage Tuñas y acusándolo de no pagar las cuotas al partido como cargo institucional, algo que Ferraz desmintió a los pocos días.
La decisión de González Formoso era conocida por la dirección federal del PSOE, con la que se reunió en las últimas semanas . Ferraz, que viene mandando desde hace meses mensajes públicos de su desafección hacia la continuidad de Gonzalo Caballero, no va a tomar partido por ninguno de los dos candidatos. Ni siquiera las constantes apelaciones a su credo sanchista le van a servir al todavía secretario general para que la cúpula del partido le haga algún guiño.
La intención de Formoso es «pacificar el partido» y «pactar con las provinciales» los distintos espacios de autonomía de cada territorio. «Eso se le da bien», confían sus valedores, y que regrese una cierta normalidad interna, que evite episodios como colocar las primarias para elegir candidato a la Xunta «en Semana Santa, y en mitad del proceso para elegir a los aspirantes a las alcaldías», uno de los gestos más controvertidos de la gestión de Caballero. Ahora intentó algo parecido, unas primarias exprés en septiembre coincidiendo con la elección de delegados al congreso federal , pero Ferraz se lo frenó en seco.
En su estreno, Formoso se comprometió a acabar con «el cesarismo y el sectarismo», y a poner fin a la «resignación» para «recuperar el orgullo de ser socialista en Galicia» . La carrera está lanzada. La militancia decidirá.