Feijóo anuncia que esta semana renunciará a la presidencia de la Xunta

Esta mañana se centró en despedirse de la Cámara autonómica, donde ha sido diputado más de 16 años —tres y medio en la oposición—, tras pedir a la oposición «un minuto de clemencia» para estirar su turno de palabra, concluido ya el tiempo de su segunda réplica a Ana Pontón en la que fue su última sesión de control. «Desde estas bancadas fui feliz por defender los intereses de Galicia», proclamó en el segmento más emotivo de un adiós sencillo y donde aguantó el tipo. «Llevo con orgullo mi condición de gallego, allá donde esté. De la misma forma que serví a Galicia estos últimos años, seguiré sirviendo a los gallegos allá o acá. Porque todos los que estamos aquí, y yo el último, en este caso el primero, seguiré sirviendo a la tierra madre».

A Feijóo se le notó más tenso cuando comenzó la sesión de control —probablemente tenía en mente la despedida— que cuando enlazó las críticas al BNG,por acudir a mítines de ERCyBildu, con un rejón por la «prisa» de la oposición en «echarme» en las últimas semanas. Especialmente las manifestó ayer el portavoz socialista, Luis Álvarez, quien aludió un par de veces a la coyuntura y se refirió a Feijóo como «señor ya prácticamente expresidente». «Vamos a pasar de un presidente interino a un presidente en prácticas», atacó. «Ni tan siquiera en su última sesión de control ejerce como presidente de Galicia», lanzó Pontón.

Ese comentario sobre las urgencias de BNGy PSdeG por que se vaya le dio pie a introducir el mensaje de despedida. Llegó a levantar alguna ceja cuando apuntó que «es perfectamente compatible ser presidente de la Xunta y presidente de un partido», e inquirió:«Yo también tengo derecho a serlo, ¿no?». Pero de inmediato recordó que desde el primer momento asumió que «no llegan las 24 horas del día para dedicarse a Galicia» . Por eso esta semana, previsiblemente mañana, se hará a un lado, para que se active un «traspaso correcto» que pidió «respetar» a la izquierda gallega.

El arranque de su discurso de adiós conformó el tramo más protocolario: «reconocimiento» a todos los diputados con los que tuvo ocasión de trabajar, «respeto» a los 17 portavoces con los que ha debatido de PSOE y BNG —recuerdo especial para Jorquera, Leiceaga y Méndez Romeu—, y mención, evidentemente, para los del PP, Ruiz Rivas y Pedro Puy. No faltó, tampoco, un agradecimiento «de forma expresa» al grupo parlamentario popular, cuyos representantes «salieron directamente de las urnas» «Es la democracia limpia, es la democracia en la que creo, la de los votos de la soberanía del pueblo», expresó. «Siempre que goberné, goberné directamente con los votos de las urnas».

La alocución ganó en emotividad cuando trasladó su «gratitud especial e infinita a Galicia», por «el cariño que recibí siempre de todos los gallegos, sin excepción». «Si estoy aquí, si estuve aquí (...) es porque los gallegos confiaron en nosotros y confiaron en mí». «Con sinceridad», pidió «disculpas por todos los errores» cometidos y expresiones que no hubieran gustado en la Cámara, sin esperar disculpas por las que él recibió; pero también quiso «defender» sus «aciertos», que lo son, puntualizó, «de la sociedad gallega, no aciertos del gobierno del PP ni del grupo parlamentario, ni míos»,

A los diputados gallegos, «muy especialmente a los que tienen responsabilidad de gobierno», les pidió que los «únicos compromisos que tengan sean los intereses de Galicia». Y también, dejando a un lado los «ardientes debates», tuvo un guiño para los actuales portavoces de la oposición. Adiferencia de Álvarez, Pontón hizo un paréntesis en el fragor dialéctico y utilizó palabras cariñosas. En sus últimos segundos de careo, le trasladó su «respeto institucional como presidente de la Xunta» desde su «enorme respeto por mi país y sus instituciones». «Quiero desearle lo mejor en lo personal, tiene que entender que no puedo desearle éxitos en lo político, pero sí toda la suerte y lo mejor en lo personal», reiteró la portavoz del Bloque. Feijóo aseguró sentirse «muy reconfortado» con el «reconocimiento» que le había brindado Pontón y disculpó a Álvarez por la falta de tiempo. Ambos portavoces se acercaron al escaño de Feijóo para estrecharle la mano y despedirse en cuanto tuvieron ocasión. Un gesto conciliador que, por un momento, dejó aparcadas las agrias discrepancias que ayer tampoco faltaron.

Feijóo se llevó el aplauso de la bancada popular, puestos los 41 diputados en pie, tras su «emotiva despedida», en palabras de Miguel Santalices, presidente de la Cámara, quien le deseó «mucha suerte». Correspondió el presidente, mano en alto, con todos; físicamente, palma con palma, con los sentados en las proximidades del escaño que pronto dejará:Alfonso Rueda, Francisco Conde, Pedro Puy, Miguel Tellado, Elena Candia y Paula Prado.

Tras cuatro mandatos, este inconcluso, fruto de cuatro mayorías absolutas, y más de tres lustros en OHórreo, cada día está más cercana la marcha de Feijóo. El diario de sesiones atestiguará que «tierra madre» fueron sus últimas palabras como presidente en el Parlamento.