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Coronavirus Galicia

«Hay menos clientes y más miedo cuanto más se alarga la alarma»

Las pequeñas tiendas de alimentación y suministros también resisten en estos días de confinamiento

Herminia Suárez trabaja en la histórica «Alimentación Victoria» MIGUEL MUÑIZ

Christian R. Pereira

La tensión no amaina entre los ciudadanos tras los primeros días de confinamiento. O al menos ese es el parecer de Herminia Suárez (34), dependienta de la histórica tienda Alimentación Victoria de Santiago de Compostela , que ni al coronavirus se resiste. La evidente bajada de la clientela durante la última semana, eso sí, ha derivado en un servicio «bajo mínimos», con reducciones de horario, personal y aforo. «La gente tampoco quiere apelotonarse y entran de tres en tres», afirma.

Los pedidos a domicilio han pasado de la excepción a la norma durante la cuarentena, de los que echan mano la gente mayor que «ya no quiere salir». Esta tendera observa que la actitud frente al confinamiento evoluciona como si se tratara de una espiral : «Los clientes al principio venían solamente asustados, ahora tienen mucho más miedo. El sentimiento de temor será mayor y la clientela, por tanto, irá a menos según se amplíe el estado de alarma », predice para los próximos días. Por otro lado, cree que las grandes superficies les han ganado la batalla, pues «se nota» que la limitación de movimientos y salidas y el acopio de grandes cantidades de producto van de la mano. Esta dependienta tampoco pronostica una mayor confianza en el pequeño comercio cuando termine toda esta situación. «Creo que nos va a costar remontar y superar este bache», concluye Suárez.

Respecto a sus proveedores, los que, reconoce, también están saturados, no existe escasez en el suministro de alimentos y, aún con todo, señala con facilidad los productos preferidos por sus clientes: «Lo más demandado con diferencia es papel higiénico y leche» . Los derivados del pan, las conservas y los embutidos completan su particular pódium de lo más vendido.

Esta trabajadora señala que «en casa están más preocupados por mí que yo misma». Suárez vive con su hijo asmático y las recomendaciones de los familiares son una constante para ella . Reconoce que «da un poco de miedo» y entiende que se preocupen porque, «al fin y al cabo, soy la que sigo en contacto con la gente». Aunque prefiere no dejarse llevar. «No es el momento para que nos dé el bajón, seguiremos con ánimo y mucha precaución», promete desde Alimentación Victoria.

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