La explosión, principal hipótesis en la investigación del siniestro del catamarán

La Guardia Civil centra su investigación en determinar dónde y por qué se produjo la explosión que el pasado martes provocó el incendio de un catamarán turístico en el municipio pontevedrés de O Grove, en el que resultaron heridas 38 personas, cinco de ellas graves. La explosión es la principal hipótesis en la investigación sobre el siniestro de la Guardia Civil que busca pruebas que determinen la zona del barco y el motivo por el que se produjo , han señalado a Efe fuentes del instituto armado, que han precisado que el proceso «llevará su tiempo».

En la investigación participan agentes de la Policía Judicial de Cambados (Pontevedra) con el apoyo de especialistas en incendios de la Policía Judicial de La Coruña. El incendio se produjo hacia las 16.00 horas del martes, poco después de que el catamarán Boramar, que había sido botado ocho días antes -el día del Carmen, el 16 de julio-, zarpara del puerto de O Grove.

A bordo viajaban 52 personas, de ellas ocho niños, entre pasaje y tripulación. Algunos de los pasajeros relataron que habían oído una explosión y vieron llamas. Presas del pánico, muchas personas se lanzaron al agua para ponerse a salvo del fuego y fueron auxiliadas por los servicios de emergencia y por otras embarcaciones de recreo y de pesca que había en la zona.

La conselleira del Mar, Rosa Quintana, explicó el día del suceso que cuando la tripulación se percató de las llamas aproximó el catamarán hasta una batea para que los pasajeros pudieran saltar a ella.

En un principio, los investigadores de la Guardia Civil barajaron dos hipótesis sobre las causas del incendio que calcinó por completo la embarcación: una, que se produjera una explosión en el barco, que quedó a la deriva y chocó contra una batea; y otra, que el fuego fuera provocado por la colisión del catamarán contra la batea.

Cinco de los heridos continuaban este miércoles ingresados en distintos hospitales gallegos con quemaduras de diversa consideración, siendo los más graves un matrimonio de Guadalajara, de 68 y 70 años, en la unidad de quemados del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña.