Galicia
El exnovio de Déborah dice que no estuvieron juntos el día que desapareció
El único investigado por el crimen evitó responder a las preguntas de la familia de la fallecida
Por primera vez en veinte años, el exnovio de Déborah Fernández pisó ayer un tribunal en calidad de investigado por la muerte de la joven en 2002. Lo hizo con aparente tranquilidad, pero negándose en todo momento a responder a las preguntas del abogado de la familia. Sí respondió a las cuestiones que le formuló la instructora del caso, así como a la Fiscalía, ante los que defendió que el no estuvo con Déborah el día que la viguesa desapareció después de hacer deporte por la playa de Samil. Según trascendió después de su comparecencia en el juzgado número 2 de Tui, el sospechoso defendió en todo momento su inocencia aunque, indicó el abogado de los Fernández, con su testimonio afloraron nuevas contradicciones que la investigación no debería pasar por alto. En sede policial cada relato «era diferente del anterior y este viernes la declaración ha sido un poco distinta a las demás », explicó el letrado Ramón Amoedo sin entrar en detalles sobre el contenido de estas explicaciones. Pero precisamente, incidó el abogado, el hecho de que incurra en tantas «contradicciones» es un indicio «fundamental», como lo fueron las discordancias que en su día también llamaron la atención de la Policía.
La tensión a la puerta de los juzgados por la presencia del eterno sospechoso del caso derivó en un intercambio de mensajes entre la hermana de la fallecida, Rosa Fernández, y el abogado de su exnovio. Durante su desfile camino de la entrada, la hermana se dirigió al investigado, fotografía de la víctima en mano, para decirle que «esta es tu oportunidad de hablar» . Sus palabras no tuvieron respuesta por parte del citado, pero sí por parte del abogado de la defensa que le lanzó un inoportuno «calladita estás más guapa» . Junto a Rosa, decenas de personas elevaron la imagen de Déborah reclamando avances en el caso y pidiendo, como se podía leer en los carteles que portaban, «¿Justicia, dónde estás? Justicia para Déborah». «Vamos a analizarlo todo con calma, pero estamos contentos, solo con verlo desfilar...» explicó ayer a ABC Rosa Fernández sobre los detalles de una esperada declaración con la que la acusación logró frenar los tiempos de la justicia y evitar que el caso prescribiese.
Muy críticos con la «nefasta» investigación que se llevó a cabo desde la desaparición de Déborah, los Fernández insistirán ahora para que se amplíe la prueba pericial que halló ADN masculino bajo las uñas de la fallecida , con la intención de tratar de encontrar marcadores genéticos en esos restos. También a partir de la comparecencia de este viernes, el equipo legal de la familia Fernández-Cervera pedirá nuevas pruebas, entre ellas nuevas declaraciones de testigos que podrían arrojar luz sobre lo que ocurrió en las horas previas y posteriores a la desaparición de la joven viguesa. Asimismo, siguen pendientes del resultado definitivo del informe sobre el disco duro del ordenador de la joven, que fue «manipulado y borrado de manera bastante profesional» .
«Otro elemento más que aumenta la sospechas», añadió Ramón Amoedo.«Una chapuza enorme»Al respeto, el abogado volvió a lamentar que la investigación de este crimen ha sido una «chapuza enorme» en sus primeros momentos . «Lo seguiremos diciendo, moleste a quien moleste, la actuación policial de los primeros meses fue absolutamente negliglente. Si se hicieran bien las cosas en 2002 no estaríamos aquí, haya sido o no haya sido él (el investigado)», subrayó el letrado durante una jornada que la hermana de la fallecida no dudó en calificar de «victoriosa» por la larga travesía que han debido recorrer para llegar a este punto en la instrucción.
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