¿Confinamiento domiciliario? En Galicia, «a día de hoy», no se contempla

Según ha explicado el titular de Sanidade en una entrevista en Radio Galega, es ese compromiso en la capacidad sanitaria lo que marca en gran medida la adopción de sucesivas medidas. Como en Orense, donde la situación de la UCI llevó a «tomar medidas muy graves». Allí la preocupación fue muy elevada, pero tras adoptarse severas restricciones (cierre perimetral, reuniones de convivientes), «afortunadamente funcionaron bien y no hubo que ir más allá. Si con esas medidas no fuéramos capaces de garantizar esa respuesta en la UCI, habría que dar, sin ningún tipo de duda, ese paso », de endurecer las restricciones, ha insistido.

Con toque de queda en vigor y cierre de las ciudades hasta el martes (una medida «puntual y quirúrgica, no geográfica, sino puntual», para atajar la movilidad del 1 de noviembre, que perderá a partir del martes su razón de ser, con lo cual «desaparece» ese día), solo convivientes en las reuniones, toda Galicia al menos en nivel 2 (máximo 5 personas por reunión), quedan pocas limitaciones por implementar antes de llegar a los escenarios más severos. Una opción sería extender los cierres perimetrales a los fines de semana. «Sí, sí», ha admitido García Comesaña, « es una posibilidad que otros países ya han adoptado, nosotros también la estudiamos , orientada a reducir ese peligro de movilidad. Va a depender de cómo esté la situación epidemiológica», no ha querido adelantar acontecimientos. El martes se reúne de nuevo el comité clínico, que podría aconsejar relajar algunas restricciones en el área orensana, ante su óptima evolución, ha adelantado.

El 9 de noviembre Galicia podría levantar el toque de queda, y el conselleiro ha aclarado que, una vez más, dependerá de la situación epidemiológica y de «capacidad de respuesta sanitaria». Si esta está garantizada, «no optaríamos por esta situación», la de mantener la limitación de movilidad nocturna; y viceversa. ¿Podría levantarse en algunas zonas? En distritos sanitarios y comarcas «en niveles muy razonables, sin tener comprometida la respuesta sanitaria, no veríamos mal adaptar ahí esas limitaciones (...) e incluso, llegado el caso, poder relajarlas », ha admitido García Comesaña. Quien ha remarcado que esto también funciona a la inversa: donde haya riesgo se apostará por restringir.

García Comesaña ha cifrado la presión asistencial, tomando como referencia el pico alcanzado en la primera ola del Covid, en un 65% de presión en hospitalización y 56% en UCI . En cuanto a la evolución de la curva de contagios, no hay «a día de hoy» una previsión de cuándo dejará de crecer. Sí la expectativa de empezar a notar, gracias a las nuevas medidas, «una disminución o, al menos, el fin del crecimiento homogéneo generalizado en toda Galicia», lo cual no será óbice para que sigan dándose incrementos por brotes en zonas concretas. Espera el conselleiro que las «medidas transversales» de los últimos días «consigan apaciguar el crecimiento».

Hasta ahora las medidas eran «más quirúrgicas y más parciales», para áreas concretas, pero en las dos últimas semanas hubo una necesidad de hacer una aproximación «más transversal» , menos diferencial, porque los datos de incidencia, con un aumento global, no tan limitado a áreas específicas, así lo aconsejaban.

En cuanto a los colegios, ha asegurado que, con los datos que maneja Sanidade, « de forma general no hay contagios en los colegios », es decir, no se generan en las aulas, sino en el exterior, aunque aparezcan vinculados a centros educativos.