El Parlamento apoya que se reforme la ley de salud y el PSdeG la descalifica como un «delirio bolivariano» de Feijóo

Puy ha criticado que el Gobierno central no actualizase la ley estatal para estos temas, a pesar de que anunció que sí se harían esos cambios y que la Comisión de Reactivación del Congreso «aconsejaba acometer esa reforma». Es por eso que se actualiza el texto legal gallego, que permitirá que haya una base legal para este tipo de situaciones, delimitar la autoridad sanitaria en cada momento o decretar los aislamientos o las restricciones de movilidad que se consideren adecuadas, ha explicado. También ha asegurado que se «garantiza» la protección de la ciudadanía , con decisiones motivadas por la «idoneidad, necesidad y proporcionalidad» y que se garantiza el cumplimiento de las sanciones. Y es que aunque alabó el uso del estado de alarma en la primera ola, insistió que el marco legislativo no está preparado para «situaciones pandemicas como las que estamos viviendo».

Pero la oposición, conformada por el PSdeG y el BNG, ha votado en contra, calificando la reforma de «estado de alarma permanente» . Incluso el parlamentario del PSdeG, Julio Torrado, ha señalado que el texto atiende a un «cierto delirio bolivariano» de Feijóo, también por la tramitación del texto por parte del PP y no del Gobierno, lo que «evita informes jurídicos». «No es comprensible si no es por una deriva autoritaria», una acusación en la que Puy ha afirmado que no iba a entrar. En este punto también ha alzado la voz la diputada del BNG, Montse Prado. Puy ha subrayado que habrá control de la medida, como de cualquier otra presentada por los partidos, también el PSdeG y el BNG.

«El PP pretende regular en una ley de uso ordinario cosas extraordinarias», ha añadido Prado, que ve esta decisión «en caliente, con los gallegos en estado de shock» por las consecuencias de la pandemia de coronavirus. Tampoco ve «garantías jurídicas», por ejemplo, en no considerar espacios temporales concretos para la aplicación de las medidas, y tampoco considera que haya un control suficiente, ya que no hay «obligación de rendir cuentas» . «Sobre la frase de 'sospecha de riesgo inminente' se sustenta la suspensión de derechos fundamentales», ha desarrollado. En resumen, la reduce a un texto que se basa «en recorte de derechos y libertades y en sanciones».

Prado además ha descalificado también lo que ve como un intento del Gobierno gallego de culpar de los empeoramientos de la enfermedad a los ciudadanos. «La palabra clave [en el texto] es 'sanción'» , ha lamentado, aprovechando también para calificar al portavoz popular de «delegado del Gobierno», al presentar él la propuesta. «Confunde a un delegado del Gobierno con un portavoz del grupo mayoritario en el que está el presidente y 10 miembros del Gobierno», ha replicado.

Torrado por su parte ha afeado que sea «una réplica del estado de alarma llevada a ley» y ha criticado que el PP no está de acuerdo en un estado de alarma «para una situación histórica» pero sí «llevado a todos los días». «Es un delirio de grandeza», ha concluido el socialista , que ha asegurado que en público los populares defienden que es una ley de salud, pero, «en privado les gusta que es una ley que restringe derechos. Y eso no lo vamos a tolerar».

Además, se ha abordado el tema de una hipotética vacunación obligatoria, a la que se abre este texto. Puy ha remarcado que esta ley no hace la vacuna obligatoria, sino que la ley lo deja previsto si el Estado la hace obligatoria, algo que el Gobierno ha destacado. La diputada nacionalista ha afeado que en Galicia no hay problemas de vacunación: los únicos problemas que ella identifica son los de «la gente que quiere vacunarse de la gripe y no hay vacunas».

Por parte del PSdeG se ha calificado el debate sobre hacer una vacuna obligatoria legítimo, pero ha alertado que una posible obligatoriedad daría alas a los antivacunas. «Creemos más en la concienciación» , ha señalado, también remarcando que en Galicia no hay problema con las tasas de vacunados y las dificultades que hay para acceder a las vacunas están relacionadas «con la pobreza», teniendo un carácter «socioeconómico».